Cuando Andrés Manuel, estando contra las cuerdas gritó ¡complot!, el PAN y el PRI rieron a carcajadas y voltearon a su rededor para ver si el pueblo también reía, pero no, había más bien azoro y morbo por las imágenes difundidas de un profesor Bejarano, embolsándose cuarenta mil dólares con todo y ligas. Entonces echaron a andar la causa de comentaristas orgánicos para que siguieran con la burla y el denuesto. La historia corrió rápido gracias a los reflejos políticos del profesor perredista, quien aplomado en el mismo instante de su desenmascaramiento, delató el rostro, apellido y origen político del hombre que le había dado el dinero, y grabado en tan ominosa conducta, también puso a salvo, ipso facto, la verdadera intención de quienes lo engatusaron, eso le dio margen a AMLO para defenderse, y lo hizo bien. Al poco tiempo conocimos la trama en boca del propio videasta, si era un complot orquestado por una mafia integrada por panistas y priistas de pedigrí. Desenmascarados como complotistas y canallas, no les quedó de otra que asumir el papel de rudos y proseguir con el golpe de estado, desaforando al tabasqueño por construir una calle para comunicar a un hospital. A partir de esos acontecimientos, el peje incorporó a su narrativa los conceptos del PRIAN y la mafia del poder, vaya que tenía razón.
Desde entonces los hemos visto actuar a la limón, coordinados con apenas disimulo para repartirse el poder y el dinero público. Cuando Madrazo pensó que a sus intenciones presidenciales le favorecía tomar distancia del presidente Fox, éste, mediante los cuantiosos excedentes petroleros, financió a la oposición madracista, integrada por gobernadores, que sin rienda, soñaban con ser presidentes. Madrazo a madrazos consiguió la nominación del partido que presidía, pero lo dejaron solo. Gobernadores como Peña Nieto, Osorio Chong o Moreira, desorientados ante el abrumador respaldo popular que AMLO recibía, intentaron acordar con él en el entendido de que su futuro político tendría cabida en el nuevo régimen, pero el tabasqueño leyó mal la coyuntura y prefirió batearlos. Los subestimó. Pensó que después de haber derrotado al PRIAN en su intentona golpista, podía repetirles la dosis en la elección presidencial, sobre todo, su capacidad de movilización y trampa. El PRIAN se había consolidado y obtenía en 2006, su hasta entonces mayor triunfo, imponiendo a un anticlimático Calderón en la presidencia.
Juntos, bajo el liderazgo fascistoide del michoacano, ensangrentaron al país mediante una guerra desordenada y torpe contra una parte del narcotráfico, para beneficiar a otra. Juntos se cubrieron las espaldas en la escalada de corrupción que arruinó al país. Juntos construyeron la mayor concentración de riqueza de la historia nacional. Juntos saquearon nuestros recursos naturales y vaciaron de oro y plata nuestras minas. Cuando el pueblo quiso cobrar factura del atraco, juntos entronizaron a un priista, actor de telenovelas disfrazado de político en la presidencia de la República, para juntos, privatizar las ganancias de la renta de nuestra más preciada joya, el petróleo.
Durante la presidencia del monigote, siguieron repartiéndose el pastel y robándose el presupuesto público, incluso invitaron como socios minoritarios de la gran empresa delictiva a nuevos integrantes, siempre y cuando traicionaran a Andrés Manuel López Obrador. Aislaron al tabasqueño haciéndole un gran favor, pues en su abandono fue arropado por una ciudadanía indignada y resuelta a castigar a los saqueadores. Así se explica el explosivo crecimiento de Morena y el hecho de que AMLO encabezara con notable ventaja la carrera presidencial.
La fortuna parece sonreírle al indómito de Macuspana, pues un nuevo Madrazo con cara de niño y sueños plutocráticos, asoma el rostro y encabeza una revuelta para imponerse dentro del PRIAN, lo que ha ocasionado un epidérmico rompimiento de un frente de corruptos antes monolítico. Ese superficial rompimiento, convidado con la exitosa reinvención presidencial pejista, tiene a muchos actores poderosos, nerviosos, buscando acuerdos con el tabasqueño. Ojalá y esta vez no se equivoque, pues en el escenario del cambio de régimen deberían poder sumarse todos los que estén dispuestos a cambiar el rostro corrupto de México, hasta pecadores del pasado, solo los jefes de la mafia deben quedar excluidos. AMLO 18.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com