Hilberto Mascarenhas Alves da Silva, ex director del Sector de Operaciones Estructuradas, mejor conocido como el “departamento de Sobornos” de Odebrecht -tal como lo bautizó el Departamento de Justicia de Estados Unidos-, reveló en una declaración juramentada ante las autoridades brasileñas el mecanismo utilizado para ocultar el nombre del ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, en el pago de presuntos sobornos a cambio de contratos de obra pública.
Tal como se puede observar en un video obtenido por el proyecto periodístico Quinto Elemento Lab, Alves da Silva se presentó en la sede de la Procuraduría General de la República brasileña, en Ribeirão Preto, estado de Sao Paulo, para comparecer ante el Tribunal Superior de Justicia de Brasil, sobre las investigaciones del caso conocido como “Lava Jato”.
En el testimonio videograbado el 15 de diciembre del 2016, de 14 minutos de duración, Alves da Silva aseguró que Lozoya Austin es el dueño de las cuentas bancarias que se abrieron en el banco HSBC de Mónaco, a nombre de unas empresas offshore, cuyo titular es Rodrigo Tacla Durán, una especie de intermediario financiero contactado por Odebrecht, quien después endosó y transfirió las cuentas al ex director de Pemex.
“Rodrigo [Tacla Durán] transfirió las acciones de la offshore de la cuenta en donde fue depositado el dinero. En cualquier momento, Emilio [Lozoya Austin] podía decir esa offshore es mía y esa cuenta es mía si en algún momento hubiera un malentendido entre Rodrigo y él”, afirmó Alves da Silva.
A pregunta expresa de los fiscales brasileños Andrés Meneses, Carlos Roberto García y Gabriel de Costa, si las offshore son propiedad de Lozoya Austin, el ex directivo de Odebrecht señaló: “Sin duda. No necesitaban estar al portador. Estaban a nombre de Rodrigo. Sólo que Rodrigo se las endosó y transfirió. En cualquier momento, las podía poner a nombre de cualquier persona, o de él mismo, y tomar la empresa”.
Tacla Durán, un abogado brasileño de 43 años de edad, es el único operador financiero de Odebrecht que se negó a firmar un acuerdo de delación premiada en Brasil, de donde huyó en noviembre del 2015. El 18 de noviembre de 2016 fue detenido en un hotel de Madrid, España. En la actualidad cuenta con libertad provisional.
Según los testimonios recabados por el juez Sergio Moro, magistrado del Tribunal Supremo de Justicia que lleva la causa penal 6655, Alves da Silva era jefe del Departamento de Operaciones Estructuradas, la oficina que se encargaba de realizar y ejecutar los sobornos destinados a presidentes, ministros, diputados y políticos de una decena de países de América Latina y África.
Él coordinó y supervisó que se ejecutaran las órdenes dadas por Marcelo Bahia Odebrecht, propietario de la constructora brasileña, para proporcionar financiamiento ilegal a las campañas electorales en Brasil, El Salvador, Venezuela, República Dominicana, Panamá y Angola.
O en el pago de las “propinas indebidas” dedicadas a sobornar políticos para así obtener contratos de obra para Odebrecht en muchos otros países, entre los que se encuentran Ecuador, Perú, Argentina, Colombia y México.
En su declaración como parte de su “colaboración premiada”, Alves da Silva aseveró que conoció a Lozoya Austin, en un viaje a México realizado en noviembre de 2014, que realizó expresamente con el propósito de reunirse con el entonces director general de Pemex y armar un esquema financiero en el que no apareciese el nombre del ex funcionario mexicano.
En noviembre de ese 2013, Odebrecht México presentó a Pemex Refinación una propuesta con costo de 115 millones de dólares para “el acondicionamiento y movimiento de tierras para el proyecto de aprovechamiento de residuales en la refinería Miguel Hidalgo”.
En diciembre, la constructora brasileña ganó la licitación de mil 364 millones de pesos, porque según Alves da Silva, “la influencia de Lozoya en el Consejo [de Administración de Pemex] fue determinante para conquistar el contrato”.
“En función de eso, y en cumplimiento del acuerdo con Emilio Lozoya, autoricé –aseguró Luis de Meneses Weyll, ex director de Odebrecht en México, en su delación jurada– al Sector de Operaciones Estructuradas el pago de seis millones de dólares”.
El 3 de diciembre se hizo la primera transferencia de un millón de dólares. Una semana después, otra transferencia, de un millón 350 mil dólares. Ello antes de que se firmara el contrato entre Odebrecht y Pemex, el 15 de febrero de 2014.
Después de firmarlo, el Departamento de Operaciones Estructuradas encabezado por Alves da Silva, transfirió desde el Meinl Bank, localizado en Antigua, un millón 350 mil dólares hacia la cuenta que la empresa Zecapan SA tenía en el Neue Bank AG, con sede en el Principado de Liechtenstein.
