Choques, derrapamientos y carambolas forman parte de los 192 accidentes que de acuerdo a la Policía Federal de Caminos, se han registrado entre 2013 y 2017 en el tramo de la Carretera Transpeninsular del ex Ejido Chapultepec hasta Maneadero. La autoridad sigue sin ver el problema
Han transcurrido más de tres sexenios, y varios gobernadores y presidentes municipales, en los que los residentes de la delegación Maneadero de Ensenada han escuchado la promesa que “ahora sí” se va a poner remedio al “Tramo de la Muerte”, trecho de la Carretera Transpeninsular, única vía para viajar al sur del Estado y que sigue sumando fatalidad y accidentes.
El trayecto comprende 15.2 kilómetros y abarca desde el ex Ejido Chapultepec hasta la entrada a Maneadero, es decir, conecta la zona urbana con la zona rural del municipio, y es paso obligado para viajar al resto de la península.
Residentes, comerciantes y turistas, se juegan la vida al verse obligados a transitar por tal vialidad. Habitantes de la zona rural son alrededor de 150 mil, tráilers de las diferentes compañías agrícolas asentadas en el Valle de San Quintín hacen circular por ahí un mínimo de cien unidades por día, mientras que turistas, que acuden principalmente atraídos por el fenómeno natural de “La Bufadora”, son 650 mil personas al año, lo que implica de 150 mil a 200 mil vehículos particulares.
Choques, derrapamientos y carambolas forman parte de los 192 accidentes que de acuerdo a la Policía Federal de Caminos, se han registrado entre 2013 y 2017, 40 de ellos nada más en lo que va de este año. La misma fuente contabiliza 27 muertes y 111 lesionados, mientras que yendo más atrás, los vecinos de la zona reportan hasta 70 decesos en tal tramo. Hay quien va más allá y calcula más de 3 millones de dólares en pérdidas materiales.
En los últimos años diferentes frentes han levantado la voz para que el gobierno -de cualquier nivel- repare la vialidad. El Ejido Nacionalista Sánchez Taboada, el Movimiento Maneadero de Ciudadanos Hartos, entre otros. Actualmente los ejidatarios de Maneadero, encabezados por Celso Pimentel y Edmundo Ramírez, han vuelto a levantar la voz para que le pongan un hasta aquí a los índices accidentes fatales y decidan a qué nivel de gobierno le corresponde, ya que ese ha sido el dilema -o pretexto-.
“Que se pongan todos de acuerdo y arreglen ese pedazo, no se pueden dar excusas a la gente cuando tienen un difunto en su casa resultado del mentado tramo”, opinó Rafael Chávez, vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Ensenada.
Error tras error
De los mil 711 kilómetros que comprende la Carretera Transpeninsular, el “Tramo de la Muerte” solamente comprende del Kilómetro 11 al 27, pero han sido causa de gran dolor y luto para decenas de familias.
De los 15 kilómetros que abarca el tramo, cinco se consideran los más críticos, sobre todo de la cuesta abajo que va desde la antigua fábrica Val-Vita, a la entrada a la delegación. Son varios los factores que la hacen peligrosa. De entrada, el pavimento siempre está en malas condiciones, dada la gran afluencia de automóviles, muchos de ellos de carga pesada y de tránsito las 24 horas del día.
La carretera es muy angosta, abarca tres metros de ancho por cada carril, cuando otras tienen un mínimo de cuatro metros. No tienen acotamiento, y en algunos tramos solamente está el barranco a un lado. Regularmente se produce un socavón, se hunde el pavimento, los entronques no tienen señalización, no hay iluminación, no se respetan los semáforos y no se da mantenimiento por parte de ninguna autoridad. “Cualquier cosa que te haga perder el control del vehículo, o te estrellas con el carro de un lado, o te vas al barranco, en otra parte a lo mejor la libras, pero ahí ya sabes lo que te va a pasar”, describe Jorge Menchaca, presidente de Canaco.
