Ernesto Ibarra Montoya, legislador por el Partido Acción Nacional, culpa a los grupos de la delincuencia organizada que operan en Los Cabos como Los Dámaso y miembros del CJNG, de un supuesto atentado en su contra, perpetrado con un arma calibre 45 de uso exclusivo del Ejército. Detalló el número de disparos y así entorpeció la investigación. Señalan fines políticos
“Ahí va el delincuente, va con el arma, correteándolo con la pistola, miren, como va no es robo, va a matarlo, qué pena lo que está sucediendo en Los Cabos, que nomás señale lo que está sucediendo con la delincuencia; véanlo cómo le dispara, véanlo, esto es injusto, Sansón tiene hijos, tiene esposa, trabaja conmigo y no es justo lo que está sucediendo, queriéndolo matar por órdenes de no sé quién”, denunció al instante de que ocurrió un supuesto atentado en su contra, Ernesto Ibarra Montoya, diputado federal por el Partido Acción Nacional (PAN).
Según las cámaras de vigilancia del consultorio dental del diputado, en las calles de Aguajito y Migriño de la colonia Santa Fe de Cabo San Lucas, municipio de Los Cabos, fue agredido Sansón Alvarado González, escolta del legislador, “queriéndolo matar por órdenes de no sé quién”.
Fueron dos grabaciones que el licenciado Ibarra subió a su red social Facebook, de 43 segundos y un minuto con 28 segundos.
“DENUNCIO Y ELEVO MI VOZ!!! Mi voz es la de los ciudadanos cabeños, por ello, hoy denuncio un serio atentado a la vida de un cercano colaborador amigo mio (sic). Hoy a las 9.21 AM mi colaborador y amigo de nombre Sansón Alvarado González sufrió intento de homicidio al ser atacado de manera cobarde y artera afuera de mi domicilio ante la vista de vecinos, transeúntes y conductores automovilísticos con un arma de alto poder disparándole en tres ocasiones, no lograron quitarle la vida gracias a Dios. Fue un ataque directo a su integridad física con un arma escuadra 45 de las que son mortales y no cualquier delincuente porta. Yo pregunto a nombre de la sociedad Cabeña una vez más, que es lo que está pasando en Los Cabos, esta hermosa tierra de oportunidades ya no tiene tranquilidad alguna. Acudiremos a las instancias correspondientes donde mi colaborador interpondrá denuncia por intento de homicidio para llegar en lo legal hasta sus últimas consecuencias. Unamos nuestras voces enviando claros mensajes del hartazgo social de la inseguridad que estamos viviendo en nuestro municipio. #cuidandoloscabos”, escribió en su red social.
Según el diputado, el mensaje y el audio grabado mientras reproducía el video, fueron hechos con coraje e impotencia.
Un experto comentó a ZETA que “es claro el mensaje que emitió Ibarra directo y al grano, denunció un hecho de los que han ocurrido en Los Cabos recientemente, sólo que en este caso no hay lesionados, no hay muertos; lo que sí hay es un ‘sicario’ inexperto, el cual se encontraba más preocupado por el contenido de la mochila que el mismo ‘escolta’, que la verdad ni preparación tiene, pero el licenciado evidenció que sabe de armas, criminalística y muchas otras cosas en su grabación”.
La fuente consultada por este Semanario dejó en claro que, en el afán de denunciar un ilícito, tratándose de un intento de robo con violencia -según dio a conocer la Procuraduría General de Justicia en el Estado-, el licenciado en Ciencias de la Salud culpó a los grupos de la delincuencia organizada que operan en Los Cabos, como Los Dámaso y miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); reveló que se trató de un arma calibre 45, de uso exclusivo del Ejército, así como el número de disparos.
Lo que nunca pensó el licenciado Ibarra es que haber declarado que intentaron asesinarlo, detallando el tipo de arma y evidenciar la grabación acompañada de su explicación, entorpece la investigación y expone al presunto delincuente, nombrándolo como tal, sin conocer jurídicamente la situación y, sobre todo, sin cuidado alguno, revelando la identidad de la víctima.
