“En 2013, Factory 1 empezó a hacer construcciones en un área que no está permitida, a la que se denomina de ‘amortiguamiento’”, argumentan residentes afectados del fraccionamiento Residencial Lomas. La empresa tiene cuatro años funcionando sin permiso ambiental
Todo un viacrucis han padecido desde 2013 vecinos del fraccionamiento Residencial Lomas en Ensenada para lograr que autoridades municipales y estatales apliquen y hagan cumplir la Ley a la empresa maquiladora Factory 1, SA de CV, que elabora estampados de playeras para firmas trasnacionales tan prestigiadas y poderosas como Walmart, JCPenney, Sears y Target.
Desde entonces los vecinos han solicitado a las autoridades, por todos los canales oficiales posibles, detener la contaminación acústica y ambiental que la compañía genera en la zona.
Sin embargo, a la fecha el Ayuntamiento de Ensenada y el Gobierno del Estado no han hecho nada.
En el número 113 de la calle Alisos, de la colonia Residencial Lomas o Carlos Pacheco -el nombre de la colonia varía según el documento que se revise-, colindante con el fraccionamiento Residencial Lomas, se ubica la empresa maquiladora.
Solo una extensa barda divide el enorme terreno que ocupan las instalaciones de Factory 1 y las casas de los vecinos del fraccionamiento. La situación más terrible la padece, desde hace cinco años, el ingeniero Arturo Espinoza y su familia, quienes “conviven” día y noche con un conjunto de escandalosas máquinas industriales que esta empresa ha colocado, pisoteando varias leyes municipales y estatales vigentes, apenas a unos metros del patio trasero de la casa del ingeniero.
Hasta diciembre de 2012, en el terreno que ahora ocupa Factory 1 se encontraba la Maquiladora Jem. Durante su existencia, esta operó sin causar problema alguno a los residentes de la zona. Pero a partir de enero de 2013, cuando inició actividades Factory 1, arrancó también el calvario que parece no tener fin para los habitantes de la zona.
“En 2013, Factory 1 empezó a hacer construcciones en un área que no está permitida, es una zona a la que se denomina de ‘amortiguamiento’”, dice Espinoza Guevara, representante de la comunidad afectada.
“Este tipo de industrias tiene la obligación de conservar al menos diez metros libres, sin ninguna clase de objeto o construcción, desde el área donde está la pared de lo que es la nave de la maquiladora y el límite de los vecinos, lo que se conoce como área de amortiguamiento, pero la empresa comenzó a construir en ese lugar”, denuncia.
Además de impedir la proximidad entre las naves industriales y las casas habitacionales, el área de amortiguamiento tiene por objeto permitir que ingresen y operen con prontitud y eficacia las unidades de emergencia en caso de algún siniestro, por lo que debe permanecer totalmente libre o franca.
Arturo Espinoza presenta documentos que muestran que desde febrero de 2013 solicitó a las autoridades municipales de Ensenada su intervención para corregir los problemas que desde entonces causaba Factory 1.
La primera denuncia fue interpuesta ante la Secretaría de Protección al Ambiente (SPA) del Estado, que dio acuse de recibo el 18 de febrero de 2013. Estaba dirigida al oceanólogo Sergio Caldera Claudio, entonces encargado del área de Auditoría Ambiental de esa dependencia -hoy Caldera Claudio funge como director de Recursos Naturales de la SPA-.
Más de un año después, en agosto de 2014, un nuevo oficio elaborado por los vecinos afectados le indicaba a este funcionario que luego de aquella denuncia la empresa había sido supuestamente apercibida y multada por la contaminación emitida, sin embargo, hasta ese momento, 25 de agosto de 2014, los ruidos no solo no habían cesado, sino que habían ido aumentando en intensidad y cantidad al instalar la empresa equipo nuevo.
El documento, que fue acompañado de fotografías que evidencian la problemática, indica: “El día domingo 24 de agosto de este año (2014) nos hemos percatado que la empresa denunciada no sólo ha hecho caso omiso a las medidas tomadas por ustedes, sino que ha invadido totalmente el área de amortiguamiento al instalar más equipo y techar parte de la franja colocando polines metálicos y lámina. La empresa, al parecer, no tiene licencia de construcción de las obras nuevas y es difícil que la obtenga al contravenir lo establecido en el artículo 31 del Reglamento de la Ley de Edificaciones para el Municipio de Ensenada, B. C.”.
La misma suerte han corrido las incontables denuncias interpuestas por Arturo Espinoza Guevara, a nombre de los vecinos del fraccionamiento Residencial Lomas. Toda clase de funcionarios y dependencias les dan la razón a los vecinos pero, hasta el momento, nada ha cambiado para ellos.
“Control Urbano municipal nos ha dado la razón: en la zona de amortiguamiento no debe permitirse que se instale ninguna edificación”, argumenta Espinoza Guevara, “pero la empresa sigue teniendo ahí unos cuartos para compresores, máquinas que hacen mucho ruido, que empiezan a trabajar desde las siete de la mañana del lunes y, si bien nos va, las apagan hasta el sábado en la tarde. En ocasiones incluso se va la gente de la empresa y las máquinas se quedan todo el tiempo funcionando”.
La empresa denunciada aparece a nombre de Erick Juan de Dios Flourie Geffroy, aunque, según Espinoza Guevara, el dueño es un hombre llamado David Kuenzer y/o David Cohenshad, presuntamente de origen armenio -aunque le dicen “ruso”-, con quien ha hablado en diversas ocasiones. En reuniones convocadas por las autoridades, los representantes legales de Factory 1 se han comprometido a subsanar fallas como la intensidad de los ruidos, los fuertes olores -debido a los solventes utilizados en la maquila de las playeras- y la luminosidad que genera la planta, pero también el que los trabajadores no dejen basura en las inmediaciones del fraccionamiento ni invadan las entradas de las casas contiguas a la planta.
