Un grupo de supuestos traficantes de “buche” sobresale entre el resto, en San Felipe. Liderados por “El Tekolín”, adquieren cada vez más fuerza debido a la indolencia de las autoridades locales y federales, los cuales no han tenido una estrategia definida para combatir el crimen. La detención de Sunshine es solo la punta del iceberg de lo que podría venir, un caso que, explica su abogado, es más de corte político dadas las posturas fuertes y contrarias a los manejos del gobierno, que opera el líder de pescadores
La principal organización criminal que opera en San Felipe ya no solo se mantiene de la droga, si no que el tráfico de totoaba se ha vuelto en pocos años, una actividad muy redituable.
El pasado fin de semana, elementos de la Subprocuraduría Especializada en la Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), detuvieron a Sunshine Rodríguez Peña, líder pescador acusado -hasta el momento y sin presentarse pruebas- de liderar una estructura de pesca y venta de totoaba.
La captura generó una serie de protestas y bloqueos carreteros que culminaron con el plantón en la Subdelegación de la Procuraduría General de la República (PGR) y la quema de un automóvil de la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca).
Para la PGR, Rodríguez Peña es el líder de la organización, pero debajo de él existe una estructura de grandes proporciones que comprende decenas de pescadores, grupos armados, distribuidores, entre otros, de acuerdo a la fiscalía. Resumen que en poco tiempo han adquirido armamento, vehículos blindados y un enorme poder corruptor, debido a los grandes recursos que adquieren.
Una pieza de “buche” de totoaba puede valer de 4 a 8 mil dólares, dependiendo el tamaño y el peso -el de las hembras vale más-, y hay días en los que un pescador puede sacar hasta 12 unidades; por lo menos 50 personas trabajan diariamente en la pesca furtiva, según una libreta consultada por ZETA.
La organización de Óscar Parra
El hombre de mayor peso es Óscar Parra Aispuro, conocido como “El Tekolín” o “El Flaco”, originario de Hermosillo, Sonora, el cual cuenta con antecedentes penales por delitos contra la salud, en 2014, además de violencia intrafamiliar, lesiones calificadas, y desde hace unos meses, la PGR lo ubicó como el jefe de su propia organización.
Aunque no es la única, sí es la más visible debido a su enorme capacidad de operación, además de tener nexos con el Cártel de Sinaloa; cuenta con decenas de pescadores, financieros y grupos armados que trabajan impunemente ante los ojos de las autoridades.
Debajo de Parra Aispuro se encontraba su hermano Gastón Eduardo y Arnoldo Castañeda Romero, mejor conocido como “El Nono”, pero este año fueron detenidos por la Gendarmería y la Policía Ministerial, respectivamente.
“El Nono”, presunto subjefe de la organización y encargado de recoger la totoaba de los pescadores y hacer las ventas, fue aprehendido el 28 de julio, en el puerto de San Felipe, cuando transitaba en un pick up Ford Lobo, modelo 2015, sobre la Avenida Mar de Cortez; iba acompañado de Adrián Rivera Castañeda, empleado de la Secretaría del Ayuntamiento, según la página de transparencia de la institución, donde se desempeñaba como auxiliar administrativo.
Policías ministeriales les hallaron cartuchos de un arma AR-15 y envoltorios de droga, por lo que hoy están recluidos en el Centro de Reinserción Social de Mexicali.
Rivera Castañeda, alias “El Chato de la Sierra”, era considerado en la organización como el vínculo con diversos sectores que servirían para crear alianzas; en una imagen se muestra abrazado de “El Tekolín”.
Tras caer “El Nono”, Gastón Eduardo ocupó su lugar como encargado de la venta de totoaba, además de continuar con las labores de abastecimiento de armas, pero fue detenido el 11 de octubre, circulando a bordo de un pick up de la marca Toyota, color gris, con caja y placas AP05817, de Baja California, sobre la carretera Puertecitos-San Felipe.
