Como balde de agua fría, Pescadores Ribereños de la zona del Golfo de Ulloa, en el Municipio de Comondú, Baja California Sur, sintieron una violación de su espacio de trabajo, pues denunciaron la intromisión de al menos siete barcos atuneros que invadieron aguas sudcalifornianas y que se encuentran depredando la zona. Las embarcaciones se encuentran frente a López Mateos, en Comondú. Sin embargo, los mismos pescadores dieron aviso a ZETA que estos se mueven entre el litoral de Cabo San Lázaro y San Juanico, sin que la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) tome acción en el caso.
“Se creó un refugio pesquero y se pusieron muchas restricciones al sector pesquero organizado ribereño, y vemos como los barcos camaroneros y los atuneros vienen y se meten hasta la cocina de las casas aquí; y para ellos no hay ninguna restricción. Nosotros fuimos ayer precisamente al mar para ver dónde estaban trabajando y nos comunicamos con la Conapesca y dicen que no tienen ninguna restricción”, lamentó Luis Camacho Manríquez, presidente de Vigilancia de la Federación de Cooperativas Pesqueras (Fedecoop) de la Capital del Estado, así como presidente de la Cooperativa Pesquera de San Carlos.
En agosto de 2015, los sectores de Pescadores Ribereños de la zona del Golfo de Ulloa celebraron un convenio con la autoridad; este documento contemplaba que todo tipo de embarcación, menor o mayor, evitaría pescar en la zona con el fin de que dicho espacio de amortiguamiento se recuperara y se garantizara la producción en estos años.
Hoy, a más de dos años de haberse firmado el acuerdo y de permitida la pesca, los únicos restringidos para esta actividad son los ribereños; mientras que los atuneros y camaroneros depredan la zona; además que son los únicos que acusan la mortandad de las especies marinas, cuando embarcaciones mayores son las que arrasan todo a su paso.
Algo grave ocurre y no es culpa de ninguno de los pescadores locales, mucho menos de los atuneros, aquí los responsables son las autoridades que brillan por su ausencia, desde la Marina, Conapesca, Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Secretaría de Pesca y la misma Sagarpa.
“Las redes andan sacando tierra donde están trabajando, andan capturando y en las redes salen caguamas, mantas y salen muchas cosas, animales que son de fondo. Dicen que no hay restricciones para los barcos, quién sabe hasta dónde puedan llegar. Inspectores de pesca dicen que no ha terminado con las restricciones de pesca, que están específicas en los permisos y, sin embargo, devuelven pangas de pesca con los permisos en mano, que, porque hay restricción, si el convenio ya se acabó”, declaró Luis Camacho.
La molestia de los pescadores gira en torno a que las autoridades pesqueras son omisas ante la problemática, ya que ni siquiera revisan con qué tipo de redes están operando. Nadie se ha acercado pese a la denuncia constante que se ha hecho durante tres días consecutivos, solo se limitan a decir que “no hay restricción”, mientras que a los Pescadores Ribereños los restringen en salidas, pese a los permisos en mano.
Y hasta cierto punto, las autoridades son cómplices de la depredación de especies y el daño evidente al refugio pesquero, establecido en el Golfo de Ulloa, por lo que debe ser castigado.
“La única restricción que tienen las embarcaciones es que las artes de pesca no peguen en el fondo marino, pero los barcos que estaban pescando, ayer y antier, que ya tienen tres días, estaban trabajando entre 23 y 25 brazas, que es la zona de más cuidado por la cuestión de caguamas, que son a 23 brazas, y estaban trabajando con artes de pesca de 80 brazadas que tienen de hondo, de altura”, denunció.
La denuncia de los pescadores reside en que las restricciones siguen para los ribereños y las flotas de altura de otros estados están depredando la zona, dejando sin posibilidades a los locales.