Un mayor incremento en los precios de los productos y servicios, así como una depreciación del dólar que podría alcanzar hasta los 25 pesos, son las repercusiones más importantes que se advierten ante la posible cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), según la Asociación Nacional de Usuarios de Sistemas de Comercio Exterior (Incomex).
Los más afectados serían los ciudadanos, ya que la economía de los estados fronterizos y particularmente la de Tijuana está muy vinculada al tipo de cambio, por lo que habría un menor poder de compra y más pobreza, señaló la consejera nacional de Incomex, Lorena Beltrán Noriega.
En el último día de las negociaciones de la cuarta ronda, la ejecutiva comentó que los negociadores manifestaron que hay mayores posibilidades de que el tratado se cancele.
Ante este panorama, los sectores primario (agrícola, ganadero, pesca) y el de manufactura resentirían más los efectos. En Baja California existen alrededor de mil 200 empresas manufactureras, en su mayoría concentradas en Tijuana y Ensenada, que tendrían repercusiones al pagar aranceles.
Destacó que las empresas dedicadas al corte y la confección de textiles y automotrices resultarán afectadas, al pagar un arancel de 25 por ciento.
Por otra parte, la industria automotriz sería perjudicada ante las condiciones del gobierno norteamericano que piden elevar a 85% la composición de sus partes, cuando actualmente está en 65%, el más alto en el mundo.
“Quieren que un porcentaje sea producido en Estados Unidos, eso rompería la cadena de manufactura, logística para elaborar los automóviles”, por lo que parece que eso no será aceptado por México y Canadá.
En su oportunidad, el secretario y consejero de Incomex, José Alejandro Márquez Solano, agregó que también se verían afectadas las industrias metal mecánica y médica. Por lo anterior, la asociación hizo un llamado para que las empresas instaladas en Baja California “toquen base con sus corporativos en Estados Unidos y que esto sirva para ejercer presión al gobierno norteamericano para que no renuncien al tratado”.
Explicó que actualmente con el TLCAN no se pagan aranceles, pero ante la cancelación de este entrarían los impuestos generales (de 2.5 a 3.5%), de acuerdo con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC); en ese sentido, el gobierno del vecino país podría establecer cuotas compensatorias de hasta 25%.
Aunque la aplicación de esos aranceles no es automática, entorpecería el intercambio comercial entre ambos países, tanto a las importaciones de Estados Unidos a México, como a las exportaciones de EU para ser importados a México, indicó Márquez Solano.
Por ello, urgió a las empresas a hacer un análisis del impacto que tendría la conclusión del TLCAN, para que estén preparadas.
El martes 17 de octubre, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, informó que México y Canadá pactaron que mantendrán un Tratado de Libre Comercio aun si Estados Unidos sale del TLCAN. De igual manera, indicó que su administración trabaja en un plan B y está en la ruta de la diversificación comercial. En tanto, el negociador de Estados Unidos, Robert Lighthizer, lamentó que México y Canadá no acepten sus propuestas.
