A la sombra de la Unión Soviética, las izquierdas de América Latina hacían olas altas y provocaban tempestades de cualquier charco de agua contaminada. Estados Unidos tenía pacto con ellas porque eran hechuras suyas desde que Roosevelt patrocinó la Segunda Guerra Mundial, la que terminó Eisenhower; cuando implantaron el comunismo en Europa y posteriormente lo insertaron en América Latina. A pesar de que el injerto ya tenía vida propia y que en México lo colocaron como tatuaje, por suerte no lo llevamos en la sangre como enfermedad incurable, aún puede desaparecer.
Los ciudadanos que no laboran en los pueblos con gobiernos de imposición marxista, ya desean un gobierno democrático, tal vez votan para conseguirlo, pero son pocos y no adquieren los votos necesarios, pues son más los que laboran en el gobierno y no ganan por eso. Aunque los dejan ser opositores, pero como opositores no les dan trabajo ni comida, y si salen como migrantes, tampoco encuentran trabajo, menos techo. Para sacarlos de las calles, los acusan de delincuentes y así pueden apresarlos.
Creo que muchos sí delinquen porque se aprovechan de los problemas bélicos para vivir bien, tomando todo lo que pueden; de este modo viven bien de los problemas sociales, así terminan su vida como guerrilleros, porque alguien les dijo que es mejor morir así que morir de hambre.
Es alentador esperar un cambio social y político, ahora que las facciones dejaron las armas para buscar un gobierno por la vía electoral, pero no en Colombia, ahí no podrán hacer lo que en Cuba. Colombia ya tiene su propio gobierno y es bastante bien aceptado por su gente.
Vicente Martínez Méndez
Tijuana, B. C