26.2 C
Tijuana
martes, octubre 1, 2024
Publicidad

“Circo” en el Tribunal de Justicia por elección de jueces

La ratificación de una juez y la elección de tres más, generó un verdadero circo al interior del Tribunal Superior de Justicia de Baja California, donde pasaron de argumentos legales a acusaciones de favoritismos entre los magistrados. Al final, dos de los aspirantes apoyados por el presidente del Tribunal de Justicia se quedaron en el camino, y un magistrado le pidió dejar el puesto

El seno del Tribunal Superior de Justicia del Estado se volvió un verdadero circo durante la sesión extraordinaria del martes 15 de agosto, cuyo objetivo era la ratificación de la juez María Isabel Maldonado y el nombramiento de tres nuevos jueces que ocuparían plazas en Mexicali, Tijuana y Ensenada.

Pleitos estériles, discusiones tediosas, acusaciones de favoritismos y hasta manotazos a la mesa, se vieron durante este proceso que duró aproximadamente siete horas divididas en dos días, que según el presidente del tribunal, Jorge Armando Vásquez, se debió simplemente al recelo de algunos sectores, aunado a la ausencia de la magistrada Olimpia Ángeles Chacón, que provocó una paridad en los votos. Sin embargo, para el abogado Juan Manuel Molina, es una respuesta al pésimo trabajo realizado por Vásquez, quien no debería ser ratificado como presidente, dijo.

 

Conflicto se originó por un voto

Era la última sesión extraordinaria del día martes. En un lapso de media hora, los magistrados ratificaron a la juzgadora María Isabel Maldonado y nombraron a Luz Adriana Macías como la nueva juez de Control para Adolescentes.

Ambos casos fueron respaldados por prácticamente todo el grupo colegiado, lo cual se esperaba, sin embargo, todo cambió al momento de definir los puestos de juzgadores en Tijuana y Ensenada, cuyos espacios eran buscados por más de 50 aspirantes.

Luego de una tercera votación que se declaró empate a ocho votos cada uno y se pospuso para el día miércoles 16, quedaba pendiente el último puesto. El magistrado Fausto López pidió la palabra e hizo una solicitud especial por uno de los aspirantes a ocupar el Juzgado Tercero Civil en Ensenada, indicando que la mejor opción era el secretario de Acuerdos, Jorge Alberto Amezcua Castro, del mismo Juzgado, el cual fue número dos en el examen de conocimientos, además de cumplir con una prolongada carrera judicial.

Para reforzar su solicitud, envió un documento firmado donde expresó sus virtudes y mostró su respaldo a Amezcua Castro, con quien trabajó durante su periodo como juez, por lo que tenía pleno conocimiento de sus capacidades. Incluso se atrevió a señalar que debería ser nombrado juez, aunque no fuera respaldado por la mayoría del Tribunal.

El documento, en poder de ZETA, fue algo atípico para los magistrados, pues además descalificó a otro aspirante de nombre Efraín Islas Reina, debido a que tenía algunas anotaciones en la evaluación psicométrica. Cabe mencionar que un día antes se publicó en el periódico El Mexicano de Ensenada, una nota donde se descalificaba a Islas Reina por el mismo motivo.

Los abogados José Bustamante, presidente del Colegio de Abogados de Ensenada; Antonio Pacheco, presidente de la Barra de Abogados de Ensenada; y Carlos Alba, presidente del Colegio de Abogados Independientes y Opinión Libre, interpusieron la denuncia pública y señalaron que la imposición sería por pugnas internas al interior del tribunal.

Tal nota fue referida por el magistrado Emilio Castellanos Luján y, argumentó, la información era exclusivamente de conocimiento de los integrantes presentes, por lo que consideró muy extraño que hiciera exactamente la misma referencia.

La respuesta de Fausto López Meza fue tibia, limitándose a decir que no había visto el periódico, pero señaló que era ideal que el aspirante a juez radicara en aquel municipio.

Se emitió la votación y López Meza fue ignorado por sus compañeros, ya que ocho de ellos eligieron a Efraín Islas Reyna, debido, según comentaron, a que tuvo la mejor puntuación en todo el proceso de evaluación.

