La Tijuana que se nos fue, esa que no retornará por más esfuerzos que se haga.
Un querido doctor, originario de Guadalajara y avecindado en esta ciudad fronteriza desde hace más de cinco décadas, al tiempo que disfrutaba de un rico café, entrecerrando los ojos con nostalgia, se preguntó: “¿dónde nos equivocamos? ¿Qué aspectos ignoramos en la educación de nuestros hijos?” Porque esto que está pasado, es totalmente nuestra culpa.
Aunque la idea inicial era simplemente recordar un poco el desarrollo del teatro en Tijuana, por el compromiso de escribir un pequeño ensayo que nos solicitaban varios chicos que estudian la carrera de Comunicación, hubo que cambiar el temario. Así sucede casi siempre. Las circunstancias del momento hacen variar el rumbo. En este caso se debió a lo que estaba sucediendo alrededor: platicas, noticias, quejas relacionadas con el tema de moda, aquí y en toda la República: la inseguridad que se vive.
El galeno, un hombre culto, estudioso y muy comprometido con su profesión, nos decía que hasta para sus consultas había tenido que cambiar la forma, dado que antes le dedicaba al paciente todo el tiempo necesario, hasta que diagnóstico y recomendaciones quedaban bien firmes. “Ahora, lo hago de prisa, deseando terminar cuanto antes y con el temor de que en cualquier momento abra la puerta un delincuente y nos asalte… ya se habrá enterado que esto sucede muy seguido”.
Retomo la pregunta “¿dónde nos equivocamos?”, la cual se responde, sencillamente cuando dejamos de atender a nuestros hijos, justificando que había que trabajar para darles una mejor vida. Los desatendimos, les negamos la compañía, los consejos. No los acompañamos en su desarrollo, no estuvimos pendientes de los peligros que los acechaban para defenderlos. Y ese fue solo el principio, ya que dejamos la educación de nuestros hijos en manos de la calle.
Desde luego que don Mario, médico, padre y abuelo, admite que su razonamiento es simplista, pues son muchos más los factores que influyen en el desarrollo del ser humano. Pero el cariño, la compañía, el ejemplo, generalmente son la base para dar seguridad a la familia. Por eso les comenta a sus hijos, “primero la familia y ya verán que esa conducta repercute en la sociedad”. Aún es tiempo de salvarla.
Nota 1.- Es bueno que niños, ancianos, enfermos y personas vulnerables reciban en esta época los mimos de la sociedad y gobiernos. Ojalá que todos los días del año se festejara la Navidad con el entusiasmo de hoy, puesto que sus necesidades las tienen los doce meses del año.
Nota 2.- Observe, escuche, analice, recuerde otras épocas y entreténgase un poco con las frases de los políticos que andan en campaña. Que nos quede ese recuerdo para cuando sean autoridad y no cumplan, nada sorprenda. Siempre es lo mismo.
Nota 3.- Que ésta sea para Usted y su familia una inolvidable Feliz Navidad.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana.
Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.gob