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jueves, febrero 22, 2024
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El murito de la ignominiota

Política Breve y de Emergencia

 


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Con asombro, tristeza, sobre todo con indignación, nos enteramos de la construcción de un “muro divisorio” entre la zona de curules y los espacios de asientos para los ciudadanos asistentes a las sesiones en la Sala Benito Juárez García de la Cámara de Diputados de Baja California. Es casi surrealista la imagen de la cancelería colocada a manera de jaula, pues le falta el vidrio, acrílico, madera o lo que sea que habrán de instalar para terminar de construir una definitiva barrera física entre los diputados y sus representados.


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La justificación, las constantes agresiones físicas que los “representantes del pueblo” sufren debido a los objetos de todos los tipos (excremento incluido) que algunos asistentes han dado en lanzar desde las butacas hasta dar a los diputados. El caso inclusive de la agresión física directa en contra de la diputada originaria de Ensenada.

Es prácticamente desde hace un año, precisamente cuando en la Cámara aprobaron incrementos a impuestos, derechos y la Ley de Asociación Público Privada, que los 25 parlamentarios locales no han podido sesionar en orden y en paz porque siempre hay manifestantes dispuestos casi siempre, no solo a ser oídos sino a violentar la celebración de las sesiones donde se toman los acuerdos de trascendencia para la sociedad.

Lo desafortunado del caso es que, a casi un año del hecho, las autoridades políticas de la entidad les ha sido imposible atender satisfactoriamente las demandas de los grupos y ciudadanos casi siempre beligerantes, que exigen cada vez, con mayor energía y agresividad, cosas como no concesionar a particulares los servicios públicos, que no se endeude más el erario público, o que no suban las tarifas del agua potable, al igual que no se privaticen los derechos de uso y producción de agua, etc.

La incapacidad de resolución de conflictos políticos del gobierno es contrastante con su enorme imaginación y creatividad para explicar las “verdaderas motivaciones” que los manifestantes tienen para oponerse y sabotear todos los proyectos legislativos que el Estado ha querido proponer y aprobar ante el pleno legislativo. Los grupos organizados y aún ciudadanos en lo individual que se han manifestado contra el Congreso, “son grupos de interés político partidista buscando su provecho particular y además están financiados por intereses que desconocemos”. ¿De verdad?

El muro, en realidad, tal vez carezca de importancia, por lo que a los diputados respecta, podrían haber resuelto por acuerdo de pleno, sesionar siempre en privado de manera que no se pusieran en riesgo de ser alcanzados por algún improperio, ni mucho menos por objetos arrojados en su contra; es desde luego la instalación, la idea política más psicótica que se recuerde desde la aparición de las grotescas fotografías de “Pancho Cachondo” posando desnudo con el logotipo de su partido en salva sea la parte.

Lo ahora importante de la construcción del muro de los diputados es el mensaje que simbólicamente le han enviado a toda la ciudadanía bajacaliforniana. Nuestros representantes le dicen a sus representados metafóricamente, “ustedes allá y nosotros acá, que no somos iguales”. Con una barrera física, expresan su claudicación al diálogo, su intolerancia, pero también su desconocimiento de los caminos de la ley para hacer imperar el Estado de derecho; el muro exhibe la beta de fascismo que les surge a los empoderados cuando se les agotan las ideas inteligentes.

Y de democracia, pues ni hablamos; la ignominiosa decisión de apartar al pueblo físicamente de los actos de su gobierno, a pesar de lo que la propia Constitución de Baja California expresamente señale en lo relativo a las decisiones del Congreso del Estado, fue tomada unilateralmente por quienes en este momento representan la mayoría en el poder. Y aunque recapaciten, ¡por favor!

Que la historia lo registre.- Reunirse con los funcionarios públicos panistas de elección con la frecuencia que se requiera para el mejor desempeño de su gestión y trabajo político. Inciso S, Art. 76 del Reglamento de Órganos Estatales del PAN: “Obligaciones del Presidente Estatal”.

Botón rojo.- Y desde una oficina cercana, en un edificio cercano.

—Pues, ¿qué el Diputado Castañeda se manda solo, o qué?

 

Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas. Correo: smriubi@yahoo.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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