Cabe destacar que Ernesto Ibarra Montoya hizo público el video en redes sociales a las 11:26 de la mañana, según la hora de la grabación expuesta en pantalla, indica que son las 11:18 desde que comienza el atentado, es decir, ocho minutos después el diputado estaba denunciando el hecho, brincándose procedimientos, exponiendo a la víctima y poniéndose capa frente a miles de usuarios de redes sociales.
Evidenció lo anterior al decir “acaba de suceder esto hace unos minutos”, por lo que concuerda la hora.
Es notorio el interés político en la “denuncia” del legislador federal, ya que ciudadanos de Los Cabos están inmersos en una cruda guerra entre células criminales con mayor intensidad desde octubre de 2016. Es decir, más de diez meses después, Ibarra Montoya se enteró que Los Cabos está viviendo la peor época de su historia, en cuanto a homicidios perpetrados por la delincuencia organizada.
“No voy a permitir que en Los Cabos suceda esto, se están acabando familias, hay cientos de muertes y no sé por qué hoy se ensañan con una persona que su único trabajo es andar con el director Ibarra y cuidarme, se puede decir la palabra, qué pena lo que está sucediendo en Los Cabos”, sentenció.
La escena montada
Aunque la PGJE manifestó que el suceso ocurrió pasadas las 7:20 am y el diputado a las 9:20 am, el reloj de la grabación de la cámara de vigilancia marca las 11:18 y algunos segundos, cuando de una camioneta Toyota 4Runner de color blanco; desciende una persona al parecer del sexo masculino y de aspecto joven.
El presunto agresor viste pantalón de mezclilla azul marino, playera blanca y chamarra oscura, tenis blancos y gorra; se ve que algo se acomoda en la cintura y camina fuera del alcance de la cámara. Un minuto después, aparece Sansón, colaborador de Ibarra.
Cuando marcan las 11:19 am con 56 segundos, se ve a dos jóvenes corriendo, el escolta corre despavorido del agresor, quien al parecer portaba un arma de fuego; Sansón viste playera gris, pantalón negro y tenis oscuros, en sus manos tiene una inseparable mochila.
El individuo armado persiguió al escolta alrededor del consultorio dental del licenciado Ibarra Montoya; el agresor porta en todo momento el arma enfrente y, sin apuntar directamente a la víctima, realiza un disparo al suelo siete segundos después de perseguir a Alvarado González; realiza un segundo disparo a un costado y solicita de nuevo la mochila, al tiempo que dispara, carga el arma una y otra vez, dejando dos cartuchos útiles tirados en el lugar.
Un tercer disparo es realizado sin dar en el blanco, el escolta forcejea y empuja al asaltante, el cual tranquilamente y sin preocupaciones sigue caminando, como si ambos se conocieran, conversan unos segundos y Sansón avienta la mochila unos metros adelante.
“Allí es donde tenemos la duda, pues el presunto delincuente se acerca a agarrar la mochila y cuando se agacha el escolta hace lo mismo, hasta parece que el delincuente armado le teme. Denota un inexperto y sin cualidades a como fue denunciado de sicario, se da una serie de empujones y el hombre desarmado, en este caso el colaborador se le va como sin nada al presunto asaltante, hasta huye con miedo y se aleja más de seis metros, huye el hombre armado, le da espacio para que corra. No tenemos ni asalto consumado, ni herido, ni siquiera sicario en acción, no te podría decir que tenemos enfrente hasta que concluyan las investigaciones”, dio a conocer uno de los agentes de investigación de la Policía Ministerial.
Aunque el denunciante manifestó en redes sociales, su interés por hacer lo correcto y denunciar al decir que llegará “a las últimas consecuencias”, la verdad es otra, ni el legislador, menos aún la supuesta víctima, denunciaron formalmente el suceso. La PGJE abrió una carpeta de investigación, y, al descartarse una denuncia formal, la investigación será turnada ante el Ministerio Público federal. Sólo se investigará el uso de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y no una agresión por la cual Ibarra alzó la voz.
