Lo que menos importa en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Baja California es la administración de la justicia. De unos años a la fecha, unos nueve años, durante los cuales en siete la titular fue la magistrada María Esther Rentería y en los dos últimos el magistrado Jorge Armando Vásquez, lo que ha imperado es la lucha por ver quién concentra más poder, a través del control del resto de los magistrados y el cabildeo en la esfera política y gubernamental.
Hace unas semanas se extendió una convocatoria para la selección de dos magistrados. Uno para ocupar la silla que dejó el abogado Carlos Cataño luego que fue inhabilitado, y el otro en anticipación a la salida por retiro del magistrado Raúl González Arias, sin embargo, de esas cosas que ya se conocen, únicamente se solventará una de las dos plazas, pues entrando el año González Arias promoverá un amparo para quedarse, el cual ya da por ganado.
Menos de año y medio le tomó a la abogada Rentería retomar el control que en el Poder Judicial mantuvo durante siete años que fungió como titular. Antes los desaciertos del actual presidente del tribunal, el licenciado Vásquez, y la vida de publirrelacionista y de entretenimiento que tomó, Rentería se alzó de nuevo y es quien maneja los hilos del TSJE hoy día.
Lo primero que hizo fue ganar tres determinantes batallas políticas al interior del Poder Judicial. Una, cabildear con la estructura del gobierno de Francisco Vega de Lamadrid y el Partido Acción Nacional, para que Columba Amador Guillén fuese seleccionada en el Congreso del Estado en el anterior proceso, y llenar finalmente el espacio que quedó tras el suicidio del magistrado Marco Antonio López Magaña en abril de 2015.
Dos, conformar con su equipo al jurado para la selección de las sillas vacantes en el tribunal, y tres, hacer el examen de selección. En todos los casos, además, Vásquez perdió estrepitosamente.
Para la selección de Columba Amador, Rentería contó con la intervención directa de dos de las integrantes del gabinete estatal más cercanas al gobernador: Loreto Quintero, la oficial mayor, y Perla Ibarra, procuradora general de Justicia, quienes permearon la decisión de Vega de apoyar a Columba entre los diputados panistas y negociaron con la oposición. Mientras que para la conformación del jurado, los afines a la ex presidenta del tribunal se unieron. Fue el consejero Salvador Avelar quien propuso que sus compañeros Miriam Niebla, Gerardo Brizuela, en compañía del magistrado Félix Herrera, se encargasen del diseño y evaluación de los exámenes, restando dicha atribución a los integrantes del área de Carrera Judicial.
Aunque Vásquez intentó evitar la movida argumentando que se trataba de una falta al reglamento de los procesos internos, pues dicha tarea le correspondería a la mencionada instancia, Avelar argumentó que existen excepciones que permiten a uno o más consejeros llevar a cabo esa tarea. El grupo de Vásquez rechazó la propuesta, pero solo obtuvo tres votos, finalmente se aprobó el revés para el magistrado presidente. Decisión que fue determinante para eliminar el examen que Vásquez había creado, para aprobar el propuesto por los seguidores de Rentería. Aquellos aspirantes que ya habían recibido una copia de la prueba, se vinieron abajo, no así los ahijados de la magistrada ex presidenta, quienes vieron esperanza de ser nombrados, alguno de ellos, magistrado.
Era de esperarse, los once hombres y mujeres que aprobaron el examen tienen relación de una u otra forma con el equipo que dentro del TSJE comanda María Esther Rentería. Aquí la lista de los aprobados: Karla Anaya Coronado, Luciano Angulo Espinoza, Jesús Angulo Guzmán, Jesús Antonio Chávez Hoyos, Osvaldo Flores Ruiz, Alejandro Fragoso López, Andrés Garza Chávez (sí, increíblemente el hankista), Alonso Kim Salas, Gustavo Medina Contreras, Juan Morones Pichardo y Marcelino Zepeda Berrelleza.
Aquellos que habían sido los recomendados de Jorge Armando Vásquez en el último proceso, sus amigos y compadres, así como quienes son considerados “enemigos” de Rentería, pero que también habían aprobado el examen, en esta ocasión resultaron reprobados.
De hecho, abogados refirieron que el examen, el cual consiste en 40 preguntas que presuntamente se sacarán de la guía de mil preguntas que se otorgó para la preparación de los aspirantes, adoleció de profundidad, detalle y contundencia para que el resultado fuese realmente una evaluación del criterio, la experiencia, la sapiencia, la habilidad y la destreza de los abogados para resolver casos en el TSJE, y se concentró en hacer preguntas de opción múltiple, además de dudosa conformación, que al final no había respuesta correcta.
También refirieron cómo se incluyeron preguntas que no estaban en la guía para el examen o temas que poco tienen que ver con la capacidad para resolver de un colegiado, como lo son las seis o siete preguntas sobre el sistema penitenciario.
Lo que sigue es otra serie de exámenes, y de ahí la selección de una lista que será entregada al Congreso del Estado para que en el pleno elijan a los dos licenciados en Derecho que habrán de ocupar las sillas de Cataño el inhabilitado, y el próximo año, de Gómez, quien se amparará.
Pero en esa materia, explican los interesados, ya hay acuerdo. Se remite al contundente resultado de 22 votos a favor de Columba Amador Guillén en el último proceso. En ese momento, tanto Gobierno del Estado, como cabildera del TSJE y Congreso del Estado, decidieron que aquella selección sería para el PAN, y la que vendría para el PRI. De hecho, informaron a ZETA en ese mismo sentido, de las pisadas del presidente del tribunal en las pistas del Hipódromo Agua Caliente, y de las relaciones de la licenciada Rentería con los despachos jurídicos del Hipódromo Agua Caliente.
De entre los ahijados de Rentería que aprobaron el examen, y que están en la lista para las siguientes evaluaciones, destacan tres abogados afines o por lo menos señalados por los priistas como quienes pudieran ser los promovidos en esta magistratura “que les toca”: Andrés Garza Chávez, Jesús Chávez Hoyos y Nelson Kim Salas.
Aunque aún faltan etapas del proceso por llevarse a cabo, es probable que algunos de quienes no aprobaron el examen de conocimientos recurran al amparo. La lucha por el poder a partir de la política en el TSJE está subiendo de tono, a tal grado que lo que menos importa es la administración de la justicia. Así de terrible es lo que sucede en el Poder Judicial. (Con información de Eduardo Villa Lugo)
