En esta ocasional vez que escribo, después del festejo del medio siglo de haberme graduado (generación 1964-67), de la Secundaria Federal de Agua Caliente “Poli”, surgen pequeños detalles a recordar.
Dicha celebración se realizó en el histórico Centro Escolar “Agua Caliente” (Preparatoria Federal “la Lázaro”, por los que ignoran la historia de Tijuana) y que a mi generación, por fortuna, nos tocó estudiar aún en las instalaciones que habían sido originalmente del antiguo casino, hechas de materiales similares a las del Parque Balboa, en San Diego, ya que datan de esa época. Pero, mientras las instalaciones del Parque Balboa existen cuidadas y conservadas; en cambio, hoy solo queda de aquel casino, el simbólico Minarete y la parte de la alberca, las demás neciamente destrozadas.
En la “Poli”, a principios y durante la década de los 60, teníamos clases desde las 7:00 a.m. hasta las 2:00 p.m., de lunes a viernes y los sábados solo hasta mediodía, nada de semana suiza de 5 días (le dicen semana inglesa entre los que hemos sido maquilarañitos). La dirección, donde había un amplio recibidor (“lobby” en spanglish), la cual era una de las áreas del casino, resultaba de las más cómodas.
Había una biblioteca que teníamos disponible los alumnos para ir a revisar libros, hacer trabajos, tareas y estudiar, además se respetaba guardando silencio. Ya para entonces, las habitaciones privadas o búngalos para los clientes del complejo Agua Caliente, eran ahora las casas de varios de los profesores y directivos. Claro, ya había otras secundarias como la de la colonia Alemán, Abraham Castellanos, 5 de Mayo, Cuauhtlatohuac, La Paz y otros.
Cuando íbamos a comprar dulces, refrescos o tortas, subíamos a la tienda que daba a la vialidad. Los camiones que iban por todo el bulevar a la “Poli” de Agua Caliente eran los “chatos” verde y crema que cobraban cinco centavos de dólar o 60 centavos plata, del mismo modo lo hacían los azul con blanco y los rojo y blanco que recorrían las colonias.
Por la carretera, rumbo a la entonces alejada y poco poblada La Presa, sobre la cortina, en los tiempos de lluvia que suelen azotar a Tijuana cada cierto tiempo, era interesante ver cuando había agua en vez de estar seca y hubo temporadas donde se criaban peces y se podía ir a pescar. Ir a las playas de Rosarito era un gusto, así como también ir a algunas partes de los viñedos que están para Tecate, pues a veces dejaban ir de día de campo.
En 1964 había dos marcas de leche La Vaquita y La Suiza (hoy Jersey). Existían tres canales de televisión que transmitían en inglés, el 6 (instalado acá en Tijuana, con programas de la cadena ABC); del otro lado, el 8, de la CBS; y el 10, de la NBC; todos en UHF, nada de VHS, menos cable o satélite. Si bien, recuerdo que el canal 12 de Televisa, a un lado del canal 6, apenas acababa de empezar a transmitir en español y solo lo hacía de las 4:00 p.m. a las 10:00 p.m.
En cuanto a los negocios de entonces, antes había una tienda de moda por su fuente de sodas, era la desaparecida Woolworth, de la calle Segunda. La discoteca Serrano (de discos de vinilo que se vendían en aquella época), era donde salía cada semana la lista de las 40 canciones más populares de Rock and Roll y donde se regalaban por cortesía de la estación de radio KCBQ, de San Diego.
La UABC, con su preparatoria (hoy los Cobach e igual, está es reminiscencia), tenía poco de haber iniciado y acá solo ofrecían un par de carreras, era por ello que la mayoría de los jóvenes en edad para iniciar su formación superior, tenían que irse a Guadalajara o al entonces Distrito Federal. Afortunadamente se ha logrado cambiar esto, con más de 20 instituciones y docenas de carreras, miles de alumnos. Mi generación 1970, de la preparatoria de la UABC, ocupamos el Club Campestre para que se nos dotara de los terrenos en Otay, donde ahora está el campus (y ésta también es otra historia). Aprovechen el presentante, capacítense, estudien.
Así, recáspita, la porción de las instalaciones (del campo de golf) ex parte del gran e histórico Agua Caliente, fueron de nuevo mudos testigos y partícipes de otro capítulo de nuestra historia. Con esto, amable lector, concluyo esta breve reminiscencia de la “Poli”, el centro y complejo Agua Caliente y mi Tijuana. Agradeciendo su atención.
José Luis Haupt Gómez
Tijuana B. C.