Ante el hecho, Erasmo Palemón Alamilla Villeda, procurador general de Justicia en el Estado, hizo pública su postura:
“Una persona del sexo masculino afirmó que un hombre intentó robarle una mochila, a lo que opuso resistencia, por lo que el atacante sacó un arma y la accionó, sin que impactaran los proyectiles en su contra, no obstante, no manifestó deseo de entablar denuncia por el hecho”.
Licenciado Ibarra se justifica
“Por favor ciudadanos, denuncien a esta persona que trató de matar a un padre de familia, un hombre de bien y que el único problema, o el único esfuerzo, o su único sacrificio, o su único compromiso es trabajar de mi mano, vamos a hacer un verdadero cambio, pero un cambio sin violencia, donde el pueblo viva tranquilo”, aprovechó el diputado Ibarra, para dar un mensaje en sentido popular y aprovechando el reflector.
La grabación denota una clara evidencia a los ojos de todo usuario de redes sociales, es evidente que la persona que portaba el arma no quiso agredir al joven, pese a lo que diga y reafirme el legislador. En cada disparo apuntó el arma hacia otro sitio, a modo de amenaza.
“Un sicario llega y hace su trabajo, si quisiera ejecutar al joven tuvo muchas oportunidades y no lo hizo, ni siquiera lo hirió, quiere decir que ese no era su propósito, su interés estuvo concentrado en adquirir el contenido de la mochila, como si alguien le hubiese dado un pitazo de un fuerte contenido en la mochila, por tal motivo no hubo denuncia, sólo se recabaron testimonios y el supuesto ofendido jamás acudió a denunciar formalmente, no hay delito que perseguir”, opinó el agente de investigación consultado.
La justificación más banal y estéril fue emitida por el legislador 72 horas después que la PGJE emitió el posicionamiento de que se trataba de un intento de robo con violencia, en la cual Ibarra reiteró que se trató de un intento de homicidio y no un robo con violencia, como todos observaron en los videos que él mismo filtró.
Además, argumenta que se ha intentado “desacreditar y atacar a un servidor y a la víctima de la agresión, señalando cosas absurdas como el hecho de que fue una farsa, un montaje, incluso, asegurar que analizaron el video junto con expertos en balística, denotando con ello que se tiene una completa ignorancia del trabajo de un perito en esa materia”, por lo cual, de dentista, ahora Ibarra es experto en criminología.
“No hay duda que en los hechos denunciados se utilizó un arma de fuego, incluso en el informe previo homologado (que denotó su desconocimiento del IPH, Informe Policial Homologado), el agente o primer respondiente, realiza la recolección de dos balas y un casquillo”, a lo que desconoce que legalmente sigue siendo un intento de robo con violencia.
“Insisto, dichos periodistas sólo pretenden mal informar a la ciudadanía y realizan un indebido ejercicio de la comunicación”, cuando él es el primero en mal informar, lucrar con un hecho minutos después, exponiendo a su colaborador y a la investigación por atraer los reflectores, evidenciando además su interés político en el próximo proceso electoral por la alcaldía de Los Cabos, pues aun pasando por encima de su compañero de partido, Arturo de la Rosa y actual alcalde, denostó todo el trabajo que se hace no sólo en el municipio, sino de la Federación, y del gobernador Carlos Mendoza Davis.
“Como ciudadano expresé mi molestia y coraje ante la ola de inseguridad que el pueblo cabeño padece, lo que resulta contrario al discurso del presidente municipal, al señalar que en Los Cabos no hay violencia; es evidente que el edil miente en sus expresiones y que día a día los cabeños estamos expuestos a ser víctimas de la violencia”, lanzó el nacido en Culiacán, Sinaloa.
De paso, llamó mentiroso a De la Rosa, otra vez dejando al descubierto que no pretende aceptar un error.
Casualmente, el hecho se dio dos días después de que Ibarra fuera visto coqueteando con miembros de otro partido, en una reunión “secreta” que sostuvo con el ex gobernador del Estado por el Partido de la Revolución Democrática, Narciso Agúndez Montaño; y con el dirigente estatal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y regidor del XV Ayuntamiento de La Paz, Alejandro Tirado.
