Paul Manafort, ex asesor de la campaña del presidente Donald Trump, y uno de sus socios de negocios, Rick Gates, se entregaron este lunes al Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), fueron imputados por conspiración contra Estados Unidos, lavado de dinero y por actuar como agentes de un gobierno extranjero, el ruso, esto resultado de las investigaciones del fiscal especial independiente Robert Mueller.
Mueller acusó de 12 cargos a el exjefe de la campaña del republicano, entre ellos, que lavó más de 18 millones de dólares en la compra de propiedades, bienes y servicios en Estados Unidos, y en el caso de Gates, que éste transfirió más de tres millones de dólares desde sus cuentas en el exterior a otras que él mismo controlaba.
Manafort, de 68 años de edad. fue parte del equipo de campaña de Trump entre junio y agosto de 2016, antes de renunciar por los reportes de pagos ilegales de Ucrania y agentes pro rusos.
“Manafort usó su dinero escondido en el extranjero para llevar un estilo de vida de lujos en los Estados Unidos sin pagar impuestos sobre ese ingreso”, se lee en la acusación. Ambos están acusados también por dar falsos testimonios: “Como parte del esquema, Manafort y Gates en distintas ocasiones dieron información falsa a contadores financieros, de impuestos y a consejeros legales, entre otras cosas”.
La acusación indica, además, que tanto Manafort como Gates actuaron como consultores políticos y cabilderos de gobiernos extranjeros al menos desde 2006 y hasta 2015 generando “decenas de millones” de dólares que ocultaron en cuentas bancarias en Chipre, San Vicente y las Granadinas y en Seychelles.
“Actuaron sin registrarse como agentes del gobierno de Ucrania, el Partido de las Regiones [un líder ucraniano del partido político de Víctor Yanukovych, que fue presidente desde 2010 a 2014], de Yanukovych y del bloque opositor”, dice el documento.
Mueller dirige, desde mayo del 2017, la investigación sobre la presunta intromisión rusa en el proceso electoral estadounidense. Su nombramiento se dio poco después de que el presidente Trump despidiera al exdirector del FBI, James Comey, quien averiguaba sobre el caso que se abrió en 2016, en plena campaña, supuestamente porque Rusia interfirió en la elección para intentar ayudar al republicano a derrotar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
La elección de Mueller fue realizada por el vicefiscal general, Rod Rosenstein, debido a que el fiscal general Jeff Sessions, tuvo que recusarse de la investigación luego de que se supiera que había tenido contactos con el embajador ruso cuando era miembro de la campaña de Trump.
Trump y sus ex miembros de campaña han negado las acusaciones de colusión con Rusia y ha dicho que las investigaciones e informes periodísticos son una “cacería de brujas”. Rusia también ha negado las acusaciones.
Esta mañana, el presidente estadounidense escribió a través de su cuenta de la red social Twitter, que: “Lo sentimos, pero esto es de hace años [la acusación], antes de que Paul Manafort fuera parte de la campaña de Trump”, para luego cuestionar por qué Clinton y los demócratas no eran investigados, y que no existe conclusión alguna al respecto.
LA ACUSACIÓN CONTRA MANAFORT Y GATES
En el año 2005, Manafort creó Davis Manafort Partners Inc. (DMP) para dar servicios de consultoría política y con empleados en Estados Unidos, Ucrania y Rusia. Posteriormente, en 2011, creó DMP International, LLC, para atender a clientes extranjeros, en particular al gobierno ucraniano y al Partido de las Regiones. En ambas organizaciones Gates fungió como el principal ayudante del ex jefe de campaña de Trump.
Junto a Gates, Manafort registró en Delaware, Florida y Virginia casi veinte empresas con las que condujo una campaña a favor del gobierno ucraniano, tanto en Estados Unidos como en Europa. También registró otra docena de compañías en Chipre, dos en las Granadinas y una meas de Reino Unido.
Manafort dejó de forma abrupta la campaña presidencial de Trump, en 2016, luego de que se dieran a conocer sus negociaciones con el gobierno de Ucrania y sus labores como lobista en Washington a favor de esa administración, sin documentarlas correctamente ante las autoridades.
En junio de este año, cuando se inscribió en el Departamento de Justicia como agente extranjero por esos trabajos, indicó en un documento divulgado por medios, que su empresa, DMP International, recibió entre 2012 y 2014 más de 17 millones de dólares del Partido de las Regiones, un partido prorruso de Ucrania que estuvo en el gobierno.
Antes de que trabajara para la campaña de Trump, sus gestiones, junto con su socio Rick Gates para mejorar la imagen del presidente ucraniano Viktor Yanukovych, que dejó el país en 2014, y se refugió en Rusia tras las protestas de diversos sectores, descontestos con su gestión.
-Con información de Univisión y agencias.
Paul Manafort, ex jefe de campaña de Trump, conspiró contra EU y se entrega al FBI