Con todo y sus propias fisuras internas, el PRD y el PAN consumaron su anhelado Frente Amplio Democrático (FAD), al que sumaron a Movimiento Ciudadano para sacar de la Presidencia al Partido Revolucionario Institucional y darle batalla al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza las encuestas como aspirante presidencial, en materia de preferencias.
Con la oposición de la senadora Dolores Padierna, así como del ex coordinador del PRD, René Bejarano e incluso del senador Luis Miguel Barbosa (quienes abandonaron el perredismo para ceder al encanto de Morena), el Consejo Nacional perredista resolvió sacar adelante el FAD.
Tras ello, la Comisión Permanente del PAN dio el visto bueno para que el partido blanquiazul suscribiera, junto con el del Sol Azteca y Movimiento Ciudadano, la carta de intención correspondiente ante el INE, el 5 de septiembre.
Otras figuras identificadas con el PRD que mostraron renuencia al bloque pluripartidista fueron el cofundador del partido, Pablo Gómez, y el ex gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, quienes renunciar a las filas amarillas, pues han manifestado su apoyo a López Obrador.
En el caso de Acción Nacional, el senador Ernesto Cordero, quien en su momento tachó de oportunista al proyecto; en su opinión, el PRD estaba en vías de desparecer y requería de una alianza para reposicionarse.
Por otro lado, la ex primera dama, Margarita Zavala de Calderón, y el dirigente nacional Ricardo Anaya, llegan distanciados entre sí a la formalización de la propuesta. En este sentido, no resultan desconocidos sus desencuentros por la falta de definición de abanderado panista.
Para los principales presidenciables del PAN, las posibilidades de candidatearse se verán reducidas ante la oferta que presente el PRD. Del abanico blanquiazul, además de Zavala y Anaya, el ex gobernador de Puebla Rafael Moreno, se ha pronunciado a favor del FAD. Por su parte, los senadores Ernesto Ruffo y Juan Carlos Romero, así como el ex canciller Luis Ernesto Derbez, identificados con el ex presidente Vicente Fox, igualmente han celebrado esa opción, solo que con nimias oportunidades de abanderarla: como aspirantes que son, no han despuntado en encuestas recientes (Reforma y Mitofsky), mientras que los otros tres ocupan primeros lugares.
Incluso, el perredista Miguel Ángel Mancera se ubica por encima de los panistas foxistas. El gobernador de la CDMX, por su parte, pudiera medirse con el ex candidato al gobierno del Edomex, Juan Zepeda, quien se ha pronunciado por encabezar el FAD, siempre y cuando no se limitara a una alianza exclusiva con el PAN.
MC podría consolarse por la candidatura al gobierno de Jalisco, de acuerdo a los planes de integración pluripartidista. El partido liderado por Dante Delgado, al igual que el PRD, en su momento rechazó la oferta que les hizo Andrés Manuel López Obrador de contender coaligados en 2018. En vez de ello, estos dos partidos impulsaron el FAD, en conjunto con el líder de la corriente perredista Nueva Izquierda, Jesús Ortega, uno de los principales enemigos políticos de AMLO.
De modo que ahora que el posicionado líder de Morena contenderá en 2018 sin el respaldo de un bloque consistente de partidos (cuando más con PT), a diferencia de los procesos electorales de 2006 y 2012; PRD, PAN y MC suman esfuerzos en sus intenciones de vencerlo.
