El asesinato a sangre fría de un joven bachiller de 18 años de edad, se volvió el caso más importante para todo el grupo de Homicidios Violentos en Mexicali, pero además de este, tres crímenes más llamaron la atención de la ciudadanía, sobre todo el de un ex agente de la PEP y el ataque a balazos de un empresario agricultor frente a la UABC
Pese a que el director de la Policía Municipal, Alonso Ulises Méndez, dice que en Mexicali solo ocurren el 7 por ciento de los homicidios de Baja California, e incluso ha sido desplazado por Ensenada como el segundo lugar en este tipo de crímenes, el cierre de la semana pasada y el inicio de esta, recordaron a los cachanillas que la Capital del Estado no es segura, pues por unos días se activó el código rojo a raíz varios crímenes de alto impacto.
Y aunque ninguno está relacionado (según información de la Procuraduría General de Justicia del Estado, PGJE), la percepción ciudadana de inseguridad preocupó a las autoridades, pues los hechos sucedieron en zonas concurridas o de condición económica favorable. Incluso en un caso se aprehendió a un ex militar que intentó esconderse en el cuartel tras acuchillar a una persona.
El asesinato del bachiller Raúl Velderraín
Viernes 6 de octubre por la tarde. El joven estudiante del Colegio de Bachilleres (Cobach) Plantel “José Vasconcelos”, Raúl Velderraín Quijada, salió de su escuela a bordo de un automóvil Toyota Camry de reciente modelo color plata, con placas de circulación AKP4491 de Baja California, registrado a nombre de su madre.
Tomó la carretera a Islas Agrarias “A” y luego cortó hacia la derecha sobre Avenida Heres. Justo frente a la entrada de los fraccionamientos Toledo I y Alcázar, al oriente de la ciudad, un vehículo Chevrolet Malibú color gris, se le emparejó. El conductor tomó un arma calibre nueve milímetros y la accionó en una ocasión.
El proyectil ingresó por el vidrio de atrás, perforó el asiento y se incrustó en el cuello de la víctima; la bala obedeció el trayecto hasta salir por la barbilla del estudiante, quien aturdido perdió ligeramente el control de la unidad; guardias de seguridad refieren que otras dos detonaciones sonaron sin encontrar destino, pero la PGJE insiste que solo hay evidencia de un disparo.
Los vehículos difirieron en la velocidad, mientras el auto del joven aceleró, este, herido, titubeó y detuvo el vehículo a mitad de la calle para descender, pero la fuerza solo le alcanzó para dar dos pasos y desvanecerse; sus últimas palabras fueron “Ayúdame, ayúdame”, recuerda un testigo presencial que pidió el anonimato, quien le respondió que llamaría a la patrulla. Raúl murió a los pocos segundos a un costado de su unidad en marcha, con el estéreo a alto volumen tocando un “narco corrido”.
Una vez cometida la agresión, el vehículo Malibú aceleró hasta la entrada del fraccionamiento Toledo, giró a la izquierda, llegó al fondo de un campo de futbol y una sucursal de Oxxo, sobre la calle San Luis Río Colorado, y en ese momento se perdió de vista. Hay dos posibilidades, transitar al sur para llegar al Bulevar Lázaro Cárdenas o al norte y retomar la carretera a Islas Agrarias, lo que permite un mundo de caminos hacia la fuga.
El asesinato de Raúl conmocionó a la ciudadanía, pero por lo menos tres crímenes más ocurrieron a la misma hora, cuyo saldo fue de tres individuos en diversos hospitales a causa de impactos de bala. La PGJE no los relaciona pese a que ocurrieron también en la zona oriente de la ciudad y con diferencia de minutos, algunos de ellos.
Además, el ataque a balazos a un ex policía estatal, quien recibió impactos de dos armas distintas, una de ellas de asalto, y el intento de homicidio de un empresario agricultor, incrementaron la percepción de inseguridad en Mexicali, la cual presenta una cifra de crímenes per cápita superior y rondar los 120 homicidios, ligeramente encima que años anteriores.
Venganza por fotos sexuales, la otra hipótesis
Aunque la PGJE estableció en conferencia de prensa que había algunos indicios para considerar un altercado de tránsito como el motivo del homicidio del estudiante del Cobach, otra versión surgió tras las diligencias.
