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jueves, octubre 3, 2024
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Grupo “Los Aquiles” en balacera en “El Torito”

Balacera entre narcomenudista termina con un muerto y ocho lesionados en un antro. El pleito exhibe la venta de droga en bares de la Avenida Revolución y evidencia la presencia de la célula de “Los Aquiles” en la pugna por el narcomenudeo en la Zona Centro. Víctima dice que le disparó “El Shinola”

Los vendedores de droga tienen tomadas las calles de Tijuana y la zona turística en el primer cuadro de la ciudad, la cual está entre sus preferidas. Quienes desean consumir drogas, clientes jóvenes y viejos que vistan la Avenida Revolución, saben dónde buscarlas, por quién preguntar y a quién pedirle.

Los vendedores de narcóticos departen y se divierten en los mismos lugares que sus consumidores; los narcomenudistas son clientes habituales y conocidos en los bares de esta zona turística de Tijuana.

La madrugada del domingo 22 de octubre, un grupo de vendedores de droga al servicio del Cártel de Sinaloa, de la célula de Alfonso Arzate “El Aquiles”, se divertía en el bar El Torito, en la Avenida Revolución. Drogados, alcoholizados, discutieron y varios de ellos salieron del local. Después regresaron dos y uno disparó contra otro de sus “conocidos” y las personas a su alrededor.

Las primeras versiones de testigos y heridos, identificaron al agresor como “El Shinola”.

De acuerdo a los expedientes oficiales, “El Shinola” es Irving Miguel Lozano Millán, quien tiene como domicilios conocidos, una casa en la calle Primera y el Hotel Jerez, ambos en la Zona Norte, además una credencial lo ubica como residente de la colonia Malvinas, en Los Mochis, Sinaloa.

Su prontuario criminal inició en el año 2012, en Mexicali, con una aprehensión por robo calificado a lugar cerrado, posteriormente fue detenido por delitos contra la salud en Tijuana, en octubre de 2016, así como en agosto y septiembre de 2017. Además cuenta con varias fichas por faltas administrativas y ahora lo buscan por homicidio.

De acuerdo a los reportes del Grupo Coordinación, Irving Miguel forma parte de la célula delictiva de “Los Aquiles”, quienes disputan el control delictivo de la Zona Centro-Zona Norte, contra los residuos del Cártel Arellano, identificados como “Los Monos”, los hermanos Toscano Rodríguez.

 

El ataque en El Torito

De acuerdo a los testigo, todo empezó con una riña a golpes en la mesa de uno de los lesionados. Llegó personal de seguridad y sacó a un hombre, otros se fueron. Momentos después, reingresó al lugar Reynaldo Morales -detenido poco después del ataque-, echó un vistazo y salió para que detrás de él entrara Miguel Lozano “El Shinola” y disparara.

 

Los hechos se reportaron y se atendieron a las 03:36 horas del domingo, los oficiales de la patrulla 0443 informaron que mientras hacían su recorrido por la calle Tercera -el bar está ubicado entre Segunda y Tercera-, escucharon cinco detonaciones de arma de fuego y se acercaron a “El Torito”, donde señalan, se “percataron que salió corriendo una persona con vestimenta de pantalón de color negro y sudadera gris con azul -características dadas por la parte afectada como el agresor- que se introdujo al estacionamiento Adys”.

En este estacionamiento se encontró también un arma 9 mm, marca Desert Eagle, cromada con las cachas de plástico color negras; fue embalada por peritos de la Procuraduría del Estado.

Respecto a la participación de Reynaldo Morales Sandoval, de 41 años, con antecedentes de grafitero y ladrón de transeúntes -cadenero, arranca cadenas de oro-, la indagatoria indica que, al salir Lozano, “El Shinola” le entregó el arma para huir sin ella y que la desapareciera o la guardara, pero al ser perseguido por la policía, éste la abandonó en un rincón del estacionamiento donde fue detenido. Inicialmente se mencionó que había escondido el arma en una jardinera.