Las precarias condiciones del tramo, se agregan a la mala educación vial que caracteriza a los automovilistas de la zona, quienes lo menos que hacen es correr a exceso de velocidad. “Con eso de los ‘chocolates’ todo el mundo trae carro, muchos son gente del campo, que aprenden a manejar ya grandes, no marcan vuelta, se van por el carril central a una velocidad muy lenta”, además, “los tráilers a veces se van por los dos carriles, y los microbuseros pues hacen lo que quieren, no hay quien los infraccione”, narra por su parte Raymundo Carrillo Huerta, ex presidente del Ejido Nacionalista.
Peligroso por donde se le vea
La sentencia de muerte para cientos de automovilistas se firmó un 15 de julio de 2004, en el último año del alcalde Jorge Catalán. A raíz de la autorización de Cabildo, un 12 de mayo de ese mismo año, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el XVII Ayuntamiento tomaron la responsabilidad del tramo carretero Ensenada-Maneadero y con ello el compromiso de su conservación, mantenimiento, reconstrucción y ampliaciones requeridas.
El tramo data de la era salinista, y el gobernador era Ernesto Ruffo, cuando en 1995 formaba parte de la primera etapa de un bulevar que conectaría desde Maneadero hasta la escuela CBTA, “pero por el famoso error de diciembre ya no se continuó”, recuerda Carrillo. Desde entonces se le han hecho puros remiendos caseros, para en 2004 sentenciarlo a la desgracia: “Se cometió el error de recibir la carretera, no tenía caso que la hubieran recibido si no le iban a hacer nada”.
Cifras, programas, discursos, anuncios, han dado cuenta de diversas obras para el tramo en todos estos lustros, pero las más de las veces han quedado en el puro papel, o si se han hecho, han sido tan pírricas que el mejoramiento nunca se ha visto.
En enero de 2015 se anunció el arranque de reencarpetado con una inversión de 9 millones de pesos y, supuestamente, con ello la conformación de un comité de vigilancia entre los ejidatarios y Contraloría del Estado para verificar la calidad de la obra y que se hiciera completa y a tiempo. En una primera etapa se harían 3 kilómetros, del Ex Ejido Chapultepec hasta la entrada a San Carlos.
En febrero del mismo año, los mismos ejidatarios y empresarios agrícolas de Maneadero emprendieron el programa “Adopta un Bache” y cooperaron entre todos hasta juntar 600 mil pesos, para ellos hacerse cargo del material y el Ayuntamiento encabezado por Gilberto Hirata Chico se encargara de la mano de obra y poner la maquinaria. Los residentes propusieron reparar cinco metros por día, pero entusiasmado, Hirata ofreció 10 metros diarios para concluir a lo mucho en un mes. Finalmente, el alcalde “nos apoyó como quiso, obtuvimos el apoyo del mismo gobernador y de Novelo -como diputado- para el bacheo, pero Hirata no supo aprovechar el asfalto que le echamos, no le importó, y es que nosotros nos inconformábamos ante los medios y eso no le parecía”.
Por parte del Gobierno Federal, en octubre de 2015, el delegado de la SCT, Alfonso Padrés Pesqueira, anunció obras por 700 millones de pesos para diferentes vialidades, entre estas la modernización del “Tramo de la Muerte”, para el que se destinarían 480 millones de pesos. No olvidó recordar que por ser urbana, dicha vialidad correspondía al Municipio. Meses después, en enero de 2016, le bajó de tono y en reunión con el presidente municipal Hirata le dijo que en el caso del tramo sería revisado y analizado para darle una respuesta a la brevedad, y eso porque el alcalde le insistió que ya era un clamor de la comunidad.
Apenas el 31 de julio pasado, ante el reclamo de integrantes del Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE) en el sentido que el Presidente Enrique Peña Nieto no ha cumplido con el compromiso número 127 y que solamente la SCT se ha dedicado a trabajos de mantenimiento y no a obras, Padrés fue tajante al decir que el caso del “Tramo de la Muerte” será rechazado desde la Federación como en ocasiones anteriores, recordándoles que la vialidad es responsabilidad del gobierno municipal desde 2004.
