El caricaturista Eduardo del Río, “Rius”, falleció el martes 8 de agosto de 2017 a la edad de 83 años. “Enrique Peña Nieto está haciendo muchos méritos para ser llamado en poco tiempo el peor Presidente que hemos tenido”, expresó en la última entrevista con ZETA en 2016
“Rius”, el sabio caricaturista que por más de 60 años hizo reír y reflexionar con sus irreverentes y atinados cartones a los mexicanos, murió el martes 8 de agosto de 2017 a la edad de 83 años en Tepoztlán, Morelos, tras batallar contra el cáncer de próstata.
“Hereje, ateo y malpensado”, tal como se definía a sí mismo, Eduardo del Río fue el gran caricaturista de la segunda mitad del Siglo XX y principios del XXI, que con su humor y crítica proponía una versión contraria o extraoficial a la oficial, por eso alguna vez Carlos Monsiváis no dudó en advertir que “’Rius’ es más importante que la Secretaría de Educación Pública”.
Aunque la Secretaría de Cultura señaló que “a través de sus dibujos, Eduardo del Río García ‘Rius’ hizo una aguda reflexión y crítica de la sociedad”, en realidad su humor y sátira arrasó a funcionarios, partidos, políticos, gobiernos, la Iglesia, gobernadores, presidentes e instituciones.
El patriarca de la caricatura en México deja un legado en revistas, periódicos y libros que perduran en la memoria de varias generaciones ávidas de humor y crítica. Pero, claro, antes de sus más de seis décadas de impresionante trayectoria, figuran razones y argumentos de mucho peso que lo condujeron a su pasión por la síntesis del dibujo.
Cuando abandonó el seminario
Fue en 2014 cuando Eduardo del Río dio a conocer “Mis confusiones. Memorias desmemoriadas” (Grijalbo, 2014), precisamente en el año en que cumplió 80 años, el 20 de junio.
Aunque Grijalbo primero publicó “Rius para Principiantes” en 1995, para conmemorar 40 años del mítico cartonista y 60 de edad, la nueva edición, “Mis confusiones. Memorias desmemoriadas”, correspondía a sus 60 años de trayectoria y 80 de edad.
A diferencia de “Rius para principiantes” que, advirtió, “tiene más monitos”, en “Mis confusiones” narra con picardía y menos monos sus orígenes. A través de su consabida sorna y lucidez, en la edición de colección el célebre cartonista confiesa desde su nacimiento el 20 de junio de 1934 en la ciudad de Zamora, en el texto “Zamora la Michoacana”; así como su infancia que vivió en las vecindades del Centro Histórico de la Ciudad de México, niñez por cierto contenida en “Por vivir en quinto patio” o “Mi ruta infantil”.
El celebérrimo cartonista no solo confiesa sus más lejanos recuerdos, también describe y narra la Ciudad de México entre 1936 y 1944 con sus respectivas vecindades de hasta 50 cuartos:
“Hasta la fecha, nadie ha sabido reflejar en el cine o la literatura la vida de las vecindades. Ni Ismael Rodríguez, Alejandro Galindo o el mismo Luis Buñuel pudieron captar ni medianamente a los personajes que pueblan los ruinosos cuartos y los quintos patios de los viejos conventos vueltos multifamiliares”, sostiene el autor en el capítulo “Por vivir en quinto patio”.
Uno de los capítulos más reveladores es “Mi ruta infantil”, donde cuenta que estaba estudiando para cura, aunque afortunadamente descubrió que los menesteres de la religión no eran lo suyo:
“Del 45 al 51 me metieron a un seminario, primero en Venta de Cruz, Hidalgo, luego en Tlaquepaque, Jalisco, a estudiar para cura. No me aguantaron como descreído y rebelde, así que del 51 en adelante me volví chino libre, lejos de curas y crucifijos, sin confesiones ni comuniones que practicar, y con miles de libros por leer”.
— ¿Qué satisfacción le deja la publicación de sus memorias en “Mis confusiones”?, cuestionó ZETA a “Rius” en 2014, cuando cumplió 80 años.
“Quise compartir con los lectores cosas muy mías, mis aficiones sexuales, mis aficiones literarias, las películas que me gustaba ver, lo que me gusta comer, por qué soy ateo, todo eso. O sea lo que forma parte de la vida de uno, la vida íntima, se puede decir, la comparte uno a veces por error con los lectores; es muy arriesgado esto de hacer las memorias, es como hacer una especie de striptease delante de la gente, saltando así… y la gente encantada de la vida, pero yo a mis 80 años, ya no tiene uno qué presumir mucho”.
Monsiváis: “`Rius’ es más importante que la SEP”
Autor de más de 120 títulos, “Rius” dibujó la versión extraoficial de la educación en México, como un contrapeso incluso a la propia Secretaría de Educación Pública (SEP).
