Política Breve y de Emergencia
Las elecciones para gobernador del estado de Coahuila, serán anuladas por el instituto electoral y, seguramente, será ratificada la anulación por el tribunal electoral, de manera que los coahuilenses habrán de acudir de nuevo a las urnas y ahora, ratificar su decisión de quién quieren que los gobierne los próximos seis años.
Y lo damos por hecho, porque la información que ha trascendido sobre la determinación de las autoridades electorales, en relación tanto a la queja como a los elementos propios de la comisión específica del instituto a la que encomendaron analizar el caso, es que ésta presentará al pleno un dictamen que anula la elección por las causales de rebase, de los topes de campaña de parte de la coalición ganadora, por algo así como ocho puntos porcentuales adicionales al tope.
Desde luego, de ratificarse en pleno, la decisión desfavorable a la coalición encabezada por el PRI y a su candidato Miguel Riquelme, estos seguramente harán valer su derecho e impugnarán ante el tribunal electoral, la eventual anulación de su triunfo.
Pero, ¿por qué se ve tan clara la anulación independientemente de las argumentaciones jurídicas? ¿Por qué hay tanto ánimo en cambiar el sentido del resultado de los comicios, del 4 de junio? Todo gravita hoy en las evidencias políticas vividas nacional y localmente, precisamente después del cómputo electoral.
Tras el cierre abrupto del conteo rápido, sin que se lograra registrar la mayoría, sino la totalidad de las casillas. El descontento sembrado en una contienda, con exagerado apoyo económico gubernamental, reventó de tal manera que prácticamente todos los candidatos y actores políticos ajenos al PRI, se unificaron para tomar las calles y denunciar fraude electoral, presente y futuro. Inclusive, el ex gobernador y hermano del actual gobernador, Humberto Moreira, candidato del Partido Joven a diputado plurinominal, también hizo públicos sus señalamientos de fraude, pues no alcanzó su partido el 3 por ciento de la votación total y culpó de ello al gobierno priista de la entidad.
Los cómputos oficiales y el resultado dado a conocer a la entrega de la constancia de mayoría a la par de la terrible actitud de la presidente del Instituto Electoral Local, no hicieron más que provocar mayor descontento social en el creciente y unificado bloque opositor, que además de la derrota, había sentido durante la campaña, los fuertes ataques económicos, políticos y personales del régimen que quiere hacer prevalecer su fuerza.
Los Moreira y el PRI de la Coahuila de los últimos 12 años, hace ya mucho que se desvincularon del PRI nacional, pero sobre todo de la línea política gobernante, específicamente del Presidente Peña Nieto, para quien, primero Humberto y después Rubén, pasaron de ser aliados estratégicos a lastre político de consecuencias desastrosas. Los fuertes reclamos de corrupción, desorden administrativo, endeudamiento exorbitante y abuso de poder, han dado la tónica del discurso opositor que en muchas ocasiones ha alcanzado al propio Gobierno Federal.
Ante la anulación de la elección de Coahuila, los argumentos jurídicos son sólidos, rebasar los topes de campaña (8% el PRI y 4.53% el PAN) en una elección de mínimas diferencias entre el ganador y su primer competidor (2.45% cifra oficial), definitivamente en su fallo al actual tribunal electoral le gustará poder sentar un precedente en materia de gastos de campaña, sobre todo en la última elección previa a la presidencial 2018.
Las leyes electorales establecen que, quien rebase por más de 5% el tope de campaña no podrá volver a competir, de manera que el panista Guillermo Anaya sí podrá volver a encabezar su alianza y Riquelme deberá ser substituido por el PRI, en la repetición de las elecciones; el PRI nacional le cumpliría políticamente a su jefe y a la gente y de paso los hace competitivos en la reedición de contienda de gubernatura.
El PRI podrá competir con un abanderado ajeno a los Moreira, además de dar por saldado todo compromiso político previo; el PAN volverá a postular a un Memo Anaya que creció más en la post elección que en la campaña; todos los partidos políticos opositores estarán incluidos en el gobierno derivado de la defensa en contra del fraude; las autoridades electorales harán justicia y todos contentos.
Que la historia lo registre.- En las reediciones de las elecciones anuladas al PRI, siempre vuelve a ganar y con contundencia. ¿Por qué será que las intenciones de reforma política para la implementación de la segunda no son apoyadas por ese partido?
Botón rojo.- Sería muy interesante saber con toda certeza, a qué vino el presidente Peña Nieto a Mexicali, Baja California.
Salvador Morales Riubí, político tijuanense, ha sido funcionario municipal y estatal. Actualmente es empresario y consultor en temas de salud y relaciones públicas. Correo: smriubi@yahoo.com
