De Trez en Trez
¿De regreso a la “normalidad”?
Ya no hay miles de voluntarios en las calles, los grupos de rescatistas se han ido, también los equipos especializados que enviaron otros países ya se fueron, la búsqueda por sobrevivientes ha cesado; ya no más carreras contra el tiempo, ya no se pide silencio total con la esperanza de encontrar vida entre los escombros; ya no hay políticos ni funcionarios en los sitios del desastre.
Podría decirse -si acaso es posible- que todo está volviendo a la “normalidad”, quedan las cifras: más de trescientos muertos, cientos de edificaciones dañadas, miles de damnificados, miles de millones de pesos en daños.
Quedan también sin castigo los responsables de esas muertes. Permanece la corrupción, la impunidad; los que perdieron su vivienda, los que resultaron heridos, los que ya no tienen empleo, los que se quedaron endeudados; los escombros, la negligencia, la complicidad por permitir construcciones de mala calidad; los que huyen, los que no saben qué hacer porque nadie les ayuda; se repiten también las promesas de reconstrucción rápida, pareja, transparente y por experiencias pasada, sabemos que no será así.
Los sismos de septiembre además de causar el colapso de edificios, viviendas y comercios, se llevaron también muchas vidas, esas nadie las repone, no hay cantidad de dinero que lo pueda hacer y menos lo logran los pésames falsos ni las caras largas, tampoco las palabras huecas, ni los spots publicitarios que tanto gustan a la administración federal.
Después de los terremotos, aparece la mezquindad de muchos, los regateos del sector oficial y la ambición de particulares para beneficiarse y apropiarse de algo que no les pertenece. Los movimientos políticos con intereses identificados para hacer quedar aún más mal a los que dicen gobernar; llega la incongruencia, la confusión y como siempre, muchos de los verdaderos perjudicados no obtendrán la ayuda que requieren.
Después de los sismos, estados del sur y sureste de nuestro país seguirán viviendo en el olvido, como desde hace mucho tiempo, hasta que se presente otra desgracia, dada la naturaleza de su orografía. De nueva cuenta, los que menos tienen serán víctimas por partida doble: de la naturaleza y de los buitres electoreros que se aprovecharán de sus necesidades.
Poco a poco se vuelve a la “normalidad”, las notas políticas que versan sobre las ambiciones de grupos políticos por el poder vuelven a las paginas principales y a las columnas impresas y electrónicas; las ejecuciones, los decomisos, las detenciones de supuestos “cabecillas” de narcotraficantes también regresan como notas importantes; las desbandadas de “grillos” y “políticos” se comentan de nuevo aquí y allá; se “filtra” otra vez información para perjudicar o beneficiar a algún político con aspiraciones.
Sin embargo, tras los sismos, también queda la posibilidad de poder sacudir a esta generación de clase política que ha demostrado su incapacidad, ha dejado ver su insensibilidad y sus verdaderos intereses, los propios, no los de los demás; el poder por el poder. Estamos hartos de ellos, no dejemos escapar esta oportunidad, hagámosle saber cuánto disgusto, como daño, nos causan.
De esta forma, estamos volviendo a “la normalidad”.
P.D.- La “Danza de los millones” hace acto de presencia después de los terremotos…
P.D.2.- También hay más de tres “damnificados” en la grilla y la política tras los movimientos telúricos.
Adendum.- ¿Y Usted dejará pasar esta oportunidad?
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com