Residentes de la Colonia El Prado se sorprendieron al descubrir que un par de predios ubicados a un costado de las vías del ferrocarril, mismos que siempre han sido considerados un parque público, son en realidad propiedad privada.
Al no estar restringido el paso a persona alguna, además de contar con un camino peatonal pavimentado, gran cantidad de árboles y áreas verdes, sección de juegos infantiles y tomas de agua desde al menos hace 20 años, los colonos consideraron público los inmuebles catastrados con las claves IB-089-102 e IB-089-103.
Con esta idea errónea y pensando que el Ayuntamiento de Tijuana estaba siendo omiso en su tarea de dar mantenimiento a este espacio, un grupo de vecinos se dio a la tarea de mejorar la imagen del espacio, reactivando las tomas de agua y aspersores, reforestando la zona y podando la vegetación para darle mejor forma, encontrándose con la oposición de una de las residentes, quien después de advertir que los predios son propiedad privada, procedió a arrancar las plantas recién colocadas.
En efecto, de acuerdo a información del Registro Público de la Propiedad y el Comercio -RPPC- el empresario inmobiliario y del ramo automotriz, Mauricio Fernández Margain y sus hermanos Mariano y Ángel, son los propietarios de los terrenos.
El predio con clave catastral IB-089-102 fue adquirido por los Fernández Margain a Guillermo Robert Huerta, el 12 de enero del 2000, a razón de un millón 469 mil pesos. Robert Huerta, a su vez, lo había adquirido a Ferrocarriles Nacionales de México, el 28 de septiembre de 1999.
Este predio cuenta además con un adeudo de impuesto predial por un millón 890 mil 456 pesos. De acuerdo a información de Tesorería Municipal, a cargo de Ricardo Chavarría; por esta propiedad, los Fernández Margain adeudan al fisco municipal la cantidad de 1 mil millones 902 mil 488 pesos, por la omisión del pago del impuesto predial.
Fernández Margain tiene antecedentes de inconformarse ante el cobro de predial, llegando incluso a recurrir a la justicia federal a través de juicios de amparo, con los que logró la devolución de 833 mil 594 pesos por el gravamen contra sus múltiples propiedades, correspondientes a los cobros por los años 2013, 2015 y 2016, tal como se expuso en el reportaje “Políticos y empresarios, evasores del predial” (ZETA 2222, semana del 26 de octubre al 3 de noviembre de 2016).
El otro predio, con clave catastral IB-089-103, fue registrado como donación, el 9 de mayo de 2001, entregando Mauricio Fernández Margain a su padre Ángel Fernández Quintana, quien falleció en 2003. El predio fue valuado en 780 mil pesos, precio al que fue adquirido el 29 de noviembre de 2000 a Ferrocarriles Nacionales de México.