Un joven entró en un bar, gritando:
“¡Estoy armado con una 9 milímetros y un cargador con 12 balas! ¡Quiero saber quién demonios anda saliendo con mi mujer!”.
Desde el fondo un viejito que toma cerveza dice:
“¡Te van a faltar balas!”.
Autor: Anónimo… anónimo… anónimo…
Misterio de la vida
Dos hombres conversan:
— La mujer de Humberto Moreira no sabía nada; la mujer de Javier Duarte no sabía nada; la mujer de Roberto Borge no sabía nada.
“Y eso por qué te sorprende”.
— ¡Porque no entiendo cómo diablos hace la mía para saber todo!
Autor: Una primera dama.
La importancia de venir de una buena familia
En un pueblo muy pequeño murió un intelectual famoso. Después de un tiempo el grupo de amigas de la viuda insistió que ella debía de casarse de nuevo.
Dado lo pequeño del pueblo, el único candidato era el plomero.
Renuente y acostumbrada a vivir con un estudioso, no quería, pero la viuda finalmente aceptó.
Se celebró el matrimonio y el viernes por la noche, el nuevo marido le dijo a la ex viuda: “Mi madre siempre dijo que al comienzo de sábado es un precepto tener intimidad para empezar un buen fin de semana”.
Y así sucedió.
En la tarde, después de haber tenido un buen día, él dijo:
“Según mi padre, es un precepto tener intimidad antes de cenar”.
Y así sucedió de nuevo.
Una vez en la cama para dormir, él dijo:
“Mi abuelo dijo que siempre se debe tener intimidad en la noche del sábado”.
Y otra vez así sucedió.
Al despertar en la mañana del domingo, él comentó:
“Mi tía dice que nadie puede ir a misa sin antes compartir la intimidad”.
Y eso hicieron una vez más.
Ese domingo la ex viuda fue al mercado y se encontró con una amiga, quien le preguntó:
— ¿Qué tal tu nuevo marido?
“Mira, intelectual, intelectual, realmente no es… ¡¡¡pero viene de una familia maravillosa!!!”.
Autor: Recién casada.
Consulta médica
Un loco visita al doctor:
— ¡No puedo dormir en las noches, veo ratones jugando futbol!
“Tómese esta pastilla para que duerma toda la noche”.
— Okey, doc, pero me la tomo mañana porque esta noche juegan la final.
Autor: Fanático del futbol.
Confesión
Llega un circo a un pueblo, junto a la iglesia hay un terreno vacío ideal para su montaje, el alcalde del pueblo le dice al dueño del circo que tiene que hablar con el párroco para el permiso, pero era domingo, la gente en misa y en confesiones, así que el dueño se las ingenia y logra colarse en el confesionario, dejando atrás una cola de feligreses bastante larga. Adentro del confesionario le dice al padre:
“Padre, quiero poner mi circo a la par de la iglesia”.
El sacerdote le dice que no, porque los circos degradan la imagen y la mente de las personas, ya que traen mujeres casi desnudas.
“Nada de eso, en mi circo solo hay actos de malabarismos y trapecistas, si quiere le demuestro”.
El religioso acepta salir y el dueño le demuestra sus actos circenses saltando hacia atrás, cayendo en un candelabro de la iglesia, dando otro salto cae de cabeza en el altar, luego salta de nuevo y se balancea en las cortinas y salta delante del padre.
Al finalizar las suertes, el sacerdote pregunta:
— ¿Eso es todo?
“Sí”.
— Entonces te doy el permiso, hijo.
“Gracias, padre”.
El dueño del circo se retira y el padre se queda con el sacristán. De pronto, al ver que la iglesia se ha quedado vacía, el párroco pregunta dónde está toda la gente para la confesión, a lo que el sacristán contesta:
“Padre, con esa penitencia que le puso a ese cristiano, ¿qué quería que hiciera la gente?”.
Autor: Un mal penitente.
Rabo verdes
Ahora resulta que la Policía de Pittfield, Massachusetts, arrestó a dos hombres por ser cabecillas de un ring de prostitución. El detalle es que los delincuentes residían en un departamento ¡EN ZERIO! dentro de un asilo de ancianos. Ahí, pues, estaban haciendo su luchita para ganarse la vida, aunque solo uno de ellos tenía 65 años de edad. Su ayudante, apenas era un jovenzuelo de 45, con un futuro criminal seguramente por venir.