Desde la semana pasada se comentó en los pasillos de la Dirección de Policía de Mexicali, que Alonso Ulises Méndez estaba prácticamente con un pie fuera de la corporación. Aunque no se precisaba el motivo, había dos versiones sobre la causa de su salida. La primera era que el alcalde Gustavo Sánchez estaba muy enojado con el desempeño general de la dependencia municipal, pues los resultados en materia de seguridad habían sido más que pobres. De hecho, en la capital bajacaliforniana se cometen más delitos que en Tijuana, si la medición es per cápita, lo que sin duda provoca urticaria en el actual presidente municipal; la otra versión apuntaba que Méndez Manuell-Gómez podría ser llamado como relevo para, precisamente, ocupar la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana, toda vez que una semana sí y otra no, al alcalde Juan Manuel Gastélum le dicen al oído que debe correr a Marco Sotomayor, y a veces le cree a las voces que le susurran. Pero así estaba en la incertidumbre de los de la tropa capitalina, cuando el propio Gustavo Sánchez se armó de valor y le hizo saber al director que no se va… por lo pronto. Al final de año, dicen, evaluarán los resultados en materia de prevención y seguridad. Lo que sí es que Ulises Méndez poco puede hacer comparado con los resultados que tuvo cuando encabezó esa corporación, allá por 2007, pues de aquel contexto, nada queda. La Policía Municipal de Mexicali ha venido a menos en los últimos trienios.
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