 

Magistrado quiso votar dos veces “porque no hay norma que lo impida”

La controversia se originó cuando el otro grupo de magistrados emitió su voto por la licenciada Erika Michelle Segura Covarrubias, y Fausto López Meza volvió a levantar la mano, dejando la votación en ocho.

“Tú ya votaste”, le reclamó uno de los magistrados en medio del bullicio, a lo que respondió: “En ninguna parte dice que no puedo votar dos veces”.

Tal expresión desató repudio entre un sector de los integrantes, quienes le reclamaron que era una cuestión lógica.

“Es de sentido común y de ética. Solicito que se declare nulo”, recriminó tajantemente el magistrado Marco Antonio Jiménez Carrillo, a lo que López Meza respondió: “Se dice que no somos un órgano de legalidad, en ese entendido, yo hice la manifestación previa… Y en mi momento yo decidiré por alguien más”.

La aseveración fue respaldada por el magistrado Raúl González Arias, quien aseveró que como se está en un pleno abierto, se puede retractar de un voto para elegir una nueva opción. En ese momento empezó un pleito “legaloide” entre dos grupos perfectamente definidos que acusaban falta de ética por un lado y restricciones a la libertad de expresión por otro.

La pelea se prolongó. Miriam Niebla estableció que su voto por el primer aspirante era pensado, ya que había hecho hasta un documento por escrito para respaldarlo, por lo que no era lógica su intención de cambiarlo.

“Por eso analizamos el expediente y por respeto no podemos variar el sentido, ahora pretende ser el voto decisivo”, sentenció.

Respaldando a López Meza, que se vislumbraba acorralado, apareció Víctor Manuel Fernández Ruiz de Chávez, quien dijo no existe norma e impedimento para no votar dos veces y citó un principio básico del derecho: “Si no hay norma, lo que no está prohibido está permitido”.

Como si hubiera sido una ofensa a su persona, la frase activó la ira de la ex presidenta del tribunal, María Esther Rentería, quien tajantemente pidió la palabra y recriminó ese tipo de argumentos: “Quiere decir que los magistrados no saben en qué consiste el derecho de la sociedad. Qué pena me dan, nunca les había hablado así. Yo no tengo interés en quien queda como juez, aquí no hay derechos fundamentales y usted debe ir a la Ley Orgánica y encontrar las bases, porque aquí se vota una sola vez, es el principio de legalidad, es de párvulos, no puedo pasar por alto esta situación”.

Reiteró que ese principio sólo reza para los particulares y como magistrado es un elemento más del derecho público, por lo que no podía usar dicho argumento.

En ese momento se dejaron los argumentos legales y comenzaron las recriminaciones éticas. Los magistrados Castellanos, Rentería, Niebla, Jiménez, Félix y Ortiz, formaron un frente, mientras que Ruiz de Chávez, López Meza, Víctor Vázquez y Arias, formaron el segundo. El resto quedó en medio de una discusión que no parecía llegar a nada, hasta que pidió la palabra el presidente Jorge Armando Vásquez, quien basándose en sus apuntes, determinó que en las pasadas dos elecciones de jueces, los magistrados habían votado por dos, tres o hasta cuatro aspirantes diferentes, incluyendo a Félix Herrera, quien en ese momento argumentaba que era ilegal.

Creyó que eso acabaría con la discusión, pero la respuesta fue inmediata por el frente opositor que justificó dichas votaciones como “errores”, mismos que no debían repetirse en esta ocasión.

Tras la acusación, el magistrado Jorge Ignacio Pérez Castañeda propuso someter a votación si estaba permitido votar una o dos veces durante la misma elección, pero fue rechazado por los magistrados Miriam Niebla, Jiménez y la propia Rentería, pues consideraban que en medio de una votación no se podían cambiar las reglas del juego y aceptar esa medida representaría igualar el marcador, lo que provocaría otro conflicto.

Armando Vásquez intervino en varias ocasiones para dar orden y dirigir la discusión, pero sólo provocó más confusión entre los integrantes del tribunal.

Esto desató un desplante del magistrado Emilio Castellanos, quien acusó al presidente de tener intereses en emparejar el marcador y mantener a la aspirante Segura Covarrubias compitiendo por el puesto.

