Prácticamente, la mayoría de los medios de comunicación a nivel nacional aseguran que los resultados de la XXII Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Revolucionario Institucional fue un traje hecho a la medida de José Antonio Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público, quien sería el abanderado rumbo a 2018.
Y es que el integrante del gabinete presidencial, de quien se dice iría por la candidatura del tricolor, no es miembro activo del partido, requisito que se eliminó en la mentada asamblea celebrada el pasado sábado 12 de agosto, en El Palacio de los Deportes, en la Ciudad de México.
Si bien, es cierto que el requisito de la militancia (de antigüedad de 10 años) para que algún ciudadano participe en la candidatura presidencial fue eliminado recientemente; cuadros dentro del partido advirtieron a ZOOM POLÍTICO que no fue pensado para beneficiar a ninguna persona.
Ivonne Ortega, ex gobernadora de Yucatán y ex secretaria general del PRI nacional, y que hoy encabeza un proyecto llamado “Recuperemos al PRI”, alegó que al contrario, las modificaciones a los estatutos del partido fueron para hacer más pareja la competencia entre un ciudadano y un militante, pues actualmente el primero tiene mayores posibilidades.
“Actualmente, si tú eres militante, tienes que acreditar para ser candidato con 10 años de militancia, para Presidente de la República; cinco años para gobernador, senador y diputado; y tres años para presidentes municipales o diputados locales”.
Además, explica la también actual diputada y aspirante a la candidatura 2018: “como militante, tienes que tener la firma de tres sectores u organizaciones del PRI y el respaldo de un porcentaje del Consejo Político; un porcentaje de la militancia y un porcentaje de los comités municipales o estatales”.
En cambio, si se trata de un ciudadano, “lo único que tienes que acreditar es honorabilidad personal, que lo acreditas con el currículo, y ser conocido en las encuestas”.
Por ello, alega Ortega, “estaba en mejores condiciones un ciudadano que un militante, por eso peleábamos para el piso parejo, para que se quitaran esos candados a los militantes. Al final de cuentas, no tiene etiqueta ni nombre, porque son más de 18 mil cargos en los que se van a competir. Ahora un ciudadano y un militante va a competir en las mismas condiciones de igualdad”.
Sin embargo, si un ciudadano llegase a convertirse en candidato, tendría que afiliarse al partido de manera inmediata.
De hecho, desde que Ortega era la secretaria general del PRI, en 2012, en la asamblea nacional se incluyó la figura ciudadana para las candidaturas, excepto para la presidencial. La ex gobernadora rememora: “No nos dimos cuenta de que le dábamos más posibilidades al ciudadano que al militante.
Hubo otros cambios en los estatutos priistas a partir de la asamblea, los cuales se resumen en cinco puntos: el primero, el arriba mencionado que, tanto los simpatizantes no afiliados como los militantes, tendrán igualdad de condiciones para competir, incluso para la candidatura presidencial. También se aprobaron que el 30% de las candidaturas sean para personas menores de 35 años y el 10% para indígenas. Así como la aprobación de un nuevo código de ética y la creación de un órgano de justicia que puede sancionar actos de corrupción. Y por último, que senadores, diputados y locales que hayan llegado a su puesto por medio de representación plurinominal, no podrán ser postulados para el mismo cargo y por la misma vía.
Lo que el PRI dejó fuera de su plataforma, fue la revocación del mandato y que fuera una consulta abierta la elección de sus candidaturas.