“La Bola”, como se le conoce popularmente al Teatro Omnimax con planetario, es el símbolo de la infraestructura que integra al organismo cultural más más importante en el Noroeste del país: La Compañía Operadora del Centro Cultural y Turístico de Tijuana, S. A. de C.V., organismo dependiente de la Secretaría de Cultura del gobierno federal.
La estructura esférica no ha estado exenta de una diversidad de comentarios: “A esta pobre bola se han creado un sinnúmero de historias y cuentos y extraños simbolismos, qué bueno que así ha sucedido y se ha convertido en el símbolo de Tijuana, pero de cultura fraternal y alegre”, reflexiona Manuel Rosen Morrison, autor de la obra arquitectónica junto con Pedro Ramírez Vázquez, en el libro “Arquitectura/Architecture” (Noriega Editores, 2005).
Inaugurado el 20 de octubre de 1982, el CECUT abrió sus puertas antes de que concluyera el sexenio de José López Portillo e iniciara la administración de Miguel de la Madrid Hurtado; la obra estaba “a medias” ya que el Teatro se inauguró hasta 1985:
“Hicimos los planos, empezamos a construir, y se hizo un centro cultural a medias; me acuerdo que lo inauguró López Portillo y el teatro no se pudo inaugurar porque no se terminó”, complementó el arquitecto Manuel Rosen Morrison en entrevista con ZETA.
En la entrevista con este Semanario, Rosen Morrison evocó que incluso dudó ante el proyecto inaugurado aunque inconcluso: “Uno adquiere grandes dudas de qué le va a pasar al edificio, ¡si no se pudo ni siquiera terminar!, pero por fortuna ésta es una cosa excepcional”.
Rosen Morrison relató a este Semanario que fue durante el sexenio de José López Portillo (1976-1982) cuando se concretó el proyecto:
“En realidad lo que se me pidió es que diseñara yo un centro cultural para Tijuana. Cuando le pregunté a Pedro Ramírez Vázquez (entonces director de Asentamientos Humanos y Obras Públicas) cuál era el programa, me dijo él: ‘Tienes que hacerlo’. Entonces hicimos un programa, pensando en un centro cultural como era de pensar, con sus limitaciones”.
Aunque inició operaciones “con sus limitaciones” el 20 de octubre de 1982, el CECUT inauguró el 27 de junio de 1985 la Sala de Espectáculos; el 24 de febrero de 2000 el Museo de las Californias; el 27 de septiembre de 2008 la galería internacional “El Cubo”; y el 7 de diciembre de 2011 la Sala Carlos Monsiváis.
El CECUT ha tenido diversas administraciones, que cambian según el sexenio federal en turno: Primero, en 1981, en la etapa de proyecto y construcción, estuvo bajo la pre-administración de Ricardo Sánchez Guadarrama; después fungieron como directores Guillermo Schmidhuber de la Mora (1982) y Humberto Terán (1982-1983).
Luego, le siguieron las gestiones de Rodolfo Pataky (1983-1989); Pedro Ochoa Palacio (1989-1994); José Luis Pardo Aceves (encargado de dirección desde finales de 1994 a principios de 1995); Alfredo Álvarez Cárdenas (1995-2000); José Luis Arroyo Arámburo (interino, 2000-2001); Teresa Vicencio Álvarez (2001-2009); Virgilio Muñoz (2009-2012) y Pedro Ochoa Palacio para el período 2013-2018.
Cabe destacar que, en 1982, el CECUT fue parte del Fondo Nacional para Actividades Sociales (FONAPAS) y sede del Programa Cultural de las Fronteras; en enero de 1983 pasó a depender de la Secretaría de Turismo y en 1986 logró su autonomía con aprobación para ejercer su propio presupuesto, elaborar su programa de trabajo e integrar su Consejo de Administración.
En diciembre de 1988, a raíz de la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), el CECUT quedó bajo su coordinación; actualmente es un organismo dependiente de la Secretaría de Cultura del gobierno federal.
“Trazado por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Manuel Rosen, el CECUT fue inaugurado el 20 de octubre de 1982, y desde entonces ha marcado el desarrollo de la vida cultural, artística y social no solo de la ciudad, sino de la región fronteriza”, informó Pedro Ochoa Palacio, director general, el día en que el CECUT cumple su onomástico número 35.