Por vez primera la mira
a los ojos como niño,
lo estremece su mirada
como un perfume divino.
Él la toma de la mano
y adivina un nerviosismo,
por el temblor de su rostro
y en su mirada el desvío.
Ella ríe con dulzura
le da una copa de tinto,
los dos brindan muy alegres
como dos buenos amigos.
Mas la sangre se acelera
al estar los dos reunidos,
después de anhelarlo tanto
y luchar contra el destino.
Él al oído le canta
romance de amor antiguo,
de besos cubre su cuerpo
y se le escapa un suspiro.
Los dos que tanto se quieren
hacen del amor un mito,
entre caricias del alma
que surgen sin compromiso.
Hay fuego en los corazones
y en la corriente del río,
cuando las bocas se besan
con amor y sin sigilo.
Vuela bella mariposa
antes que llegue el ovido,
dile al amor de mi vida
que sueño con su cariño.
De su libro “Manantial de Amor”.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California