El camino que ha recorrido México, desde la guerra de Independencia, estuvo lleno de quebrantos, por la falta de líderes con el conocimiento para guiar un país, y fuimos presas de abusos de toda clase.
Esa falta de líderes nos hizo perder la mayor parte de nuestro territorio de manera impune. Sin lograr el control del país, se hizo una bizarra defensa contra la Intervención Francesa. Juárez empezó a poner orden y Porfirio Díaz logró eternizarse en el gobierno y sus luchas de reelecciones provocaron el movimiento anti releccionista en todo el país. Apoyó a Francisco I. Madero, ya sin la sombra de Porfirio Díaz que se exilió en Francia.
Corto tiempo logró vivir como presidente Madero, ya que fue asesinado por Victoriano Huerta, que fue desaforado por el Congreso. Apareció Venustiano Carranza y su Movimiento constitucionalista, después lo mataron en la Sierra de Veracruz por militares del Gral. Obregón que habría de convertirse en presidente, asesinado posteriormente por León Toral, un religioso.
Toma Calles el poder, nombró cuatro presidentes, finalmente lo exilió el general Cárdenas, el cual consiguió un mandato con logros muy trascendentes en lo social y lo económico: Expropiación petrolera, expropiación de los ferrocarriles, expropiación de las Haciendas, repartición de las tierras (sistema ejidal), sistema educativo en todos los niveles del país. Parte del camino que debemos retomar es hacer que la Secretaría de Hacienda pague directamente a los profesores del país y no permitir influencias políticas ni tantos vicios que existen, que se han creado en el Sistema Educativo, a través de los años.
De aquellos maestros de escuela, que fueron los apóstoles de la enseñanza, no quedó nada y un país sin profesores que eduquen, es una nación arrastrada al caos.
Los Micros en México debemos ser los profesores de las nuevas generaciones, ya que somos titulados en las escuelas de la realidad, para enseñar lo que creemos saber.
El primer paso de este camino será preguntar a todo mexicano “quién eres y qué haces, te podemos ayudar” y si tienen un producto, proporcionarles un espacio para exhibición por 30 días, sin costo y bajo su responsabilidad, ahí podrá ofertar su producto, ya que la experiencia que tenemos los Micros es que, cuando llevamos a ofertar un producto, lo quieren regalado.
Siguiendo el camino, deben instalarse “Centros de Micro Desarrollo Industrial”, espacios chicos de 6 x 6 metros con techo y servicios básicos, puesto que grandes empresas han surgido de garajes. No existen en México instalaciones pequeñas donde pueda desarrollarse un Micro producto, a costo casi simbólico. Los Centros de Micro Desarrollo Industrial, que renuncian de 20 a 30, serán apoyados por un Centro de Servicios que les podrá maquilar servicios con procesos de corte doble y otros que puedan necesitar para cumplir sus compromisos de trabajo, así podrán ampliar su capacidad.
La mayoría de los Micros requieren “capacitación” y debe buscarse esa capacitación práctica en los lugares de trabajo, en forma práctica y no teórica.
En los Centros de Micro Desarrollo se contará con ingenieros en manufacturas simples como asesores técnicos. En casos de éxito, se buscará instalar una Micro empresa de segundo nivel, con instalaciones de 15 x 30 metros, con seis metros de altura, como principio de empresas medianas, que llenan una necesidad en el país. Si queremos desarrollar la Micro industria y los servicios de apoyo, conociendo la capacidad de respuesta de este sector, debemos tomar retos a nivel internacional en los que seamos eficientes y confiables.
Los tiempos cambian y debemos pensar que las nuevas generaciones tienen acceso a aplicar este conocimiento de la instalación de Micro empresas. Debemos recordar que el conocimiento y su aplicación deben ser complementarios en su formación.
El camino para el éxito, es la productividad que genera ingresos, debemos volvernos productivos, aprendamos, descubramos e inventemos. Es necesario emprender una campaña de productividad en todo el país y redescubrir los valores de nuestra riqueza cultural, ya olvidada.
Los mexicanos no debemos ser educados para servir a empresas extranjeras. Aprovechemos la ubicación geográfica y nuestras riquezas, agua, luz eléctrica, caminos y todo lo que significa infraestructura, a favor de una inversión extranjera. Debemos educar y capacitar a nuestros mexicanos, que valoren lo que somos y lo que valemos, es el reto actual.
Atentamente,
Horacio Vera Loyola
Tijuana, B.C.