Convenio de ese año que el Cabildo de Hirata Chico supuestamente tumbó el 4 de septiembre de 2013 con el punto de acuerdo donde el Ayuntamiento nulifica o da marcha atrás a la trasferencia del tramo para el Municipio y se lo regresa a la SCT. En 2015 el titular de esa delegación federal habló de generar un punto de acuerdo de Cabildo donde el Ayuntamiento solicitara el apoyo de la SCT para realizar esa y otras obras viales en Ensenada. En sesión de Cabildo del 17 de julio de 2015, se votó por unanimidad el punto de acuerdo para dejar sin efecto aquel acuerdo de septiembre de 2014 y regresar el tramo otra vez al Ayuntamiento.
“Es necesario que las autoridades estatales, federales y municipales se sienten los tres y arreglen el tramo, porque son 70 vidas las que ya han costado mientras se deciden si es tuyo, es mío o es de quién, arréglenlo pero ya, y pásenle la cuenta a quien le corresponda”, imploró Chávez, de la Canaco.
Todos contra el tramo
“Esa etapa ya está superada”, respondió el regidor Orlando Toscano respecto al dilema de qué instancia de gobierno va a asumir el arreglo de la carretera. “El tramo nos corresponde a nosotros, el Ayuntamiento, de eso no hay duda, y hay que atenderlo”, dijo.
“Lo cierto es que independientemente de esas revocaciones por parte del Ayuntamiento, las mismas no tienen efecto, porque son unilaterales. Sí firmas un convenio de trasferencia, pues la SCT tiene que estar de acuerdo”, y no fue el caso. “El tramo es nuestro y nos corresponde el mantenimiento, la conservación, señalización”, abundó Toscano, quien preside la Comisión Especial para la “Atención al Tramo de la Muerte”, formada apenas hace unos días ante los últimos reclamos de los sectores de Maneadero.
Se pretende que gobierno municipal, estatal, ejidatarios, delegados y autoridades vinculadas procuren en conjunto acciones para ponerle solución al tramo. En primera instancia están la rehabilitación y conservación, que según Toscano, ya iniciaron. Se hará bacheo, señalización, iluminación, “vamos a hacerlo hasta donde sea posible”.
En una siguiente etapa, vendrá la sincronización de los tres semáforos a lo largo de ese trayecto. Con ello también buscarán darle mayor seguridad y vigilancia a la zona, “ver cómo darle mayor seguridad a la gente y hacerle menos tortuoso su viaje en ese tramo”.
Y hasta la remoción de vendedores semifijos a las orilla de la carretera, que aunque son de terracería, ocupan un espacio que debe quedar libre para el automovilista: “Los pocos espacios de acotamiento que pudiera haber están ocupados por comerciantes, entonces esto lo vuelve una carretera todavía más insegura porque no puedes orillarte, o al hacerlo implica también un riesgo para los vehículos que vienen detrás”.
Mientras que la tercera etapa y gran resto es el proyecto de la continuación del Bulevar Reforma, mismo que el Ayuntamiento toma de un proyecto ejecutivo ya elaborado por la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (SIDUE), y lo adecua la autoridad municipal para proponer seis carriles y un camellón central. La obra implicaría una inversión de 180 a 200 millones de pesos.
“Obviamente es un tema en el que no podemos ir solos, no hay recursos suficientes, ni es un tema que podamos atender de manera inmediata”, precisa Toscano, quien apuesta por un proyecto de largo aliento, que empiece está administración y continúe la siguiente, porque reitera que habrán de converger muchos actores para la obtención de recursos.
Como otros legisladores en su momento, de la actual Legislatura local se han sumado al tema para la gestión los diputados locales Alejandro Arregui y Rocío López Gorosave, los diputados federales Wenceslao Martínez y Eloísa Talavera, así como el Gobierno del Estado, “nos corresponde apoyar, acompañar al Ayuntamiento en los temas de la gestión”. Mientras que el presidente municipal Marco Antonio Novelo, prometió insistirá en el tema durante sus diligencias en la Ciudad de México.
Pareciera haberse formado un frente único con protagonistas de todos los colores y niveles de gobierno para poner fin a la historia de fatalidad que envuelve al “Tramo de la Muerte”.
“Siempre es lo mismo, a final de cuentas nos terminan dando atole con el dedo”, refuta el ejidatario Carrillo, cansado de escuchar el canto de las sirenas por lustros.