En colaboración pasada comenté: “He conocido el tema de la seguridad y el fenómeno de la inseguridad desde los más diversos ángulos…”
Terminé esa columna diciendo: “Esa labor, realizada por ese gran equipo, hizo las labores de Defensoría y hasta de Procuraduría de los Derechos Humanos, la cual no existía en ese momento, lo que nos valió tanto que nos consideraran para esa posición cuando se creó la PDH, como que fuera llamado a ser nombrado Secretario General del Ayuntamiento de Tijuana”.
Tras de la expectativa de ser nombrado Procurador, vino un remanso de aparente calma, pero cuando más inmerso estaba en ello, llegó una invitación de Don Carlos Montejo Favela, QEPD, para proponerme ser nombrado en la considerada como segunda posición de importancia jerárquica en el municipio.
Aplicó aquí el famoso refrán mexicano: “No hay mal que por bien no venga”, puesto que si el destino dispuso no acceder a la PDH, me tenía deparada una oportunidad inédita en muchos aspectos, como lo fue la temprana edad para que un funcionario se hiciera cargo de una posición de tanta importancia, la cual históricamente se había asignado a trayectorias políticas y años de vida mucho más amplios.
Más allá de muchos otros aspectos que merecen por su dimensión plasmarse en un libro que los narre detalladamente, la función en la Secretaría General del Ayuntamiento crearon también la oportunidad para estar cerca del tema de la seguridad pública, puesto que vivimos en esa época el nacimiento de los grupos BETA en México, a partir del conjunto que se integró para la vigilancia del “bordo” ubicado en la ciudad de Tijuana, donde tuvimos un éxito inusitado al reducir la delincuencia y la violencia en esa zona en más de un noventa por ciento.
Por otra parte, la zona centro de la ciudad estaba cada día en mayor descontrol, principalmente por la presencia de vendedores ambulantes y de quienes aprovechaban el río revuelto para cometer delitos, especialmente vendedores de piratería, ladrones de autos, carteristas y “cadeneros” (los que robaban collares, pulseras y otros artículos de joyería a los transeúntes), así como de autores de atentados al pudor y delitos sexuales.
Tras de infructuosos intentos de resolver la problemática mediante el diálogo con los líderes del ambulantaje, iba llegando a la conclusión de que se tendrían que tomar medidas más enérgicas, pero como la policía municipal no tenía los recursos humanos y materiales adecuados, decidimos crear el primer “Grupo Táctico”, el cual equipamos y se le entrenó lo mejor que se pudo, dadas las circunstancias de la época, preparándonos para lo inevitable, como lo fue mediante la fuerza pública tomar al cien por ciento el control de banquetas y calles del llamado centro histórico, el cual además blindamos jurídicamente al lograr un acuerdo en sesión de cabildo, mediante el cual se prohibió el ambulantaje en esa zona.
En paralelo, instalamos un grupo de trabajo inédito, al cual bauticé como “Mesa Trilateral del Ambulantaje”, donde confluíamos la Cámara Nacional de Comercio (CANACO), el Ayuntamiento y… sí, los vendedores ambulantes, mesa de la cual emanó un nuevo reglamento de esa actividad, sustituyendo el obsoleto marco jurídico que “regulaba” esa modalidad desde décadas atrás.
Casi de manera increíble, los otrora declarados públicamente nuestros enemigos, quienes llegaron a tomar el palacio municipal en protesta por las acciones de autoridad, quienes no nos podían ver “ni en pintura”, terminaron perfectamente integrados, no únicamente con nosotros, sino con quienes era inconcebible, al decirse que eran como agua y aceite, es decir, con los comerciantes organizados, todo mediante el uso razonado de la fuerza pública y el diálogo.
Años después, al concluir ese cargo, esa experiencia motivó ser invitado como Coordinador Estatal de Seguridad Pública.
Continuará…
Todo es cuestión de sentirnos seguros.
Alberto Sandoval es Fundador y Coordinador de Alianza Civil, A.C. Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albertosandoval.mx/ Facebook: Alberto Sandoval Twitter: @AlSandoval