La reunión “secreta”
Justo días antes del “atentado” contra el colaborador del diputado Ibarra, que a final de cuentas la PGJE salió a desmentir el intento de homicidio y anunció se trató de un intento de robo con violencia, Ibarra Montoya fue sorprendido en una reunión llevada a cabo en la cafetería Ruta 23 en la calle Miguel Hidalgo de Cabo San Lucas.
Acompañado de personajes como el ex gobernador Narciso Agúndez, además del hijo de éste y dirigente municipal del PVEM en Los Cabos, Christian Agúndez Gómez; y Alejandro Tirado, dirigente del PVEM en Baja California Sur y regidor por La Paz, denunciado en múltiples ocasiones por apoderarse de recursos tanto de la Federación de Cooperativas Pesqueras (Fedecoop) y del partido en periodo electoral para satisfacer sus necesidades. De entrada se apropió de un predio para “prestar servicios a los compañeros cooperativistas”.
“Sólo se le ha visto obtener recursos para su propio bien, vende un poco de nuestro producto, pero el restaurante sólo lo beneficia a sí mismo, dónde quedamos nosotros”, denunció uno de los pescadores.
Christian Agúndez fue reconocido en la administración de su tío, ex alcalde de Los Cabos y antecesor de Arturo de la Rosa, el perredista Antonio Agúndez Montaño; periodo en el que el sobrino se enriqueció a través de constructoras que prestaban servicios al Ayuntamiento, aprovechando el lazo familiar.
Narciso Agúndez fue acusado por Marcos Covarrubias Villaseñor, quien le sucedió en la gubernatura 2011-2015, por los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito y otros, que lo llevaron a portar el riguroso uniforme amarillo del Centro Penitenciario de La Paz; además de esta mancha en el expediente agundista, y por si fuera poco, fue señalado de vínculos con delincuentes criminales, “por brindarles protección a ‘El Teo’, ‘El Muletas’, ‘El Chiquilín’, hasta ‘El Tigrillo’; el nombre de Narciso lució en una declaración que se hiciera en los Estados Unidos, según se entregaron recursos para la campaña del ex gobernador”, dijo una fuente militar.
A finales de 2010, el senador por el PRD, Francisco Javier Obregón, se quejó del gobierno que encabezaba Narciso Agúndez, tachándolo de “malo y coludido”, incluso hizo alusión a que le mataron un compadre, refiriéndose al homicidio de José Guadalupe Díaz Salazar “El Perro”, ocurrido el 28 de julio de 2007 en Ciudad Insurgentes, municipio de Comondú, y líder de plaza de la zona. Se sabe que Agúndez Montaño mantenía a familiares de esta persona operando en el penal de Comondú.
Estos son los personajes de los que se ha rodeado el licenciado Ernesto Ibarra Montoya, quien al parecer ha decidido tomar un rumbo diferente al de su partido.
Y aunque el dirigente del PAN, Rigoberto Mares Aguilar, anunció una alianza con el PRD, “no hay un acercamiento formales con dirigentes de otros partidos, pero participamos de este interés”, y aclaró, se analiza si existen sanciones aplicables por la reunión “secreta” que deja alborotado el avispero.
“Pueden existir espacios para llegar a acuerdos o para platicar cosas que impliquen llegar a la responsabilidad que se tiene, el trabajo legislativo o alguna acción en beneficio de Baja California Sur, si hubiese algún otro elemento que implique o que indique que la conducta es sancionable, por supuesto se tomarán las medidas correspondientes, en función de lo que marcan nuestros reglamentos y estatutos; tenemos varias sanciones posibles, dependiendo de las faltas”, adelantó Mares Aguilar.
Parece que el diputado “panista” tiene aspiraciones u otros intereses más ambiciosos para el proyecto de 2018, en el cual no busca la candidatura con los de su partido, sino dar un golpe artero y por la puerta trasera a su fracción, a la gente que confió en él, llevándose de paso a los ciudadanos que lo eligieron para defenderlos en la máxima tribuna.