— Decía Carlos Monsiváis que “Rius” es “más importante que la Secretaría de Educación Pública”, ¿qué opina al respecto?, le inquirió ZETA en 2011.
“El comentario completo de ‘Monsi’ era en el sentido de que ‘en México hay tres secretarías de Educación. La primera, la Secretaría de Educación Pública (SEP); la segunda, Televisa; y la tercera, Rius’. Respeto sus sabias palabras, recordándole con nostalgia”.
La trayectoria de Eduardo del Río inició en 1954 con la revista Ja-já; desde entonces, la mayoría de los periódicos y revistas reprodujeron por lo menos alguna caricatura del idealista político.
Entre otros medios, fundó célebres publicaciones como Los supermachos, Los agachados, La gallina, El mitote ilustrado, Marca diablo y La garrapata; además de haber sido cofundador y codirector de El Chahuistle y El Chamuco.
Por lo menos alguno de los siguientes títulos de “Rius” editados por Grijalbo, identifica fácilmente el Lector: “Filosofía para principiantes”, “La panza es primero”, “Manual del perfecto ateo”, “500 años fregados pero cristianos”, “No consulte a su médico”, “La interminable conquista de México”, “El fracaso de la educación en México”, “Recetarius”, “¿Sería católico Jesucristo?”, “Un siglo de caricatura en México”, “El mito guadalupano”, “Toros sí, toreros no”, “Marx para principiantes” , “La biblia, esa linda tontería”, “Osama Tío Sam”, “Sobras encogidas y seleptas”.
Los últimos tres libros editados por Penguin Random House, a través de Grijalbo, fueron “¿Cuándo se empezó a xoder Méjico?, “La reforma dizque heducativa”, e, incluso, en mayo de 2017, “Los presidentes dan pena”.
“Que al mismo tiempo que la gente se ría, piense un poquito”
En diversas entrevistas con ZETA, “Rius” compartió amablemente algunas confesiones fundamentales para entender cómo descubrió las caricaturas, el proceso creativo, y hasta revelaba pormenores del arte del humor y la crítica.
— Antes de su participación en la revista Ja-já, en 1954, ¿qué fue determinante en su adolescencia para que le gustara dibujar?, le inquirió este Semanario en 2011.
“Antes de empezar a ser caricaturista, pues lo que yo sentía así como mi logro máximo es trabajar en una funeraria, porque el trabajo era muy tranquilo, tenía yo esperanzas de que me iban a mandar a estudiar embalsamamiento de cadáveres, ¿suena feo verdad?, a Estados Unidos; entonces yo dije, ‘aquí ya tengo mi porvenir asegurado’, y de repente, de una chiripada, una cosa rarísima en la vida, que llega alguien y te ofrece publicar cosas en la revista Ja-já, que yo nunca me imaginé que iba a hacer chistes, y ahí cambió mi vida, de golpe y porrazo”.
— ¿Cómo empezó a dibujar?
“Yo no era como esos que se la pasan haciéndoles caricaturas a los maestros o a los compañeros de clase, no, yo dibujaba cosas, quería ser más bien diseñador gráfico, entonces, al mismo tiempo que estaba yo trabajando en la funeraria Gayosso iba a estudiar diseño gráfico, pero me tocó una época de huelgas en la universidad y ya no pude seguir estudiando eso; bueno, es otra cosa rara en mi vida, como que hay cosas que uno no controla, pero que ocurren”.
— ¿Qué papel debe jugar una caricatura en un medio de comunicación?
“El papel de la caricatura, como siempre, es señalar los errores y metidas de pata de los gobernantes y de la sociedad, y para lograrlo mejor hay que echar mano del humor, que es lo que hace que la gente busque primero el cartón y luego todo lo demás”.
— ¿Qué características debe tener una caricatura?
“La caricatura debe tener, por encima de todo, humor. A veces es más importante el mensaje que el dibujo mismo, aunque hay genios como Helio Flores que logran combinar magistralmente mensaje y dibujo. Y también hay que saber practicar una especie de autocensura para saber qué se puede decir y qué no, y hacerlo sin caer en el mal gusto o la obviedad”.
— ¿Pero cómo se da cuenta que una caricatura ya está terminada y lista para publicarse?
“Ésas sí son preguntas difíciles. Yo estoy pensando cómo hacer mejor una caricatura para que tenga más efecto en el público, pero uno se ve imposibilitado de comprobar eso, uno no sabe cómo va a reaccionar el lector al día siguiente cuando ya la caricatura se publicó, es imposible de saber, entonces, yo trato de hacer la caricatura lo más comprensible posible y lo más cómico posible, que al mismo tiempo que la gente se ría, piense un poquito; que haga reír y pensar a la gente, eso es lo que busco al hacer una caricatura”.
“El peor Presidente que hemos tenido”
Tal como lo refleja su obra, entrevistar a “Rius” era no solo una oportunidad para reír, sino para cuestionar a los partidos políticos y, en los últimos tiempos, argumentar sobre narcotráfico.
