La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, afirmó que seis cárteles mexicanos dominan el mercado de drogas en Estados Unidos: el de Sinaloa, el de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el de Juárez, el del Golfo (CDG), Los Zetas y los Beltrán Leyva.
Los cárteles mexicanos son los principales proveedores de drogas a Estados Unidos y su crecimiento en el suministro y distribución se mantendrá a corto plazo, señaló ayer lunes la agencia antidrogas estadounidense, en el informe anual sobre el estado que guarda el narcotráfico en aquel país: ‘Evaluación Anual sobre la Amenaza de las Drogas’ (NDTA, por sus siglas en inglés).
El informe, firmado por el administrador interino de la DEA, Robert Patterson, añadió que el Cártel de Sinaloa sigue siendo el preponderante y mantiene el mayor control en el territorio estadounidense, mientras que el Cártel Nueva Generación de Jalisco aumentó su presencia.
Ya dentro de EU, cada grupo tiene células de distribución en diferentes ciudades: en Phoenix, Los Angeles, Denver, y Chicago está el Cártel de Sinaloa; en Los Angeles, Nueva York y Atlanta, el CJNG; en El Paso, Denver, Chicago, y Oklahoma City, el de Juárez; Houston, Detroit, y Atlanta, el CDG; en Laredo, Dallas, Nueva Orleans, y Atlanta, Los Zetas; y en Phoenix, Los Angeles, Chicago, y Atlanta, los Beltrán Leyva.
“Las organizaciones delictivas trasnacionales mexicanas siguen siendo la mayor amenaza criminal en materia de drogas para Estados Unidos. No hay ningún otro grupo que actualmente esté posicionado para desafiarlas”, señaló la DEA en su informe anual.
Según la agencia, los cárteles mexicanos controlan “lucrativos” corredores de tráfico, en especial en la frontera suroeste del país, lo que les permite ingresar “significativas cantidades” de heroína, cocaína, metanfetaminas, marihuana y posiblemente fentanilo, un narcótico sintético 50 veces más potente que la heroína.
El informe indicó que el 93 por ciento del total de la heroína incautada y analizada por la DEA en 2015, provenía de México, y la segunda fuente de suministro de esa droga es Colombia, seguida del suroeste asiático.
Además, las organizaciones criminales mexicanas también controlan las rutas de transporte y distribución en territorio estadounidense, según apuntó la DEA, que también abundó que mientras las incautaciones de metanfetamina desde México aumentaron todos los años, desde el 2010.
“Los cultivos de amapola del opio en México han aumentado significativamente en los últimos años, y alcanzaron 32 mil hectáreas en 2016, con una producción potencial pura estimada de 81 toneladas métricas de heroína. Esto es más del triple de la cantidad potencialmente producida en 2013”, indicó el informe.
“Los cárteles mexicanos probablemente continuarán manteniendo una influencia dominante en la importación y distribución al por mayor de marihuana, cocaína, metanfetamina y heroína en los mercados de Estados Unidos a corto plazo”, señaló la DEA.
“Estados Unidos ha registrado un auge significativo en la disponibilidad de heroína en los últimos 7 a 10 años”, en parte a “los rápidos aumentos en la producción de heroína en México” desde 2015, que han garantizado “un suministro fiable” a bajo costo pese a haber más consumidores, indicó la agencia antidrogas.
El documento apuntó que, en durante los últimos años, dichas organizaciones expandieron su influencia a diferentes regiones estadounidenses, incluyendo Nueva Inglaterra, en la costa este. La cadena de mando en aquel país reporta directamente a los capos en México o lo hace de forma indirecta a través de intermediarios.
Esta predominancia se debe a su “infraestructura logística” a nivel nacional y su interacción con grupos locales y pandillas. Además, los mexicanos también tienen poder territorial en “grandes regiones” de México en términos de cultivo y producción, señaló la DEA.
Aunque el principal método de los cárteles mexicanos para hacer llegar las drogas a EU sigue siendo ocultarlas en vehículos de pasajeros o disolverlas en líquidos, sus técnicas se han diversificado hasta recurrir incluso a drones que cruzan la frontera, o a túneles subterráneos.
“Este informe subraya el alcance y la magnitud de la crisis actual de opiáceos en los Estados Unidos […] La información en el informe representa los datos recopilados durante el año pasado, pero de importancia crítica es la información en tiempo real que obtenemos todos los días de nuestros socios”, aseveró Patterson.
“Nunca ha sido un momento más importante para usar todas las herramientas a nuestra disposición para luchar contra esta epidemia, y debemos permanecer firmes en nuestra misión de combatir todas las drogas peligrosas”, concluyó el administrador interino de la DEA.
La evaluación cuenta con información sobre incautaciones de drogas, pureza de medicamentos, análisis de laboratorio, participación de grupos delictivos organizados y datos de encuestas, proporcionados a la DEA por 5 mil 155 organismos policiales locales y estatales de todo el país.