Que camine por la banqueta
me recomendaron mis padres,
pues la calle es para los autos
y la acera para la gente.
Hoy en día total sorpresa
cuando topé con aquel coche,
en la banqueta estacionado
cual perfecta decoración.
Había un gran charco en la calle
y yo con mis zapatos nuevos,
escogí entre mis dos opciones
subir o rodear el auto.
Mientras pensaba en qué haría
se escuchó un fortísimo golpe,
era una mujer con bastón
sorprendida con la barrera.
Mi corazón se enfureció
pues podía ver el camino,
mas esa mujer invidente
no sabía del charco de agua.
La ayudé para que pasara
y le expliqué la situación,
ninguna podíamos creer
que hubiera un auto en la banqueta.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California
Agosto 27, 2017