Pese a la solicitud del Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, de mejorar los salarios en México a fin de poder ser más competitivos, el doctor Manuel Lecuanda Ontiveros afirmó que ese tema no se encuentra en negociación respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Lecuanda es uno de los integrantes de la comitiva del Gobierno Federal para la renegociación del TLCAN, y en su exposición ante estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), brindó algunos detalles respecto al procedimiento de la negociación entre los tres países que comprenden el acuerdo comercial.
Indicó que la cuestión salarial es un asunto de comercio interno que no puede incrementarse por decreto ni puede negociarse con otros países.
El tema lo propuso Canadá, dijo, argumentando que se trata de una política desleal que impide que dicho país sea competitivo; aunque estuvo de acuerdo en que debe revisarse, señaló que solo unos sectores podrían recibir mejores percepciones salariales. Sin embargo, esto podría verse hasta después de concluidas las negociaciones del TLCAN.
Este aspecto y la renegociación cada cinco años del tratado, son los puntos que México no pretende ceder terreno, ya que le provocarían afectaciones severas en su economía. El primero porque podría ser contraproducente un incremento generalizado; y segundo, crearía incertidumbre en la inversión extranjera de México.
México tampoco ve con buenos ojos la propuesta de Washington, el cual pretende obligar a la industria automotriz que cualquier auto que sea vendido en los Estados Unidos, deba ser construido, por lo menos, en un 50 por ciento dicho país; cuando en el acuerdo vigente se pide que el 65 % del automóvil tenga que ser construido en cualquiera de los tres países que conforman el TLCAN.
Trump también pretende restringir la compra de productos agrícolas en Estados Unidos, cuando éste se encuentre en temporada, lo que consideró una medida demasiado proteccionista que no abona al acuerdo comercial.
Sobre las amenazas del Presidente estadounidense de salir del TLCAN, minimizó los señalamientos incendiarios y afirmó que es parte de una estrategia con la que pretende intimidar, pero rechazó que peligre el acuerdo comercial, puesto que requeriría la aprobación de las dos Cámaras de Representantes, y aunque ambas tienen mayoría republicana, no les conviene buscar una salida, pues representaría sanciones y pérdidas multimillonarias.
De igual manera, comentó que México tiene una carta bajo la manga: la industria energética en la que existe un gran interés por parte de Canadá y Estados Unidos, por invertir en dicho sector. Cuando se firmó el TLCAN, en 1993, este tema se encontraba fuera de la negociación, ya que la legislación mexicana lo impedía. Sin embargo, tras la Reforma Energética, México abrió a la inversión este mercado y actualmente representa una herramientas para negociar el tratado. Lecuanda Ontiveros la calificó como “la carta fuerte”, para la negociación.
