Eran los días de la celebración por el cumpleaños número 30, Monte Xanic, cuando su fundador, Hans Paul Backhoff Escudero se despidió de la tierra y de los campos ensenadenses que fueron su pasión y proyecto de vida.
Hijo de padre alemán y madre mexicana, Backhoff nació en Ensenada, un 19 de septiembre de 1949. Se casó en 1970, con Leticia Guerrero Mendoza, quien le dio tres hijos -Karla, Hans y Kristel- al tiempo que creaba nuevos vinos y hacía crecer la empresa Monte Xanic hasta llegar a convertirla en una de las más importantes del país.
Con estudios de Ingeniería Bioquímica por el Tecnológico de Monterrey y Food Science por la Universidad de Nottingham, del Reino Unido; el Doctor, como lo llamaban todos dentro de su empresa, fue catedrático universitario, empresario del ramo de conservas enlatadas y socio de la empresa de jugos de naranja Tropicana, otro gran éxito en su haber.
Visionario, descubrió en el Valle de Guadalupe el gran potencial para producir vinos de calidad mundial. Para 1972 ya estaba produciendo su primer vino, por varios años para consumo familiar y de amistades, hasta que en 1987 fundó, junto con varios socios amantes del vino igual que él, Monte Xanic. Se embarcaron en la gran aventura de fabricar vino mexicano de gran calidad.
La primera cosecha salió en 1989, 6 mil 200 cajas de Chenin Colombard y Cabernet Suavignon, con ello marcó la pauta para implementar novedosos sistemas de riego y optimizar el uso del agua. Vinicultor y enólogo, Backhoff estaba en cada detalle de la producción de sus vinos, en aras de la excelencia. Presume la empresa que en 1989, el Tratado de Libre Comercio entre México y Estados Unidos se firmó brindando con el vino Monte Xanic Chardonnay.
De igual forma, reunido con socios entusiastas del Valle de Guadalupe y sus nacientes bondades -Eduardo Liceaga, David Bibayoff, Antonio Badan, Melchor Flores, David Acosta, Fernando Favela, Fernando Martain y Hugo D’Acosta- conformó, en el 2000, el Comité Pro-Vino, uno de los principales organizadores de las fiestas de la vendimia que de ser un fiestas casi de familiares y socios, hoy en día llega a más de 30 eventos por temporada, con visitantes de todo el país y del extranjero.
“Poníamos a nuestros hijos y esposas a cortar quesos, organizar las charolas para nuestros amigos y compartíamos el inicio de la cosecha. Colocábamos las sillas, llevábamos a los artistas en nuestros coches”, recordaba con nostalgia -pero con plena satisfacción- el doctor Backhoff.
Mientras que cada año, sus vinos sumaban premios, fama y reconocimiento internacional. En 2008 le deja las riendas de la empresa a su hijo Hans Joseph, actual director de Monte
Xanic. Se mejoraron aún más las técnicas de elaboración de vino y los viñedos se ampliaron a 20 hectáreas en Valle de Guadalupe y Ojos Negros.
El doctor Backhoff fue reconocido como uno de los cinco mejores enólogos por el Wine Masters Challenge de Portugal y por el Club de Banqueros de México. Ese mismo año, Monte Xanic recibió la certificación ISO 9001, en sus procesos de cosecha, producción, embarque y servicio de degustación.
Familia, allegados, socios y empleados, reconocen en Backhoff un hombre siempre amable, tenaz, interesado por las personas, siempre entusiasmado y atento al mercado del vino. Celebró los 30 años de la bodega en la última vendimia a la que asistiría 10 días antes de su fallecimiento. En esta fiesta, junto a sus socios, esposa, hijos y amigos, pudo ser testigo y constatar que Monte Xanic tenía un futuro y un crecimiento asegurado.
“Tuve el placer de vivir aquí en Ensenada y vivir día a día la experimentación de estar en una vinícola. Es un verdadero privilegio, ya que todo lo vi crecer”, dijo en aquella ocasión.
El 15 de agosto pasado, cuando se dio a conocer su fallecimiento, la noticia y muestras de luto fueron referencia en los principales medios nacionales y publicaciones internacionales especializadas en vino.
Se le reiteró el reconocimiento como un pionero que marcó la industria vinícola en México, y que apuntaló el esplendor y bonanza que vive ahora la región vinícola en nuestro Estado. La “Ruta del Vino”, uno de los principales sectores que hoy en día impulsan la industria y turismo en Baja California, no serían lo que es sin el legado de Backhoff.
“Esta industria es un negocio difícil, pero una vez que te metes en esto, ya no te sales. Yo no podría haberme visto en mi vida haciendo otras cosa”, diría.