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martes, octubre 1, 2024
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Machismo e impunidad

No es esta la primera ocasión que el Gobierno Mexicano protege a las mujeres. A las esposas de. Lo ha hecho incluso con las esposas de criminales y narcotraficantes, con las madres de los mismos y las hermanas de muchos. La acción podría estar enraizada en el machismo mexicano que protege a la madrecita, a la esposa, a la hija y la hermana, las intocadas por los demás, aun utilizadas por el sujeto activo.

En esa premisa la mujer es débil, debe ser protegida, debe ser respetada, no tocada, y ahí de quien se atreva a serlo. Tanto políticos como funcionarios y criminales parecen pensar igual. Ya hemos escrito de cómo elementos del Ejército Mexicano, de la Procuraduría General de la República e incluso de policías estatales, aprehenden a un narcotraficante con drogas, con armas, y si lo acompañaba la mujer, la dejan libre. Luego la esposa, la madre, se encargará de vaciar las cajas de seguridad con dinero, droga o armas, y huir hasta esperar que sea liberado para entregarle al varón lo que les corresponde. Casos ha habido muchos.

Incluso aquellas anécdotas que cuentan que en el intento de extorsión por parte del criminal detenido, quien hace las veces de mensajero para llevar propuestas indecorosas y recolectar dinero y otros ilícitos, es la esposa en turno del criminal en cuestión.

La madre, algunas esposas y las hermanas de los Arellano Félix, por ejemplo, han sostenido batallas legales contra el gobierno para recuperar los bienes decomisados a los notorios narcotraficantes mexicanos, y en muchos casos con éxito. La PGR les ha debido regresar bienes, que se sabe fueron adquiridos con dineros del narcotráfico, pero que no tuvieron la capacidad de probarlo al tiempo que estaba titulado a nombre de las mujeres o los hijos.

Enedina Arellano Félix se destacó en el ámbito del cártel que comandan sus hermanos Benjamín y Ramón, como quien -de acuerdo a informantes- estableció junto a otros hombres de la organización, una red para el lavado de dinero en la época de auge criminal del CAF, y que a la caída de Benjamín en prisión y tras la muerte de Ramón en Mazatlán, fue señalada de convertirse en la principal asesora de su hermano Francisco Javier Arellano Félix “El Tigrillo”, y a la detención de éste en 2006 se pasó a ser la consejera de su sobrino Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero”, además que la dama vive entre un lugar cercano a Los Ángeles, California, y viajes a la Ciudad de México. Pero ninguna de las denuncias de informantes o testigos durante los últimos 20 años ha logrado que autoridad alguna de los Estados Unidos o de México inicie una investigación contra la hermana de los Arellano.

La esposa, la madre, las hijas, las hermanas son, pues –salvo sus honradas excepciones- las cómplices perfectas que permanecerán en la impunidad gozando de los réditos de la actividad criminal.

De esos casos indignantes pasamos ahora en 2017, con una política de equidad de género que obliga a los partidos a otorgar el 50 por ciento de las candidaturas a mujeres y el otro tanto a hombres, y con movimientos de defensa y rescate de la dignidad de las féminas, y la búsqueda de una política salarial igualitaria entre, así como la creación de fiscalías especiales para damas, e incluso vigente el delito de feminicidio, en términos generales la mujer en México sigue siendo la persona a proteger, la coautora perfecta, la intocada.

Por estos días ha causada harta indignación la aprehensión en México de Xochitl Tress, una ex funcionaria del Gobierno de Veracruz cuando éste era administrado por Javier Duarte de Ochoa. De origen panista, viuda de un alcalde en aquella entidad caído ante la creciente inseguridad, Tress se integró al equipo del priísta hoy juzgado por lavado de dinero, peculado y utilización de recursos de procedencia ilícita entre otros delitos, y ahora es señalada por ser “la amante” de  Duarte, y ha sido aprehendida y encarcelada (le dieron dos años de prisión preventiva), por el delito de enriquecimiento ilícito.

Acusa el Gobierno Mexicano a la ex funcionaria, de adquirir tres propiedades con recursos de procedencia ilícita y de haber utilizado, también, empresas fantasma así como haber sido la depositaria de varios regalos costosos por parte del ex gobernador de Veracruz, todo, obvio, con recursos provenientes de la administración estatal.

La indignación no es tanto por la detención de la ex funcionaria, sino porque la esposa de Javier Duarte de Ochoa, Karime Macias Tubilla, no ha sido tocada ni con el roce de una foja de la agencia ministerial federal, con todo y que ha sido señalada por integrantes de la red de corrupción de Javier Duarte, y por el actual Gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yúnez, de ser una persona activa en las operaciones para el desvío de fondos, apertura de empresas fachada, extracción de divisas, mal manejo de recursos públicos y adquisición de propiedades millonarias tanto en México como en Estados Unidos.

Pero aun así, la esposa de Javier Duarte está libre, sin investigación abierta. La impune por machismo se fue de Guatemala a Colombia horas después que aprehendieran a su marido, y de ahí a Londres, prácticamente frente a las autoridades mexicanas.

La señora que en declaraciones del abogado Alfonso Ortega, quien ayudó en la estructuración de las empresas fachada, “todo era por órdenes de ella… era lo que sabíamos. Ella es la que decía cuándo y a dónde se iba el dinero”; el mismo que también declaró que un día acudió a la Ciudad de México para pagar con una tarjeta de crédito, por supuesto con dinero oficial, 225 mil dólares de gastos de Karime Macías en una joyería, por unos aretes y un anillo.

De Macías Tubilla también se sabe que aparte de los departamentos en Nueva York, las casas en Texas, y las propiedades en Ciudad de México y Veracruz, gastaba dinero oficial a manos llenas. De acuerdo al Gobernador Yúnez, encontraron documentos y bienes en una bodega que “vinculan a la señora Karime Macías de Duarte en la implementación, preparación y ejecución de acciones para desviar recursos públicos en beneficio personal y de algunos cómplices”, pero aun así, la esposa de Duarte no es investigada.

En el más claro ejemplo de machismo en México cae la amante pero no se toca a la esposa. Por más que esté en Europa viviendo de lo que se presume hurtado por ella, su marido y sus cómplices, como el empresario Moisés Manzur, mejor amigo de ambos y quien está relacionado en la red de corrupción, en la adquisición de propiedades y que incluso en su testamento dejó como heredero principal a Javier Duarte, y en caso de él no estar presente, a los hijos de Duarte, y si estos tampoco podían cobrar la herencia, a Karime Macías.

Mucha impunidad para una mujer, mucha desvergüenza para un país que no persigue a las esposas, así compren casas blancas o muchas propiedades con el vano pretexto de “merezco abundancia”, a como dé lugar, aunque sea ilegal.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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