Si alguien ha hecho currículums, aparte del suyo que recién se coronó -después de una maestría y un doctorado- con la especialidad en gestión de gobierno y campañas electorales por la Universidad Camilo José Cela, es Fernando Castro Trenti, hoy embajador de México en Suiza. Y entre las hojas de vida que son de su autoría están -entre muchas otras- las de René Mendívil y Nereida Fuentes. Los dos crecieron, ganaron y fracasaron a la sobra y padrinazgo de Castro Trenti, hasta que estiraron la liga y se alejaron a la mala. De Mendívil, aseguran que la traición le llegó con la derrota que sufrió y con la cual mandó a la tercera posición político electoral al Partido Revolucionario Institucional en la elección por la alcaldía de Tijuana en 2016. Mientras sus victorias partidistas han tenido muchos padres, su fracaso electoral lo dejó solo y se alejó de otros. En el camino por congraciarse con todos, hizo alianza con Jorge Hank Rhon y traicionó a su promotor y protector que se encontraba en representación diplomática en Argentina. En la vorágine de sus alianzas se llevó a otros, especialmente a quien Mendívil le despierta debilidad: la alcaldesa de Tecate, Nereida Fuentes. Efectivamente, la priista que ha sido regidora, diputada y ahora presidenta municipal gracias a la intervención política de Fernando Castro Trenti, se fue con el derrotado candidato tijuanense. Hace dos días, tanto René pero especialmente Nereida, traicionaron de nueva cuenta a su mentor político electoral. Decidieron apoyar la candidatura de David Ruvalcaba para la dirigencia estatal del PRI, en lugar de promocionar a Jesús García, quien salió del grupo castrotrentista para encabezar el partido. Con pleno conocimiento de causa, premeditación y acuerdo, la alcaldesa cayó en el canto de Mendívil y accionó contrario a su grupo político, bueno, ex grupo, porque los dos ex castrotrentistas han pintado su raya de los intereses políticos del embajador. A 9 mil 629 kilómetros de distancia y un océano de por medio, el mensaje llegó claro.