En ese momento, la Gendarmería y la Secretaría de Marina indicaron que fue aprehendido con 6 mil dólares, dos envoltorios de metanfetamina de regular tamaño y 74 cartuchos de calibre 7.62, además de una gramera, una fornitura de pistola, esposas y un radio de frecuencia de largo alcance, mismo que tiene la capacidad de intervenir la señal de marinos y militares.
Más nombres ligados a “El Tekolín”
Luego de esta detención se reestructuró la organización criminal, pues, según el organigrama al que ZETA tuvo acceso y que forma parte de la investigación de la Seido, la seguridad del grupo corrió por cuenta de Ángel Iván Soberanes Miranda, alias “El Chucho”, esposo de Alicia Parra Aispuro, hermana de Óscar y Gastón Eduardo.
“El Chucho” no cuenta con antecedentes penales, pero aparece en la estructura criminal, al igual que Héctor Javier Dagnino Pérez, hermano del ex delegado de San Felipe, José Luis, el cual renunció a su cargo argumentando que se unirá a la lucha en favor de la pesca y de Sunshine Rodríguez.
Héctor Javier, quien representa una empresa llamada “HJD Construcciones”, la cual no fue ubicada en el Registro Público de Comercio, está casado con Fanny Judith Parra Aispuro, también hermana de Óscar y Gastón Eduardo. Ambas relaciones pueden constatarse en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio (RPPC), pues en años previos adquirieron pequeñas viviendas localizadas en la colonia Los Arcos.
Como operadores en el escalafón criminal, existen varios integrantes, algunos de ellos ya identificados plenamente, tal es el caso de Álvaro Jesús Ramos Sillas, mejor conocido como “El Varito”, capturado el viernes 17 de noviembre debido a que presuntamente participó en un “levantón”. El segmento informativo proporcionado por la Policía Municipal, tras un operativo en coordinación con Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y el Ejército, indicó que se detuvo a seis personas que momentos antes privaron de la libertad a un individuo que fue brutalmente golpeado y amarrado de pies y manos.
Las corporaciones de seguridad lograron aprehender a seis integrantes de la banda, incluyendo a “El Varito”, aparentemente era el líder de esa pequeña célula delictiva y que tras las indagatorias, se pudo establecer que se trató de una pugna con una banda contraria que pretendía iniciar operaciones sin el consentimiento de “El Tekolín”.
Ramos Sillas recibió apoyos por parte del Gobierno Federal, según los padrones de beneficiarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, de Pesca y Alimentación (Sagarpa), los cuales fueron diseñados por los líderes pesqueros, entre ellos Sunshine Rodríguez Peña.
José Alí Amador Farías es otro de los supuestos integrantes de la agrupación delictiva, el cual también ha recibido apoyos por parte del Gobierno Federal y Estatal, con los cuales compró equipo para lanchas y otras mercancías.
Según la página de internet de Sagarpa, es un prestador de servicios de pesca deportiva en San Felipe y cuenta con permisos para ello. Sin embargo, en 2016 fue detenido por varios meses luego de un cateo realizado por la Policía Estatal Preventiva y la Ministerial.
En el amparo 240/2016, disponible en la página del Poder Judicial de la Federación, se dice que fue aprehendido el 23 de abril de 2016, en posesión de drogas y armas. Sin embargo, tras interponer el recurso federal en el que argumentó una privación ilegal de la libertad, además de inconsistencias en el proceso, recobró su libertad. Actualmente se le relaciona con un homicidio en grado de tentativa, en la comunidad portuaria.
En el organigrama también se ubican Francisco Javier y Héctor René Aróstegui Torres, alias “El Chekua” y “El Hummer”, este último exboxeador profesional, y aunque no se pudieron establecer antecedentes penales, autoridades federales los relacionan con la agrupación de Parra Aispuro; también recibieron apoyos de Sagarpa y Conapesca como pescadores.
Damacio Madueña Ruiz, alias “El Mini Lic” y Mario Ibarra Lugo, conocido como “El Mayo” o “El Piry”, están en condiciones similares.
Hay un hombre del que se sabe poco, pues opera con discreción en las calles y que aparentemente tiene un nivel jerárquico igual o superior a “El Tekolín”. Le dicen “La Yegua”.