— “Santo PRI, líbranos del PAN”, se publica en un momento crucial de la política mexicana, es decir, a un año de la elección presidencial de julio de 2012, ¿por qué?, se le preguntó en 2011. Su respuesta, obviamente, fue genial:
“Es una especie de recordatorio para que los Lectores, usualmente desmemoriados, como buenos mexicanos, recuerden lo que ha sido el PRI, que no ha cambiado para nada sus mañas”.
Luego, tres años después ya con Enrique Peña Nieto en la Presidencia, durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) de 2014 se le cuestionó:
— ¿Qué opina de estos dos años de gobierno de Enrique Peña Nieto, donde continúan los miles de muertos, secuestros y desapariciones?
“Bueno, era de esperarse porque ese afán de parte del PRI, de apoderarse otra vez de la silla presidencial a como diera lugar, pues dejaba mucho qué desear, hacía pensar mucho, ¿cómo va a regresar el nuevo PRI? Lo estamos viendo, son dos años en que el país no ha hecho nada, el gobierno no ha hecho nada para mejorar la situación; al contrario, cada vez estamos peor, no hay seguridad, no hay justicia, no hay educación, el sistema de salud es un desastre, en todo vamos para atrás.
“Y la gente tan quitada de la pena, enajenada con la televisión, pero no reacciona la gente; la gente se preocupa más por la muerte de ‘Chespirito’ que por la muerte de Vicente Leñero, no le importa nada a la gente, en su gran mayoría, no le interesa ya la patria, le interesa la banderita, el Himno Nacional, pero no se interesa de la situación real del país. No hay conciencia política en México, se ha perdido mucho”.
— ¿Y cómo visualiza Usted al gobierno de EPN para los cuatro años que faltan del sexenio?
“Lo único que espero es que se acabe el sexenio de Peña Nieto, y si se acaba antes, mejor, pero va a estar difícil que suelten así como así el hueso. Enrique Peña Nieto está haciendo muchos méritos para ser llamado en poco tiempo el peor Presidente que hemos tenido, por lo menos uno de los más tontos, por no decir pendejo”.
Contra “la verdad histórica”
La última ocasión que ZETA tuvo oportunidad de escuchar a “Rius” fue durante la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (FILEY) de Mérida, en marzo de 2016.
Además de su libro “¿Cuándo se empezó a xoder Méjico?” (Grijalbo, 2015), uno de los temas que también había que tratar era sobre “verdad histórica” del gobierno de Enrique Peña Nieto en torno a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre de 2014.
“De repente Estados Unidos, la CIA especialmente, descubrió que la amapola que se producía en Guerrero era mejor que la que se producía en Afganistán; entonces, todos los sembradíos de amapola que hay actualmente en Guerrero están controlados por la CIA.
“La muerte de los 43 muchachos de Ayotzinapa se debe a que descubrieron sin darse cuenta que uno de los camiones que ellos habían secuestrado para ir a México a celebrar el 2 de octubre estaba lleno con un cargamento de goma destinada a Estados Unidos; y llevan años haciendo eso, y uno dice: ¿por qué tienen que matar a 43 muchachos inocentes? Porque descubrieron esa barbaridad. Todavía el gobierno no se atreve a decir la realidad, el gobierno está metido hasta las manitas en el narcotráfico, y todo esto se inició desde tiempos de Miguel Alemán, no ha parado”.
“El mejor homenaje que le pueden hacer a uno es leerlo”
En el último encuentro de este Semanario con el generoso y sonriente “Rius”, el clásico cartonista también confesó las razones de su “pesimismo”:
“Dicen que los humoristas somos muy pesimistas; parece un contrasentido, lo que pasa es que los humoristas trabajamos con la realidad, no con la ilusión; otros compañeros, poetas por ejemplo, trabajan con la ilusión, con la esperanza, pero a nosotros nos gusta trabajar con la pinche realidad y es espantosa la realidad; he llegado a pensar en este exceso de pesimismo, pero este país ya no tiene remedio”.
En esa ocasión se le cuestionó cuál tema le faltaba por tratar en su impresionante trayectoria:
“Está difícil ya hallar un buen tema que me interese, que me gane; aunque ahorita estoy trabajando en la recuperación de un viejo caricaturista oaxaqueño, Héctor Ramírez Bolaños ‘Ram’, que ya nadie lo conoce, pero ha sido uno de los grandes dibujantes y caricaturistas que ha tenido este país, entonces, estoy ahorita dedicado a eso, a conseguir todo lo que pueda del material de ‘Ram’ y hacer un libro”.
En todo caso, reveló por qué en los últimos años rehuía a los homenajes, sobre todo después de los 80 años:
“Bueno, yo he rehuido a todos los homenajes que me han querido hacer porque pienso que el mejor homenaje que le pueden hacer a uno es leerlo, ése es el mejor homenaje que yo acepto y con el que me siento más a gusto”.