Cada día que pasa, me sorprenden más los hechos que se dan en vísperas de elecciones, sean del nivel que sean, ya que los contendientes interesados en lograr un espacio en las nóminas del gobierno, parecen “discos rayados”; las mismas promesas de campaña, los mismos señalamientos de corrupción que entre todos ellos se echan; los mismos “trapitos sucios” que sacan, y en algunos casos, aquellos que por sus palabras parecen que traen en sus manos “la varita mágica”, que, como parte de sus verborreas, aseguran ser un partido nuevo y renovado, sin saber que son “la misma gata, nomás que revolcada”.
Hasta cierto punto es triste que, con tal de lograr sus objetivos, no les importe engañar a los ciudadanos con tantas y repetitivas promesas que, a fin de cuentas, una vez logrados sus propósitos, se olvidan de todo lo que en tiempo de campaña prometieron. Se olvidan que somos nosotros los ciudadanos que con nuestro voto les damos la oportunidad de administrar nuestros recursos.
No se requiere ser un experto en política para darse cuenta de la gran corrupción que existe en nuestro mal gobierno, pues no pasa un día sin que no existan señalamientos en contra de elementos del Gobierno sobre algún delito cometido, sobre todo, del orden económico.
Como muestra, ahí tenemos a los ex gobernadores (creo que ya van doce) de los que, hasta el momento, se tiene referencia de sus fechorías cometidas durante su mandato de gobierno; algunos ya recluidos, otros aprehendidos por autoridades extranjeras y en espera de ser extraditados a México; algunos más escondiéndose en algún otro país y otros muchos, pero muchos, que como se dice en el lenguaje coloquial, “ya sienten pasos en la azotea” porque saben que, al darse el cambio de gobierno, dejarán de existir esos arreglos que entre los partidos se han dado; por lo tanto, no habrá cobija que los cubra y proteja con la desaparición de los expedientes.
Algunos ciudadanos con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta de la forma de gobernar de otros tantos presidentes, gobernadores y presidentes municipales; es por esto que podemos presumir de tener puntos de comparación en sus formas de dirigir un país, administrar un Estado o encabezar un municipio; y la corrupción sigue igual o peor. Sabemos que en cada cambio de Gobierno Federal vienen las devaluaciones, el alza de precios, la invención de nuevos impuestos, etc., etc., esto gracias a los medios que no tienen temor de informar a la ciudadanía de la verdad; nos comunican de toda la serie de irregularidades que cometen los gobernantes y que, por tal motivo, seremos nosotros los ciudadanos quienes sufriremos las consecuencias, “pagando los platos rotos”, mientras ellos se van con los bolsillos llenos.
Refiriéndome no solamente al manejo de los recursos, sino de las preferencias que estos tienen hacia sus personas allegadas, esto al momento de asignar un contrato para la realización de una obra, el otorgamiento de alguna concesión, o bien, para favorecer a algún proveedor, que para el caso es lo mismo.
Recientemente, y como una novedad en la forma de resolver la problemática social en cuanto a la recolección de basura, la necesidad de unidades para mejorar el patrullaje por las calles de la ciudad y el alumbrado público, se ha recurrido al arrendamiento, firmando contratos que a simple vista se observa una serie de inconsistencias, tanto de forma como de fondo. A lo mejor, al firmarlos, éste no pensó en resolver esa serie de problemáticas sociales, más bien, en obtener algún otro beneficio personal o ayudar a algún amigo. Y cuando se le hizo una entrevista por parte de un prestigiado periódico, casi en todas las preguntas, sus respuestas fueron pueriles.
Y así sucesivamente, con el paso del tiempo, nos vamos dando cuenta de que, salvo honrosas excepciones, la gran mayoría de los funcionarios del nivel y partido que sean, lo que más les mueve al pretender un puesto dentro de la nómina del gobierno, es “llevar agua a su molino”, aunque la mayoría de las veces lo hagan a sabiendas de que toda acción trae una reacción y que posiblemente sean llamados a juicio o ante el Congreso para que hagan alguna aclaración.
Es por ello que, como un ciudadano más, les conmino a que en las próximas elecciones, al otorgar su voto, lo hagan con sentido común, analizando toda esa serie de situaciones que con anterioridad he mencionado. Sobre todo los jóvenes, que por su edad ignoran todo lo que en años anteriores ha sucedido a partir de las malas administraciones; si no lo saben, porque no les tocó vivirlas y sufrirlas, ¡pregúntenle a sus papás!, ellos sí conocen las atrocidades que los malos gobiernos han dejado. Porque, en carne propia, las clases trabajadoras sufrimos las consecuencias de estos malos manejos al ver reducido el poder de compra, ya que el mísero sueldo no alcanzaba ni para mal comer.
Atentamente,
Alfredo Flores Zamora
Correo: ocretle54@hotmail.com