Con el retorno de custodios dados de baja, restando recursos del resto de los centros penitenciarios que operan en Baja California y contraviniendo una solicitud del gobierno federal para que ahí se albergaran a reos federales, así es como opera el penal estatal de máxima seguridad El Hongo III, indicó el subsecretario del Sistema Estatal Penitenciario, David Limón Grijalva.
El funcionario informó que la apertura del nuevo centro carcelario se dio luego de que la federación solicitara su manejo al gobierno del Estado o, lo cual significaría el trasladar a ese lugar a reos federales de alta peligrosidad, “no solo eso, también se vendrían sus familias”, situación que, dijo, incrementaría el índice de delincuencia en la región.
“Por ello decidimos abrirlo, porque es mejor pedir perdón que pedir permiso”, subrayó.
Para el sostenimiento del nuevo centro carcelario, al año se requerirá de un presupuesto de 20 millones de pesos, el cual quedará programado en el presupuesto de 2018, mientras que su operación en 2017 se sostendrá con recortar presupuestales que se hacen a los penales que ya operan en la entidad.
Para la atención del reclusorio se recontrataron a 150 custodios que habían renunciado, observando que “no tuvieran antecedentes”.
Desde el 24 de mayo que entró en operación El Hongo III, un total de 700 reos procesados por delitos graves en el Estado de Baja California y que se encontraban internados en El Hongo I fueron trasladados ahí.
La capacidad del penal estatal de máxima seguridad es para 1 mil 200 reos, máximo que se prevé ocupar en 3 meses más, luego de una depuración que se hará de los penales de Tijuana, Ensenada y Mexicali.