Según fuentes allegadas a la investigación, una joven estudiante amenazó a Raúl Velderraín con hacerlo pagar por subir a una red social material fotográfico comprometedor de su persona, y le dijo que pagaría por lo ocurrido.
La advertencia ocurrió días atrás y, aunque inicialmente se dudó de esta versión, la PGJE comenzó a trabajar y, apoyándose en el testimonio, han encontrado elementos para establecerlo como la hipótesis principal de este atentado, pues tanto la familia como el joven, cuentan con un historial limpio hasta el momento. De hecho, la directora del Cobach, Aidé Pelayo Torres, declaró ante los medios de comunicación que Valderreín era un buen estudiante y no se metía en problemas.
Se estima que la joven podría tener algún amigo o familiar con facilidades para adquirir un arma, y aunque se presumió inicialmente que el tirador fue muy preciso y se trató de un experto, pues solo accionó el arma una vez, el investigador comparó el crimen con el ocurrido contra el ex agente de la Policía Estatal Preventiva (PEP), donde los gatilleros vaciaron sus cartuchos para asegurarse del asesinato.
Por otro lado, la versión oficial que dio a conocer David Lozano Blancas, coordinador de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales (SIE), establece que la víctima pudo tener un altercado de tránsito con el agresor momentos antes.
El funcionario estatal señaló que no hay elementos para pensar que se trató de una confusión, pues afirmó que el ataque fue directo contra el bachiller, y, aunque se tiene una grabación del momento del ataque, el ángulo no favorece a las investigaciones, pues la unidad del agresor bloqueó el momento del disparo. No se vislumbra discusión o alguna señal de confrontación previa al atentado en la grabación.
Versiones de guardias de seguridad del lugar indican que el vehículo del agresor iba siguiendo a la víctima, pero tampoco ha sido confirmado por las autoridades.
Desde ese día, estudiantes de la preparatoria se acercan al lugar donde pereció su amigo y dejan flores y veladores para recordarlo.
“Narco” mató a ex PEP
El asesinato del ex agente de la PEP, Nicolás Francisco Ibarra Pino, no tiene de otra: fue el “narco”.
Antes de salir de la corporación le fueron detectados algunos nexos con criminales, y cuando renunció, formalmente fue ligado a células del Cártel de Sinaloa, según policías estatales consultados por este medio.
De igual manera, el modo como se dio el hecho y las condiciones económicas favorables del ex policía pese a que tiene siete años desempleado, hacen pensar que el asesinato se debió por un ajuste de cuentas cuya autoría se le adjudica al crimen organizado.
El incidente ocurrió afuera de la vivienda marcada con el número 288 de Avenida Adolfo Ruiz Cortines, en la colonia Adolfo López Mateos, en una zona de clase media alta donde incluso residen funcionarios y ex funcionarios locales.
Ibarra Pino conducía una camioneta Mazda de reciente modelo, color gris, con placas de circulación de California, cuando un automóvil sedán le cerró el paso justo frente a su vivienda. Dos criminales se emparejaron y dispararon un arma calibre R-15 y un revólver .357; una gran cantidad de cartuchos fueron localizados en la escena, la víctima recibió seis impactos en cabeza, pecho, abdomen y brazo, pero su pareja, que se encontraba a un lado, resultó ilesa.
Alcanzó a ser trasladado por la Cruz Roja al Hospital General, pero murió horas después, durante la intervención médica.
En la pared de la casa -que cabe señalar tiene grandes dimensiones- quedaron los impactos de bala, al igual que en la puerta del vehículo. También había una niña de 12 años de la que se desconocen mayores datos.
Ibarra Pino, de 36 años de edad, quien fue escolta del hoy subdirector de la PEP, Osiel García Hernández, cuenta con antecedentes penales por el delito de narcomenudeo, además de abuso de autoridad y lesiones calificadas, estas últimas cuando aún estaba en la corporación estatal.
Renunció en 2010, pero según información de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), el uniformado no acreditó los Exámenes de Control y Confianza, por lo que se inició un proceso de remoción.