Castellanos acusó de utilizar distractores y generar confusión a Vásquez, porque tenía intereses en favorecer a la candidata por la que votó, a lo que el presidente respondió que sólo había dado herramientas para facilitar la elección. El diálogo fue así:

Vásquez: “Sólo di la herramienta de los antecedentes, magistrado”.

Castellanos: “Eso no tiene nada que ver”.

V: “Cómo que no tiene que ver”.

C: “Porque fue por errores”.

V: “El magistrado Medina lo está diciendo”.

C: “Usted está defendiendo a la parte del magistrado”.

V: “Y usted está defendiendo a la otra parte”.

C: “Pero yo no soy el presidente…”.

V: “Y yo también soy magistrado… y tengo derecho a voto”.

En medio del bullicio de los otros integrantes, se alcanza a escuchar lo siguiente:

C: “Pero se está inclinando, no está siendo justo”.

V: “Y usted está con la otra parte también, señor… No se puede permitir que a uno lo agredan de esta manera”.

C: “Y las que faltan”, remató Castellanos mientras se meneaba en su silla.

Después de este enfrentamiento, el presidente intentó convencerlos de tomar un receso y retirarse para “pensar bien las cosas”, pero encontró un frente que le impidió esta posibilidad, el cual mantenía el mismo discurso: “Dejarlo así es reconocer el empate”, lo cual no estaban dispuestos a permitir.

De manera risible, la elección de jueces llegó a un punto en que comenzaron a discutir si emitirían una votación para validar la votación que acababan de ejercer, pero tampoco se pusieron de acuerdo, pues vaticinaban otro empate.

La discusión llevaba del bullicio a los silencios incómodos hasta que el magistrado José Luis Cebreros pidió la palabra y llegó la pelea de barrio nuevamente a un debate legal.

Cebreros dijo que ante la falta de normativa, la Ley Orgánica del Poder Judicial establecía que era factible recurrir al Código de Procedimientos Civiles para dar solución a este proceso, indicando que cada actor jurídico estaba sometido a un procedimiento, el cual culmina en la sentencia, por lo tanto, la votación podía establecerse de la misma forma.

En otras palabras, cada voto era una sentencia y previo a ella podía hacerse de cualquier elemento para emitir su decisión, pero una vez tomada no había marcha atrás.

Ante ello, consideró que debía anularse el voto extra de Fausto López y oficializar la elección del mexicalense Efraín Islas Reina, como nuevo juez tercero Civil de Ensenada. Sin embargo, Armando Vásquez estableció que para validar la elección previa tenía que llevarse a cabo otra votación. Para su sorpresa, diez magistrados votaron a favor para que prevaleciera el resultado de 1-8-7. El primer aspirante del presidente había caído.

 

El segundo round

Tres jueces tomaron protesta el día miércoles 16 de agosto, pero faltaba concluir la sesión para elegir al nuevo juez de Control de Tijuana. La elección del martes quedó empatada con 8 puntos entre las aspirantes Tania Miroslava Arce González y Claudia Pamela Tom Jiménez, la primera electa por Armando Vásquez, la segunda por Rentería Ibarra.

El conflicto comenzó intentando establecer el método que se utilizaría para el desempate, siendo la primera opción una propuesta del magistrado Salvador Ortiz Morales, quien dijo, que se realizaría una votación secreta, utilizando papelitos, pero fue rechazada por un gran sector y Ortiz decidió retirarla.

El bloque conformado por Rentería, Jiménez, Castellanos, Ortiz, Medina, Cebreros, Espinoza y Niebla, mantenía la idea de no reanudar la elección y enfocarse solamente en los méritos de los aspirantes, a sabiendas que la defensora pública Tom Jiménez, tenía una ventaja de algunos puntos, debido a que tenía cursos relacionados con el Nuevo Sistema de Justicia Penal, además de ser una operadora práctica y activa del Sistema Acusatorio.

Por su parte, el bloque de Ruiz de Chávez, López Meza, Víctor Vázquez y Arias, encontró otra aliada en Sonia Mireya Beltrán, quien defendió de forma férrea a su votada, argumentando que tiene una carrera judicial mucho más prolongada, además de tener maestría en el sistema acusatorio y una serie de cursos que, considera, sobrepasa a su contraparte.