De la escena al interior del bar, el informe inicial indica que los policías encontraron cinco indicios balísticos calibre 9mm y nueve personas lesionadas, seis mujeres y tres hombres. En el Hospital General falleció por las heridas de bala la joven Jhoana Díaz, de 19 años.  Otra de las lesionadas explicó que ella entró al bar a las 02:30 horas, que estaba en la pista cuando escuchó los balazos y vio correr a los presentes, como estaba en el antro con una amiga y no la veía, salió a buscarla, fue entonces que se dio cuenta que tenía un rozón de bala y estaba sangrando.

 

“Los Chuchos” de los Arzate       

José Eduardo, de 19 años, fue uno de los dos hombres lesionados, y de acuerdo a los primeros indicios, era el objetivo del ataque armado. Denunciándolo por el apodo, la víctima indicó que a él le disparó “El Shinola”, pero detalló que el pleito no lo habían iniciado ellos dos. Explicó que se estaban divirtiendo y llegaron al bar  “El Chucho” y “El Shinola”, acompañados de otros hombres, que después llegó “El Faino”, hermano de “La Tensa” y lo “ajeró” -lo provocó con ánimo de pelear- y Eduardo no se dejó. Aseguró que “no traía broncas”.

También identificó a Reynaldo Morales Sandoval -el primer detenido por los hechos- como uno de los que estuvo reunido con el grupo, pero no como el que disparó.

De acuerdo al organigrama delictivo en posesión del Grupo Coordinación, “El Chucho” es en este momento representante de “Los Aquiles”, en la Zona Norte y se llama Jesús Antonio Martínez Arizmendi, también usa los alias de “Jesús Pérez Castro, Jesús Antonio Trejo Campos”, y  “Jesús Antonio Martínez Macías”. También señalan que tiene varias casas de seguridad localizada, dos en la Zona Norte, dos en la colonia México, una en la rampa Alemán, otra en la colonia Linda Vista y una más en el fraccionamiento Los Altos.

Empezó como grafitero a los 14 años, lo detuvieron en 2007 y 2008; lo turnaron varias veces en los últimos siete años; en 2010, en dos ocasiones por robo violento; una por robo sin violencia, en el 2011, cuando era menor de edad. En el 2012 lo aprehendieron por daño a vehículo, y en tres ocasiones por daño a casa habitación. En 2013, 2014 y 2015, lo turnaron por robo sin violencia. Por delitos contra la salud, ya metido en el narcomenudeo, fue turnado en cinco ocasiones, de 2014 a 2017, una vez por año al inicio, dos en éste.

“El Chucho” tiene seis órdenes de aprehensión cumplidas, por delitos contra la salud y portación de arma prohibida, dos en 2015 y tres en 2017, además de una por robo calificado, en 2017.

De la apodada “La Tensa”, informaron que es la mujer de “El Chucho”, mientras “El Faino” fue identificado como el cuñado de Martínez Arizmendi.

Con esos antecedentes, el 24 de octubre, la Secretaria de Seguridad Pública de Tijuana anunció la captura de “Jesús Antonio “N”, alias “El Chucho”, señalado como presunto responsable de causar lesiones con arma de fuego a nueve personas en bar “El Torito”.

Jesús Antonio “N”, alias “El Chucho”, de 23 años de edad, fue capturado en un operativo de Policías Municipales y elementos del Ejército, en la calle Juan Escutia, de la colonia Hidalgo. Le fue decomisada un arma de fuego tipo Uzi, calibre .45, con silenciador, que llevaba dentro de una mochila, también ocho envoltorios de droga (aparentemente “cristal”), indicaron en el boletín; también de la aprehensión de su hermano, Miguel Ángel “N”, alias “El Bisok”, de 25 años de edad, quien llevaba diez envoltorios de droga identificada como heroína. Los hermanos fueron señalados de “presuntos responsables de la venta de droga en la Zona Norte”.

Como parte de este grupo delictivo, el Consejo Estatal de Seguridad también tiene identificado a Tomás Hernández Flores “El Apache”, detenido en septiembre, en la colonia Altamira por portación de arma de fuego y tentativa de homicidio contra Germana Elías Zaragoza, quien a su vez tiene antecedentes  por robo violento y posesión de arma. Hernández también fue aprehendido en octubre por “privación ilegal de la libertad y posesión de arma”, cuando subió a la fuerza a su camioneta a una mujer llamada Alexa, a quien llevó con un hombre apodado “El Poncho” para obligarla a vender droga para este grupo.

Presentados ante el Ministerio Público, Reynaldo Morales y Jesús Martínez “El Chucho” fueron puestos en libertad dado que la fiscalía no encontró elementos para vincularlos como los homicidas del caso de “El Torito”. Ahora temen que la víctima se retracte de sus señalamientos, dado que pertenece al mismo grupo delictivo.

 

De los bares donde se vende y consumen drogas 

Luego del tiroteo que se registró la madrugada del domingo 22 de octubre al interior del bar “El Torito”, ZETA conversó con asiduos visitantes y vecinos del bar, quienes señalaron que en ese antro, como otros de la zona, se podía conseguir y además consumir diferentes tipos de droga.

De origen mexicano, pero radicados en Estados Unidos, dos clientes aseguraron que cada semana visitaban el lugar porque, aparte que se puede bailar y disfrutar del ambiente, también podían conseguir sus dosis de cocaína o cristal, transacción que se realizan en el baño con una persona que dijeron desconocer si era parte del personal, pero que casi siempre se encontraba en el sitio.

Conforme a lo que ellos saben, ahí se pueden conseguir “bolsitas de coca de a 20 bolas (dólares)”, 400 pesos mexicanos; del cristal desconocieron los precios debido a que nunca llegaron a comprarla, sin embargo, manifestaron que esta práctica de la compra-venta de enervantes es común, “al menos en la gran mayoría de los bares” a los que han acudido en la Avenida Revolución, Zona Norte.

El subprocurador de Investigaciones Especiales, Miguel Ángel Guerrero Castro, también resaltó en conferencia que se tenía el conocimiento que “al parecer, en dicho bar se vendían y consumían drogas”, por lo que adelantó que se llamaría a los dueños a rendir declaración, además porque no se brindó la seguridad correspondiente a los comensales durante esa acción.

 

Como antecedente de este tipo de tiroteos dentro de bares, está el caso de la agresión que sufrió un mesero en un bar ubicado en la calle Sexta; resultó herido por arma de fuego, el lunes 17 de enero de 2017. El día 5 de abril de este año, dentro del bar “Chips”, también de la calle Sexta, tres jóvenes resultaron heridos por bala luego de que una persona les disparara a quemarropa dentro del lugar.

El secretario de Gobierno del Ayuntamiento, Raúl Felipe Luévano, explicó que sí han recibido “quejas y molestias porque algunos clientes se sientes afectados y ofendidos” por el tema de la droga, y por ello hacen operativos aleatorios, con Grupo Coordinación, GOE y Reglamentos.

 

Hasta las 3 de la mañana 

Del horario en que se suscitó la balacera, Luévano dijo que el local estaba en su tiempo legal. “Se considera que los lugares deben cerrar a las 3 de la mañana y se les da un tiempo prudente para que desalojen, y según la versión de la policía y el encargado del lugar, ya estaban apagadas las luces y estaban saliendo los clientes conforme pagaban las cuentas; el tiempo de gracia es a las 4 de la mañana, cuando debe estar totalmente cerrado sin gente adentro. “La persona que entró -me dicen que la puerta estaba cerrada- se aventó con pistola en mano, las personas que cuidan estaban por dentro y aventaron la puerta”.

Respecto a la seguridad en los bares en la zona turística, el secretario explicó: “En algunos lugares que se quedan más tarde con horas extras, por lo regular contratan policía comercial que son armados, pero también tienen la opción de contratar seguridad privada, que es lo que tiene El Torito”.

De la efectividad en la vigilancia concluyó: “Siempre hay patrullas, me indican que en la huida lo pudieron detener porque estaba cerca”. Sin embargo, algunos integrantes del Grupo Coordinación consideran que fueron los “arreglos” entre la Policía Municipal y “El Shinola” lo que le permitió escapar, mientras los uniformados correteaban a su subordinado delictivo.

 

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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