Por si fuera poco, la empresa tiene más de cuatro años funcionando y no cuenta con la licencia ambiental que da el Gobierno del Estado para poder operar: “Jem, la empresa anterior, cumplía con toda la normatividad, pero Factory 1, al adquirir las instalaciones, no obtiene automáticamente los permisos para operar, sino que Factory 1 debe ponerlos a su nombre. Sin embargo, hasta la fecha, no ha podido cumplir con los requisitos”, dijo un experto consultado.
Las autoridades se pasan una a otra la bolita cuando les preguntan por qué Factory 1 sigue trabajando con normalidad a pesar de todas las anomalías comprobadas y expresadas a funcionarios municipales y estatales de todos los niveles. Hasta David Kuenzer, dice Arturo Espinoza Guevara, le ha hecho promesas de que “todo se arreglará pronto, ¡pero puro cuento!”, reclama molesto, “incluso me ofreció una lana: ‘¿Cuánto quieres por irte de aquí?’, me dijo. Y como no acepté dinero, salió con que hablaría con los vecinos y que al final me quedaría yo solo con el problema”.
Sospechas
La lista de funcionarios municipales que han conocido e ignorado el problema es prueba fehaciente de la ineficiencia e indolencia gubernamentales.
Del municipio de Ensenada aparecen Gabriel Humberto Morales Ríos, director de Catastro y Control Urbano del XXI Ayuntamiento; el síndico procurador en ese mismo Ayuntamiento, Iván Barbosa Ochoa; Jaime Nieto de María y Campos, actual director de Protección Civil Municipal; y César Cuevas Ceseña, quien a la fecha funge como director de Administración Urbana, Ecología y Medio Ambiente.
Por parte de la administración estatal están, entre otros, Thelma Rosa Castañeda Custodia, secretaria de Protección al Ambiente de Baja California; el anterior director de Auditoría Ambiental de la SPA, Sergio Caldera Claudio; la directora jurídica de Responsabilidades y Situación Patrimonial de la Dirección de Control y Evaluación Gubernamental, Patricia Guzmán Delgado; y Héctor Hernández, representante de la Secretaría General de Gobierno.
No falta el insolente funcionario que ha ironizado con el drama de Espinoza y el tiempo transcurrido: “Lo felicito, ¿eh? ¡Vaya que tiene aguante!”.
Nada gracioso cuando Espinoza ya ha pasado por ataques y convulsiones dos veces precisamente a causa del “estrés”. Factory 1 hace ruido todo el tiempo, aún más cuando todo mundo se dispone a descansar.
Y mientras Jaime Nieto, quien repite en Protección Civil ni siquiera lo atiende, en un solo mes, César Cuevas le ha cancelado las citas tres veces. El jurídico le corrobora que Factory 1 no tiene ningún permiso y Sindicatura le argumenta que está en etapa de regularización, el extranjero le dice en su cara “Ya me voy a arreglar con la autoridad, uno viene a invertir”.
Ante las autoridades y la prensa, sostiene que ha hecho adecuaciones en su complejo y que ha resuelto satisfactoriamente las demandas de los vecinos. Pero más tarda en modificar sus instalaciones o en tratar de demostrar que todo está en orden, que en reincidir en las conductas que afectan a los vecinos, sobre todo al ingeniero Arturo Espinoza y familia, o en evidenciarse en investigaciones oficiales que no ha cumplido cabalmente con la Ley.
En el oficio SPA-ENS-0852/17, el director de Auditoría Ambiental de la Secretaría de Protección al Ambiente señala que “en fecha diecinueve de junio del año 2017 se realizó visita de inspección en atención a la denuncia ciudadana interpuesta principalmente por; ‘la instalación de una estructura colindante con la zona habitacional ubicada al este de la empresa; por generación de ruido por corte de metales y soldadura’, por lo que esta autoridad procedió a realizar la medición de ruido correspondiente. Asimismo detectó diversas irregularidades en sus instalaciones”.
Con todo esto, ¿por qué ninguna autoridad ha actuado? El ingeniero Espinoza Guevara tiene algunas sospechas.
“Todos los funcionarios defienden a la empresa. Yo les digo que su trabajo es defender a la población y no a la empresa. Pero ellos dicen que la empresa les da trabajo a muchas personas, que el gobernador la trajo a Baja California como generadora de empleos. Y yo estoy de acuerdo, pero el gobierno debería ser el primero en exigirles a las empresas que, al instalarse en nuestro país, cumplan con las normas”.
Empleados de diversas dependencias confiaron a ZETA que ellos han cumplido ya con su trabajo al documentar, oficialmente, las irregularidades con que opera Factory 1, ahora a quienes les corresponde actuar es a los encargados de las dependencias mencionadas. Pero, sostienen, le sacan la vuelta al asunto.
Por lo que, aun con aliento, Espinoza concluye: “Parece que es asunto de arriba proteger a esta empresa. Ya está fundamentado que no tiene todos los permisos en regla. Los documentos con que cuenta no le permiten operar. Está fuera de la Ley. Se le ha dado la oportunidad para que se regularice, pero no lo hace. ¿Qué están esperando, a que haya una tragedia?”.
La empresa recientemente instaló seis “salchichas” de gas de cinco mil litros cada una, lo cual no está permitido porque hay tres escuelas cerca.
“Seguido huele mucho a gas. Han venido los bomberos, pero no pueden entrar porque la zona de amortiguamiento está invadida. Está todo documentado, nada más falta que el mero mero tome la decisión”, finaliza Arturo Espinoza.