En ocasión del Primer Informe de Gobierno de Juan Manuel Gastélum Buenrostro, se realizó un montaje en el que predominó el derroche de recursos públicos, la división clasista del público al que convocó y la demagogia de un discurso con verdades a medias.
Como si se tratara de un espectáculo artístico, el Palacio Municipal de Tijuana se cubrió de altos telones, pantalla gigante, luces, sonido y un espectacular escenario, decoración a cargo de Producciones Comtec Sound, en la que el gobierno de Gastélum dice haber gastado 500 mil pesos.
Esto sin contar con el gasto que se erogó en la videograbación del evento y de la que se hizo cargo Hollywood Rivera Estudios, producción que forma parte de la promoción que se realiza sobre el primer año de administración de “El Patas”, a la cual se le invirtió 12 millones de pesos, publicidad que se concentra en cuatro medios locales, principalmente: Televisa, Tv Azteca, Uniradio y periódico Frontera, de acuerdo a la explicación que la Dirección de Comunicación Social dio a la Comisión de Hacienda, esto a la hora de solicitar una ampliación de su partida presupuestal para poder solventar tal erogación.
Aunque “El Patas” ponderó realizar un gobierno cercano a la gente, para el desarrollo de este evento se desplegó un operativo de seguridad de tres cuadras a la redonda, con el fin de evitar el arribo de posibles manifestantes a la sede de la solemne sesión.
Tampoco se mostró accesible para todos sus 600 invitados especiales, a quienes dividió en tres clases, relegando al final a los representantes comunitarios, ciudadanos que al igual que la prensa, fueron acorralados entre vallas de metal, impidiéndoseles mezclarse con quienes fueron asignados en las dos primeras secciones, entre las que se encontraban funcionarios de los tres niveles de gobierno, representantes de cámaras y organismos empresariales y el regidor con licencia que recientemente enfrentó un proceso en Estados Unidos, acusado de lavado de dinero, y resultó culpable por otros delitos, Luis Torres Santillán.
En primera fila, el presidente municipal y un incompleto Cabildo, con la presencia solo de los ediles de los PAN, PRI y el regidor rechazado por su partido, pero representante de Morena. No asistieron los regidores del PES ni el independiente.
En su segundo informe, el primero lo efectuó una noche antes, en sesión extraordinaria a puerta cerrada, en la que entregó el documento, permitiendo a cada uno de los representantes de las cinco fuerzas políticas del Cabildo de Tijuana, tomar la palabra por cinco minutos para dar su posicionamiento sobre la primera fase del trienio. En este acto, “El Patas” solo se limitó a dar una guía del apartado de los temas que consideró más relevantes, recomendando a los regidores leer el documento y hacer sus observaciones ante la comisión correspondiente.
Lejos, pues, del llamado “respetuoso y sincero” a los regidores, a quienes invitó “a la confrontación de ideas, ¡claro que sí! De propuestas claras… Todo lo que sea lo mejor para Tijuana, dejando de lado, eso sí, la lucha estéril, la denostación, la cerrazón, el confrontar por confrontar”.
En su evento de lucimiento, Gastélum habló de los baches, refrendó su discurso de reparto de culpas, doliéndose de haber recibido una administración sobre endeudada, una ciudad a oscuras, un servicio de recolección de basura colapsado, una corporación policiaca muy castigada y poco valorada.
Ponderó estar sacando adelante la administración municipal con ahorro y “acciones concretas, no palabritas”.
Desde luego no se mencionó la renta a sobreprecio 52 camiones de basura, ni que la reconstrucción por 204 millones de pesos del Bulevar Cucapah, su principal obra vial, se encuentra impugnada por un fallo poco claro de la licitación. Tampoco mencionó que el proceso de concesión para iluminar la ciudad es señalado de opaco por ciudadanos y sectores productivos. Ese día solo fue para el aplauso fácil y la reverencia de sus subordinados.