Por su probado compromiso para ayudar y defender los derechos de las víctimas de la trata desde hace más de ocho años y por su participación incesante en la procuración de su libertad, la activista Rita María Hernández, directora de la Comisión Unidos contra la Trata, recibió este día el Premio Estatal de Derechos Humanos de manos de autoridades municipales, estatales y de la propia presidenta de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), Melba Adriana Olvera Rodríguez.
A nombre de las supervivientes por las que trabaja, la galardonada agradeció por este reconocimiento –que por primera ocasión entrega la CEDH- y recordó a todos los presentes que el violar los derechos humanos es lo que “abre las puertas a actos bárbaros, ultrajantes, a la tiranía y la opresión”.
Por ello resaltó que es muy importante promover y aplicar estos derechos en todos los sentidos, los cuales incluyen el vivir en libertad, seguras, sin ser sometidas a la esclavitud o tratos inhumanos, a vivir sin discriminación, circular libremente, elegir el lugar donde se quiere vivir, fundar una familia, expresar una opinión, vivir en igualdad, descansar y disfrutar del tiempo libre, recibir una educación, entre otros.
Sobre todo porque considera que lamentablemente este “sigue siendo un ideal”, porque después de los movimientos abolicionistas y las Guerras Mundiales, la esclavitud aún existe y lo peor de todo es que está floreciendo de manera exponencial, y el problema es que muchas mujeres viven en estas condiciones en todo el mundo, porque las redes de tratantes cada día se hacen más millonarios de vidas inocentes.
Al respecto, Olvera Rodríguez resaltó que en este actuar de los activistas radica la esencia del reconocimiento, porque al reconocer a la persona que es galardonada con este premio se está reconociendo también la labor de muchas otras personas que han venido trabajando por una cultura de paz y una sociedad más armonizada, además porque gracias a estas personas no se permite que queden a oscuras las vulneraciones.
Durante la ceremonia que se llevó a cabo en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), la Ombudsman aprovechó también para pedir un minuto de silencio en memoria de su homólogo Silvestre de la Toba Camacho y su hijo, asesinados el pasado 20 de noviembre en La Paz, Baja California Sur, en un hecho que aún no se esclarece y del que pidió se tengan prontas respuestas por parte de las autoridades de aquel estado vecino.
Sobre todo porque, resaltó, no se puede permitir que se demerite o ataque a los defensores de los derechos humanos, y que como en estos casos no queden impunes esas agresiones, porque “quienes defienden los derechos también defienden la paz, la vida y la dignidad y quien ha muerto por eso merece la justicia”.