Informes de inteligencia lo ligan a Parra Aispuro, pero tiene su propio grupo armado y traficantes. Hace unos meses se incautó un cargamento de 10 “buches” de totoaba en el kilómetro 41 de la carretera San Felipe-Puertecitos, cuyo traslado era responsabilidad de Tirso Ramón Jaso Castillo, René Valdivia García, de 31 años, y Ramón Hernández López, de 26, y Juan Carlos Sánchez Vargas, 24 años, originarios de Guerrero; todos están detenidos.
La captura de Sunshine, un asunto político: abogado
Días antes de ser detenido por elementos de Seido, Sunshine Rodríguez Peña estaba cauteloso por tres cuestiones.
La primera fue la solicitud de embargo de ambientalistas al Ejecutivo Federal de los Estados Unidos, que, a su vez, generaba presiones en México. La segunda fue la aparición de una corona de flores y un cuchillo en la parte frontal de su vehículo, lo que fue tomado como una amenaza que generaba más preocupación por la tercera cuestión: el movimiento atípico de vehículos sospechosos que merodeaban la comunidad portuaria y del que Sunshine tenía conocimiento.
Pese a ello continuó con sus actividades hasta que la noche del sábado 25 de noviembre, cuando fue detenido junto con su esposa Sara Ahumada Islas a bordo de su vehículo en compañía de sus dos hijos, uno de ellos de apenas tres años de edad. Regresaban de hacer sus compras navideñas en Calexico, California, según refirieron los mismos pescadores.
En el trayecto de regreso a San Felipe, llegó a un punto de revisión de los agentes ministeriales federales, instalado en el kilómetro 50; los uniformados se identificaron como elementos de la Seido y ordenaron detener su marcha para una revisión. Según uno de sus abogados, Ricardo García, ahí le “sembraron” la droga.
Los federales justificaron la intervención, argumentando que la unidad no tenía placas, pero según el mismo abogado, Sunshine tenía láminas de Sonora, a efecto de pagar menos por la documentación del vehículo, por lo que sospecha que le fueron retiradas por las autoridades de forma intencional.
La Seido sabía que no podía detener a Sunshine en el puerto, ya que representaría posible enfrentamiento con sus simpatizantes, por lo que montaron el operativo fuera de sus dominios, en una zona despoblada.
Para cuando los amigos y residentes del puerto se enteraron de la aprehensión, éste ya se encontraba en las instalaciones de PGR, en Mexicali, para ser certificado.
La reacción fue tardía, pues no fue hasta la mañana siguiente que bloquearon la carretera a San Felipe, exigiendo la liberación de Sunshine; según el parte informativo de la Policía Federal, las 70 personas eran coordinadas por Javier Dagnino, hermano del exdelegado y esposo de Fanny Parra, hermana de “El Tekolín”.
Para el mediodía cerraron el Bulevar Lázaro Cárdenas, frente a PGR, además de la carretera al Aeropuerto. A la clausura de esta edición, aún permanecía el bloqueo en el primer punto.
Para el abogado Ricardo García, quien es uno de los defensores de Sunshine, todo es un movimiento político que busca destruir el movimiento de pescadores que exige salir a pescar en el Alto Golfo.
Ricardo García comentó que Sunshine ha mostrado posturas agresivas hacia las propuestas del Gobierno Federal, por lo que decidieron quitarlo del camino al ser la cabeza visible del sector pesquero.
Agregó que es increíble que le encuentren un kilogramo de “ice” a una persona que viene de Calexico y con destino a San Felipe, pues la droga cruza a Estados Unidos y no al revés.
“San Felipe está lleno de droga”, señaló el abogado con un tono de burla.
Sunshine está recluido en el penal de Santiaguito, en Toluca, Estado de México, y no en el Altiplano, como afirmaron pescadores durante el bloqueo de la garita del miércoles.
Rodríguez Peña espera su audiencia de vinculación a proceso que se llevará a cabo el domingo, mientras tanto, él y su esposa permanecen presos.
“Sunshine es un preso político”, declaró Enrique Acosta Fregoso, durante una entrevista realizada a las afueras de PGR, al día siguiente de su detención.