Rentería refutó y argumentó que no había condiciones para emitir una nueva elección, por lo que debía elegirse a la más capaz, según las pruebas a las que se sometieron. Nuevamente inició el debate,  para determinar cómo destrabarían ese choque.

Dos propuestas fueron puestas bajo la mesa, la primera era votar nuevamente y la segunda elegir al juez por méritos, Rentería inició argumentando que la que más votos obtuvo era Tom Jiménez, por lo que no era necesario discutir. La aseveración fue defendida en reiteradas ocasiones por Castellanos y Jiménez, pero como opositora encontró a Mireya Beltrán, que demeritó la puntuación justificando que tuvo 100 puntos más por acreditar un curso de NSJP, además, en el examen psicométrico tuvo observaciones que complicarían su desempeño.

Nuevamente se dio una hora para elegir este proceso en medio de reclamos y acusaciones, Armando Vásquez intentaba focalizar la atención en el método, pero sus intentos sólo provocaron confusión entre los presentes.

Finalmente decidieron realizar una nueva votación ante el rechazo del magistrado Víctor Manuel Vázquez, quien insistía, era algo ilegal. Fue una sorpresa el resultado, pues quedó 9 a 7 en favor de Tom Jiménez, provocando que la segunda candidata del presidente se quedara en el camino.

El magistrado Raúl González Arias había decidido cambiar su voto bajo el argumento de sólo si así podría destrabarse el resultado, por lo que “sacrificó” su voto para sacar adelante la elección.

La palabrería generó confusión en varios magistrados que no tenían claro qué estaban votando, y ante los intentos infructuosos del presidente Vásquez por definir la votación, el magistrado Marco Antonio Jiménez golpeó la mesa, se levantó de su silla y reclamó a Armando Vásquez intentar trabar el proceso.

Lo acusó de tener intenciones de favorecer a su candidata y le reclamó que no podía seguir haciendo eso. Ante la queja, Castellanos se unió y prácticamente pidió su renuncia como presidente.

“Si no puedes ser un moderador, deja el puesto”, alzó la voz ante el desastroso proceso de selección. Vásquez recriminó que ante el desorden, prácticamente tenía que regañarlos para poder sacar adelante la sesión.

Tras el incidente, la situación se relajó y tomó nuevamente su curso, quedando formalmente electa la licenciada Claudia Pamela Tom Jiménez.

 

Es un caso atípico: Vásquez

Los magistrados Jorge Armando Vásquez y Marco Antonio Jiménez, minimizaron el problema ocurrido durante la elección de jueces. En entrevista con los tres, Vásquez afirmó que este fue un caso atípico dado a que la magistrada Olimpia Ángeles se encuentra incapacitada, lo que ha provocado la posibilidad de una paridad en los votos, pero a raíz de este panorama especial, se han delimitado ya nuevas medidas para salir adelante.

Vásquez consideró que dentro del Poder Judicial no existen grupos, pero sí hay celo por parte de algunos magistrados que no pudieron hacer lo que pretendían durante su periodo al frente del tribunal, y afirmó que durante estos casi tres años, se han dado más avances que en los últimos 15 previos a su llegada.

Referente al conflicto que se generó por la selección de jueces, consideró que se tomaron decisiones que no fueron correctas, pero al final se hace lo que prefiere la mayoría. Descartó tener intereses específicos en los que consideró aptos para ocupar los puestos y negó tener conocimiento de intervención de algún grupo político para favorecer a alguna persona.

Por otro lado, para el magistrado Jiménez, quien cabe señalar fue de los más críticos hacia Armando Vásquez durante la sesión, no es fácil moderar una sesión con magistrados, pero volvió al ataque cuando indicó que sus intervenciones fueron sólo para corregir los procedimientos para combatir la ignorancia o para evitar “que se vayan a un lado” las decisiones.

Jiménez reclamó que el prolongado debate no tenía razón de ser y recriminó la incongruencia de algunos magistrados que, cuando seleccionaron a Luz Adriana Macías, se basaron en los resultados de las evaluaciones, mientras que en los otros dos casos optaron por sustentar su juicio en cuestiones muy específicas que no mostraban la realidad del caso.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas