El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo a través de su cuenta de la red social Twitter que es falso que haya obstruido una investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de su país, y que personas “malas” conducen una “cacería de brujas” en su contra.
El mandatario estadounidense señaló que hay “una historia falsa” tras el “invento del complot con los rusos”. Ayer el diario The Washington Post informó que el fiscal especial del “Rusiagate”, Robert Mueller, lo investiga por una posible obstrucción de la justicia.
“Se han inventado un falso complot con los rusos, sin encontrar ni una prueba, así que ahora van a por obstrucción de la Justicia en una historia falsa. Muy bonito”, tuiteó Trump.
“Están presenciando la mayor caza de brujas en la historia política de América, dirigida por gente muy mala y conflictiva”, afirmó Trump la mañana de este jueves en un tuit. “Construyeron una falsa colusión con la historia rusa, no hallaron pruebas, y ahora buscan la obstrucción a la justicia con la historia falsa”, abundó.
Las investigaciones de Mueller comenzaron poco después de que el ex director del Buró Federal de Investigación estadounidense (FBI, por sus siglas en inglés), James Comey, fuera destituido, el pasado 9 de mayo.
Comey aseguró que fue despedido por Trump por investigar sobre el escándalo de las relaciones con Rusia. El ex jefe del FBI era el hombre que investigaba los supuestos lazos entre el equipo de Trump y el Kremlin durante la campaña electoral.
En uno de varios encuentros que Trump sostuvo con Comey, el presidente le habría pedido lealtad, entre otras cosas. Ayer miércoles, el abogado de Trump, Marc Kasowitz, leyó un comunicado que decía: “La filtración de informaciones del FBI sobre el presidente es escandalosa, inexcusable e ilegal”.
Al ser interrogado por el Senado, Comey reveló que había llevado registros de las conversaciones con el presidente y que había filtrado la información a los medios para protegerse.
Por su parte, los diarios The Washington Post y The New York Times informaron que Mueller estaba buscando entrevistar a tres funcionarios del gobierno de Trump que no estuvieron involucrados en la campaña del ahora mandatario.
Estos funcionarios serían Dan Coats, director de Inteligencia Nacional; Michael Rogers, jefe de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés); y Richard Ledgett, ex subdirector de la NSA.
El reporte del Washington Post cita fuentes anónimas que fueron informadas sobre solicitudes realizadas por investigadores. Mueller se reunió el miércoles con líderes de la Comisión de Inteligencia del Senado en un esfuerzo por asegurarse de que sus investigaciones no entren en conflicto.
El delito de obstrucción a la Justicia puede llevar a un debate en el Congreso para la destitución o “impeachment” contra Trump.
Por su parte, el presidente Vladimir Vladímirovich Putin acusó este jueves que James Comey, ex director del Buró Federal de Investigación estadounidense (FBI, por sus siglas en inglés), no ha probado que Rusia interviniera en la elección de Estados Unidos.
Entrevista por la televisión estatal de su país, Putin se mostró satisfecho que Comey diga “que no tiene pruebas” sobre la interferencia rusa, pero añadió que es un poco extraño “que un jefe de los servicios especiales divulgue la conversación con el presidente”.
Además, el presidente ruso comparó a Comey con el fugitivo estadounidense Edward Snowden y se mostró dispuesto a ofrecerle asilo en Rusia si es perseguido en EU, ya que sus filtraciones le ponen en una posición vulnerable, dijo Putin.
Respecto a la supuesta influencia rusa en la campaña estadounidense, Putin se preguntó si “acaso no es una influencia en nuestras mentes la propaganda de EU” y ha recordado a la audiencia que “si toman un mapa, en cualquier país del mundo verán en todos lados intereses estadounidenses”. La influencia rusa en la campaña electoral no fue mayor que la de EU en comicios rusos, afirmó.
El Senado estadounidense aprobó ayer miércoles un proyecto de sanciones que impediría al presidente Trump rebajar de forma unilateral la presión sobre Moscú. “Se trata, evidentemente, de una nueva prueba de la continuación de la lucha política internas en Estados Unidos”, señaló el presidente ruso.
“Pero considero, a pesar de todo, que esto no tiene ningún fundamento”, agregó, para luego criticar la política de la administración estadounidense respecto a su país. “Si no hubiera sido por Crimea, habrían inventado otra cosa para su política de contención de Rusia”, aseguró el presidente ruso.