Hay dos estrellitas,
que alumbran desde lejos.
Cuelgan en el cielo,
como dos espejos.
Cruzan el espacio,
siempre muy juntitas.
Nunca se separan,
se sienten solitas.
En el día nos dan
risas y alegrías,
y en las noches sueñan
con sus fantasías.
Sueñan con un dios
que va caminando,
de la mano de ellas
y las va cuidando.
Por el rumbo va
un viejo cansado,
tras las lucecitas
del cielo estrellado.
Hay un ser divino,
la querida tía,
es Mary Loreto,
invaluable guía.
Y cuál es el nombre
de las estrellitas,
es Issis y Ojitos,
las dos más bonitas.
Alberto Torres Barragán
Tijuana, B. C.