El Ejecutivo va a ver su construcción,
la supervisa en horas de trabajo.
dice: “quedará grande mi mansión,
qué le hace, el pueblo al carajo”.
Este gobernador nada ha hecho,
pavimento mal trecho
en colonias primerizas
y de las más antiguas.
Pero lo observa la Catrina,
“te la pasas del box a cantina,
dices qué hacer, debes millones
a la UABC y otras regiones”.
Dice la Parca: “sabes güerito,
te pepenaré en un ratito,
deja esté oscurito
y escucharás mis gritos”.
“Ha muerto el Gobernador del Estado”,
murmura la Huesos, le traía ganas,
no importa, ya pintaba canas,
ya está bien congelado.
Lo lleva al frío panteón,
antes lo patea y tumba;
con él baila rumba,
buena pa’ el danzón y con tacón.
Calavera de Leopoldo Durán Ramírez