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lunes, septiembre 30, 2024
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Músculos contra huesos

Para mover fuerte y rápido una extremidad superior o inferior, el aparato locomotor del ser humano necesita de volumen y fuerza, requiere fibra en los músculos, un resistente aparato nervioso y un cuerpo coordinado para hacer que el aparato óseo dé tal giro. Sin músculos no hay fuerza y domina el cansancio total. Eso le pasó al hijo del ex boxeador Julio César Chávez.

Ser boxeador no es nada fácil, se necesita disciplina, pensamiento claro en un objetivo, serenidad, amor; sueño, constancia, conocer las limitaciones de uno, no abusar de alcohol y no consumir drogas u otras cosas más. Este joven, que perdió ante una masa muscular (Canelo), no debió pelear, pues hace no tanto luchó con residuos de cannabis en su torrente sanguíneo que modificó su capacidad de resistencia, aunque aquella vez perdió. Hoy se repitió la historia. Deshidratado, débil, preocupado y con la vista perdida, fue puesto como carne de cañón ante un inteligente y preparado contrincante, como todos sabemos, el boxeador de Juanacatlán, Jalisco. Lo mandaron al despeñadero. La ambición de Nacho Beristaín y el ex campeón, residente de centros de rehabilitación  y ex alumno de tales casas, Julio César Chávez (papá), mandaron al matadero a Chávez Jr. y ¡pégale al negro!, mandando y diciendo.

La pelea fue un fiasco, fraude, una traición al legítimo arte del boxeo y del aguante humano, una prueba de quién es quién, en fibra, fuerza y músculo. Así, de mendigos pasaron a millonarios, en menos de 38 min., Chávez grande y chico, junto a Nacho Beristaín, pero con riesgo de muerte en el cuadrilátero, teniendo carne de cañón a un joven desahuciado, flaco, débil física y mentalmente.

Fue una contienda que degeneró tal deporte la que “ofreció” el hijo del ex boxeador sinaloense. Por uno o unos perjudican el arte del boxeo. Así vi tal “pelea”, mucho ruido y pocas nueces. Jamás un hijo superará a su padre si es desobligado, con vicios y si se sube al ring con cannabis. Mentiras que de tal palo, tal astilla, a las pruebas me remito. En el mundo de los puños cerrados, hay sorpresas buenas, malas y esta pelea fue de lo peor, pudiendo ser la mejor. Así fue y así quedó.

 

Leopoldo Durán Ramírez

Tijuana, B.C.

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Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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