De acuerdo con el último Informe de Perspectivas Económicas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), a tasa anual el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá 2.2 por ciento en 2018, cifra inferior al crecimiento mundial de 3.7%; mientras que la inflación incrementará 4.0%, porcentaje mayor al que se espera para los miembros del organismo, de 2.1%.
Ante este panorama, el Presidente Enrique Peña Nieto apostó por la continuidad en la política económica al designar esta semana a Antonio González Anaya como secretario de Hacienda y Crédito Público, y a Alejandro Díaz de León Carrillo como gobernador del Banco de México (Banxico).
González Anaya, quien estaba al frente de Petróleos Mexicanos (Pemex) desde febrero de 2016, dijo en declaraciones a la prensa que gracias a la continuidad económica, el país está preparado para lo que llamó “una tormenta perfecta”: la reforma fiscal de Estados Unidos, la salida de esa nación del Tratado de Libre Comercio, así como la incertidumbre política y el alza en las tasas de interés.
Sin definir la estrategia a seguir para reducir el impacto que conllevaría la reducción de los impuestos en el vecino del norte, el funcionario comentó: “Tenemos que estar preparados y daremos continuidad a las políticas que han redituado bien”.
Además, afirmó que mantendrá un manejo prudente del endeudamiento, y que no se crearán nuevos impuestos, ni subirán los existentes. Uno de sus objetivos para 2018 será garantizar que el ejercicio del gasto público sea transparente y no se use con fines electorales ante los comicios presidenciales.
Por otro lado, Alejandro Díaz de León Carrillo, quien fungía como subgobernador del Banxico desde el 1 de enero de este año, sucederá a Agustín Carstens Carstens del 1 de diciembre de 2017 al 31 de diciembre de 2021.
El licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y maestro en Administración Pública y Privada por la Escuela de Administración de Yale, tendrá como principal reto conducir la política monetaria para cumplir la meta de inflación de 3.0%, establecida en la Ley de Ingresos de 2018.
Entre sus metas también está contribuir al crecimiento económico y a la estabilidad del tipo de cambio, pese a los factores económicos y políticos de los entornos nacional e internacional, como el posible incremento en las tasas de interés que determinaría en diciembre próximo la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), misma que el miércoles 29 de noviembre, en voz de su aún presidente, Janet Yellen, informó que la economía estadounidense creció 3.3% en el tercer trimestre de 2017, cifra que marca una tendencia más rápida de la esperada y con mayor fuerza que en los últimos tres años.
Dicha expansión posibilita el aumento gradual en las tasas de fondos federales, con las que se mantendrá el crecimiento del empleo y el cumplimiento del objetivo de la inflación en 2.0%.
