San Felipe es un puerto y la mayoría de los bajacalifornianos lo sabemos. Se encuentra al sur de Mexicali, con una distancia de poco menos de 200 kilómetros. Políticamente sigue siendo una Delegación, según la información que disponemos, la cual se origina del censo 2005. Seguramente muy distinta a la actual, pero en esa fecha había alrededor de 15 mil habitantes.
Platicando recientemente con una amiga química que nació justamente en San Felipe, explicaba con tristeza la imposibilidad de vivir permanentemente en ese puerto, debido a las pocas oportunidades de trabajo, progreso y de ver a sus hijos crecer en un ambiente seguro y con porvenir. “Los distintos gobiernos, empezando por los municipales y estatales, no consideran importante a San Felipe, no le hacen caso ni les merece crear proyectos para su desarrollo”, dijo con pena.
Siendo la pesca, la principal actividad económica del lugar, con los años la dejaron para dedicarse al turismo. No porque ellos ya no quisieran seguir con esa herencia de sus ancestros, sino por las alertas de extinción de especies únicas. Ya ve usted la alarma mundial por el peligro de la famosa vaquita marina, de la que nos aseguran quedan solo 30 ejemplares.
Lo que parece increíble es que las autoridades no hayan proporcionado otras actividades remunerables a los habitantes de esa zona. Por ejemplo, en la costa del Pacífico, zona de San Quintín, hay “siembras” de ostiones y almejas. No es nada más prohibir, sino que la ciudadanía tenga apoyo de sus autoridades. Luego, que no se asusten por las protestas ante las amenazas de castigar a los pescadores que buscan alimentar a sus familias.
Resulta increíble que un lugar como San Felipe, que desde 1536 aparece en un mapa gracias a Hernando de Alarcón y Domingo Castillo, exploradores de la región, dependa en forma total de funcionarios que cuidan lo que hay en el mar y no a quienes viven en esa tierra. La solución debe ser global, ¿será imposible encontrarla? Los habitantes de San Felipe (su nombre original fue Santa Catalina, pero Felipe de Consag, en 1746, decidió llamarle San Felipe de Jesús) se merecen más atención por parte de los gobiernos.
Nota 1.- Los funcionarios municipales de Tijuana y los inversionistas andan felices porque, con millones de dólares, están levantando muchos edificios “inteligentes” en la Zona Centro, a la que nada hacen por transformarla. Está sucia, tiene mucho grafiti, edificios abandonados (sus dueños son algunos llamados pro hombres) y presenta una abundante cantidad de vendedores ambulantes que impiden transitar por las sucias banquetas.
Nota 2.- Sorprende la ligereza de los que otorgaron permisos para construir enormes edificios en plena colonia Federal, junto a San Ysidro. Además, en la entrada de Playas de Tijuana, ¡están construyendo todo un fraccionamiento! ¿Por dónde piensan situar la salida? ¿Por la playa? ¿O exigirán al gobierno que les construya un puente o paso a desnivel?
Nota 3.- De nuevo, postes, árboles y equipamiento público están sirviendo para colocar anuncios, carteles y todo tipo de papel. ¿Qué no sabrán que está prohibido?
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana. Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.com