Habría dos pagos más, ambos autorizados en marzo de 2014, aunque su entrega se demoró más de lo debido a que las cuentas tenían mucho dinero. El total de las transferencias parciales a las supuestas empresas offshore de Lozoya, fueron de 5 millones de dólares.
Ayer, Quinto Elemento Lab presentó la segunda parte del testimonio de Luis Alberto de Meneses Weyll, ex director de la empresa Odebrecht en México del 2010 al 2017, en el que narra con detalle los encuentros que mantuvo con Emilio Lozoya, ex director general de Pemex, y cómo acordó el pago de seis millones de dólares por la obtención del contrato de la ampliación de la refinería en Tula, Hidalgo.
El soborno se entregó en dos partes: 2 millones como muestra de agradecimiento previo a la actuación de Lozoya en el Consejo de Pemex y 4 millones una vez obtenido el contrato, siempre de acuerdo con la declaración de Meneses Weyll.
“Pienso que la orientación del director general del Consejo de Pemex fue determinante para obtener el contrato”, afirmó Meneses Weyll en la declaración juramentada y videograbada ante los fiscales brasileños André Bueno de Silverio y Daniel Ferebek, el 14 de diciembre del 2016.
Según Meneses Weyll, Lozoya pidió que Odebrecht se presentara a la licitación y después, “él buscaría operar desde el Consejo de Administración […] que es el que toma la decisión final”, aseveró el ex titular de la constructora brasileña en México.
Las pruebas, afirmó Meneses Wewyll, están en los depósitos a las cuentas que Lozoya Austin señalaba, una de ellas, empresa offshore registrada en las Islas Vírgenes Británicas: Latin American Asia Capital Holding.
De Meneses afirmó en su testimonio, que sostuvo una relación con Lozoya desde el año 2009 y que le expresó su interés en participar en el proyecto de la refinería de Tula, Hidalgo, entre otros. “Él siempre nos apoyaba para formular nuestros planes, orientarnos y presentarnos empresas y empresarios que podrían complementarnos”, dijo.
El exfuncionario de Odebrecht indicó que sostuvo encuentros con Lozoya, en los que éste le recomendó asociarse a un empresario local que “complementara sus capacidades”, por lo que el mexicano le recomendó la compañía Tapia Construcciones, cuyo director general es Juan Carlos Tapia.
“Acordamos que la asociación no se limitaría a la refinería, sino a cualquier obra en Hidalgo. Y en el cambio de 2011 a 2012, el Gobierno Federal publica su programa plurianual de inversiones prioritarias 2012 y confirma la construcción de la refinería”, expresó De Meneses Weyll.
“El año de 2012 también había elecciones federales para Presidente y en este contexto Emilio Lozoya gana espacio con el comité de campaña presidencial y le asignan la responsabilidad de supervisar la política exterior.”, dijo De Meneses.
“[…] En este proceso, cuando ya está posicionado en el comité de campaña presidencial me plantea que sería muy importante para él que pidiéramos contribuir a algo por todo lo que él nos había apoyado desde 2009 […] Consideré que él ya era parte del equipo de un candidato, de un partido que lideraba las encuestas”, testificó De Meneses ante fiscales brasileños.
En la grabación De Meneses Weyll señaló que habló con su jefe, Luiz Antonio Mameri, vicepresidente de Odebrecht para América Latina y África de Odebrecht, sobre que el mexicano “solicitó un reconocimiento de 5 millones de dólares. Consulté a mi líder y le indiqué el potencial que Lozoya podría representar, ya que de ganar Peña Nieto, Lozoya tendría un papel importante en el gobierno. Esa fue la apuesta que hicimos”.
Por lo que De Meneses Weyll dijo, sería bueno tener una relación “más estrecha” y de confianza con Lozoya Austin. Según el ex director de la constructora brasileña Odebrecht en México, tras conseguir la autorización de su jefe se reunió de nuevo con Lozoya en un café de Las Lomas, en la Ciudad de México, para decirle que le darían 4 millones de dólares.
“Para reconocer la atención que nos había dedicado en los últimos años. Él [Lozoya] estuvo de acuerdo, no puso ninguna objeción”, al contrario, proporcionó números de cuenta para hacer los depósitos “y se hicieron varias transferencias por el valor acordado”.
“Quedó de pasarme los datos de las cuentas bancarias para que le hiciéramos las transferencias. Y así fue. Unos días después, en esa misma semana, nos vimos en nuestra oficina y me pasó los datos de las cuentas a las que deberíamos hacer los pagos. No eran cuentas sólo en México, sino también cuentas abiertas fuera del país”, afirmó De Meneses Weyll, entre ellas, las de Latin American Asian Capital y Zecapán.