Tras separarse del cargo, tuvo diversos altercados, el primero de ellos después de su renuncia cuando desconocidos “rafaguearon” una vivienda donde se encontraba en el fraccionamiento Los Portales II. El incidente fue documentado por diversos medios de comunicación el 21 de junio de 2010, pero no hubo lesionados.
Tres años después, el 26 de febrero de 2013, provocó una intensa movilización policíaca en la que participaron agentes ministeriales y municipales, pues se negó a bajar de un vehículo Dodge Charger color negro, con placas sobrepuestas 6DTH710 de California.
Policías municipales y ministeriales le marcaron el alto, a lo que obedeció sin reclamo, pero al pedirle que descendiera de la unidad porque esta llevaba placas sobrepuestas, se pidió el arribo de varias unidades preventivas para hacerlo bajar y detener.
Un agricultor acribillado y un ex militar preso
Iván Valdivia Hernández, representante de la empresa VH Asociados del Ejido Tlaxcala, fue acribillado en el estacionamiento de Plaza Cimarrón, sobre Bulevar Benito Juárez, justo frente a las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC); iba al gimnasio junto con su pareja sentimental.
El subprocurador Fernando Ramírez Amador comentó que la víctima recibió tres impactos de proyectil de un arma calibre 9 milímetros: uno en la cabeza, otro en el abdomen y un tercero en el brazo. Sin embargo, ninguno puso en riesgo su integridad.
La agresión ocurrió alrededor de las siete de la mañana del miércoles 11 de octubre y, según lo referido por policías ministeriales, la víctima no reconoció a su agresor, quien fue descrito como un individuo joven, de complexión delgada, que llevaba una camiseta polo con estampado de la UABC, igual a la que reciben los alumnos de nuevo ingreso. La camiseta fue hallada sobre la Calzada López Rayón, cerca de la misma universidad.
La víctima se encontraba lúcida y pudo entrevistarse con policías ministeriales, a quienes les refirió que los autores intelectuales podrían ser unos agricultores competidores, con quienes días atrás tuvo un altercado que casi llega a los golpes; la acusación fue directa.
Por otro lado, una pelea originada al interior del bar Capri, en la colonia Esperanza, culminó en el asesinato de Ubaldo Ambrosio Valentín, de 36 años, quien presuntamente fue acuchillado por un ex miembro del Ejército Mexicano la mañana del domingo 8 de octubre.
La gresca comenzó al interior del bar. El ex militar de 21 años, llamado Gabriel, sostuvo una pelea con el hoy occiso, por lo que el castrense decidió salir de la cantina localizada a escasos metros del cuartel militar, y esperarlo sentado en su motocicleta.
Cuando el hoy occiso salió, lo vio sentado en su vehículo y le exigió se retirara, pero el ex integrante de la milicia se abalanzó contra la víctima y le clavó un cuchillo en el pecho.
Gabriel corrió hacia la entrada del 23 Regimiento de Caballería, pero fue detenido por los guardias, ya que descubrieron que tenía sangre en su ropa y una navaja con manchas hemáticas en su bolsillo, por lo que dieron aviso a la Policía Municipal, la cual se desplazó para aprehenderlo.
La audiencia de control de detención se llevó a cabo la noche del martes 10, donde el Ministerio Público justificó cómo se dio la aprehensión.
Estamos 30% arriba en los homicidios que el año pasado: Ulises
Por su parte, el director de la Policía Municipal, Alonso Ulises Méndez, declaró que Mexicali tiene la tasa más baja de homicidios en la entidad y sus números son positivos a nivel nacional, según sus estimaciones.
Comentó que en Mexicali solo ocurren el 7% de los homicidios de la entidad, lo que consideró como un resultado muy positivo.
Méndez Manuell-Gómez aseveró que en materia de homicidios se encuentran por encima de la media normal, pues registra más de 12 homicidios por mes. Sin embargo, reconoció que al inicio del año la cifra de asesinatos estaba arriba un 200%, pero conforme han pasado los meses se ha logrado reducir a 30%, calificándolo como positivo.
Agregó que en la Capital del Estado la mayoría de los homicidios derivan de temas pasionales o personales, a diferencia de Tijuana, donde entre el 70 y 80% tienen relación con el crimen organizado.