“¿Entonces sí me equivoqué? Yo creo que nada más no me querían pagar estos cabrones, me dijeron que no me iban a pagar porque me había equivocado”, palabras más, palabras menos, expuso respecto a los 10 mil pesos que le prometieron como pago, David Ortega Ramos, al ser detenido la mañana del viernes 14 de julio en una tienda de maquinitas ubicada en Avenida Constitución entre calles Novena y Décima, Zona Centro de Tijuana.
Era, según dijo, su lugar de trabajo y adonde se dirigió después de asesinar a la doctora Alma Angélica Ciani González, el lunes 3 de julio. Una vez cometido el crimen, corrió rumbo a la Zona Río, un vehículo lo estaba esperando en un negocio de pizzas, subió, le quitaron el arma, lo dejaron cerca, subió a un camión y descendió en la tienda Dax de la Zona Centro. De ahí se fue caminando a su trabajo.
Respecto a este homicidio, ZETA conversó con el subprocurador de Investigaciones Especiales en Baja California, José María González Martínez, a quien se plantea: ¿Cómo el joven se equivocó?
“Entra al lugar -la plaza comercial-, él pregunta por ‘la doctora’ a unos comerciantes en el acceso al estacionamiento, le señalan el consultorio de la doctora Ciani, y ahí se dirige”.
— Desde el primer día ustedes ya tenían la versión de la equivocación, ¿cómo lo sabían?
“Porque la psicóloga ya nos había dicho”.
— ¿La psicóloga amenazada no trae temas de criminalidad?
“Es por una herencia”, respondió González.
ZETA pudo conocer de manera extraoficial que la psicóloga amenazada fue la segunda esposa de un hombre que falleció, un amigo abogado le dijo que por haber sido su esposa al momento del deceso le correspondía parte de la herencia, y cuando ella empezó a hacer trámites, fue amenazada de muerte.
Respecto a cómo identificaron al autor material, se preguntó por el hecho de que el homicida dejó su teléfono celular en la escena del crimen.
“Encontramos tres celulares, uno de la víctima, otro de uno de sus hijos y, cuando preguntamos por el tercero, la respuesta fue ‘quién sabe’. Pedimos la intervención telefónica, al inicio no pensamos que era del presunto responsable, cuando nos dan la autorización se revisa y encontramos muchísima información del responsable: fotos, se le muestra a los testigos, los hijos de la víctima, lo reconocen, trae unos audios, mensajes de texto que nos sirven para identificar a otros cuatro sujetos…no que participaron en la ejecución”.
— ¿Socios delictivos?
“Exactamente”.
— ¿A David lo identifican porque ya había cometido otros delitos?
“No teníamos nombre, nos pusimos a buscar delincuentes parecidos, y lo encontramos porque había caído en narcomenudeo por posesión, por adicto, así que no quedó antecedente. Y en la Policía Municipal lo detuvieron por faltas al Bando de Policía y Buen Gobierno.
“Lo reconocen los testigos, y ya con la telefonía, con las antenas de cómo se movió, se confirma que era él”.
— ¿Había matado antes, se contrataba?
“Dijo que era el primero”.
— ¿Dónde operan sus socios?
“Todos son de El Soler”.
— ¿Quién ordenó a David Ortega el asesinato?
“Es de sus socios y está identificado, también es de El Soler y de la Miguel Alemán”.
— ¿Son de algún grupo específico?
“Yo comentaba que eran mercenarios, porque están al que les pague”.
— ¿Y qué procede, cómo se puede llegar a los autores intelectuales o probar la autoría intelectual?
“Necesitamos llegar al jefe de esos cuatro y, con eso, encontrar elementos de quién lo contrató”.
Esta segunda parte de la indagatoria es considerada más difícil por los investigadores, quienes consideran que necesitaran confesiones. Esto a pesar del optimismo manifiesto de las autoridades durante la conferencia del lunes 17 de julio, para detener a los autores intelectuales.
En el encuentro, Renato Sales, comisionado nacional de Seguridad, habló de “seguir investigando hasta dar con la persona que contrató a al agresor de la doctora Ciani.