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sábado, febrero 24, 2024
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Reinauguraron biblioteca en penitenciaría; leer “nos da esperanza”, dicen internos

Leer hace “de este largo camino, el inicio de un futuro mejor, lleno de superación y esperanza”, compartió a ZETA Rosa Dolores, quién es una de las 276 mujeres que se encuentran internas en el Centro de Readaptación Penitenciario de La Mesa, en Tijuana.

Su hábito de lectura lo adquirió en la biblioteca de la penitenciaría, con la que se siente comprometida a contribuir para “hacer de este recinto, el mundo mágico que todo libro promete”.


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Al igual que Rosa Dolores, el resto de las féminas y los 3 mil 411 hombres que purgan una condena ahí o están en espera de una sentencia, tienen la oportunidad de forjar el hábito de la lectura en la biblioteca dispuesta para beneficio de los 3 mil 687 internos, la cual fue reinaugurada el lunes 2 de octubre, gracias al apoyo de Fundación Rebeca Lan.

“La prisión me había robado la libertad, pero no los recuerdos”, este pensamiento del líder sudafricano Nelson Mandela se lee en uno de los varios poster con frases motivacionales que cuelga en las paredes azules del recinto de lectura, el cual cuenta con un acervo de obras de literatura universal, filosofía, historia y autoayuda.

Para Miguel, quien lleva tres años y un mes recluido por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa, los libros de superación le han ayudado a sentirse mejor. Entre sus favoritos está “El monje que vendió su Ferrari”, debido a que el personaje principal se reencontró consigo mismo. El joven, que espera aún sentencia, admite que antes no leía, sin embargo, hacerlo durante esta etapa de su vida le “ha servido para aprender nuevas cosas de ciencia y tecnología y a abrir la mente”, de modo que no solo lo entretiene.


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Mientras que Fabiola, una de las 35 mujeres que cursan la preparatoria en ese centro, leer le ha ayudado a comunicarse mejor con sus tres hijos, lo que se ha visto reflejado en una relación más cercana. Recluida desde hace siete años por robo con violencia, comenta que cada 15 días, las bibliotecas les prestan libros, pero como ella está estudiando, puede ir más seguido y tomar más.

El promotor deportivo y cultural del centro, Jorge Alberto Macías García, explicó que el hábito de lectura le sirve a los reclusos para bajar niveles de estrés. Detalló que en estos espacios trabajan dos internos encargados de actualizar el registro de préstamos de libros.

“A quienes no pueden ir a las bibliotecas, se les lleva el catálogo y las obras a las celdas”, puntualizó el funcionario, quien agregó que a raíz de esta nueva donación, también se intentará crear círculos de lectura para que “todos los privados de la libertad podrán leer un libro para luego poder hacer una mesa de trabajo y debate sobre el texto que se elija”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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