Los dichos y los hechos.
A cada momento escuchamos refranes, lemas, pensamientos de personas que nos quieren convencer que todo está muy bien. Nada por qué preocuparse. Por un lado, los simples mortales, sí, nos llaman “ciudadanos” y de todo nos quejamos. Vemos cosas malas, sufrimos por hechos que no podemos controlar: robos en viviendas, asaltos en la calle, heridos por balas o navajas, llantas ponchadas o amortiguadores desprendidos. Y la maldita delincuencia que no para de agredir, destruir vidas y propiedades.
Y del otro lado están los que ven una realidad distinta, optimista, “no pasa nada”. Todo bajo control, con un proyecto bien elaborado que se irá cumpliendo por etapas. También harán frente a los imponderables, a esos delincuentes que llegaron para quedarse y acabar con las vidas de seres inocentes, personas que solo desean vivir en paz, cuidar de sus familias, superarse en la vida y ser guías en el desarrollo de sus hijos. Pero de repente, se topan con un individuo que sin mediar palabra saca un arma y le dispara, uno, dos y más balas, hasta terminar con una vida productiva, un ser humano bueno.
Ojalá que pronto puedan coincidir entre los dichos y los hechos. Que el grupo encargado de cuidar el orden, administrar con honradez los dineros públicos y trabajar por el bien común, como se comprometieron en campaña. ¿Es mucho pedir? Porque la ciudadanía no disfruta con quejarse; de hecho, sufre por esta realidad que se padece. Y hasta ofrece su ayuda para mejorar la situación. Finalmente es compromiso de todos aportar sus capacidades y su amor para que esta sociedad nuestra sea mejor.
Pero mientras unos y otros (los que nos quejamos y los que dicen que todo está bien) no decidamos cumplir estrictamente con compromisos, con leyes, reglamentos, con las cosas grandes y las mínimas, difícilmente mejoraremos nuestro entorno. Y quienes más se quejan son los que incumplen. Vea a su alrededor: miles de automovilistas que no han regularizado sus documentos. Hay cínicos que traen su placa de Anapromex y se creen con derecho a incumplir el pago de placas y hasta licencia de automovilista. Y éste es un ejemplo de las miles de faltas que cometemos todos los días. ¿Nos quejamos?
Nota 1.- El llamado “centro histórico” de Tijuana cada vez está más sucio, banquetas y calles dan la impresión de que no las limpian. ¿Cumplirán con el Reglamento de Limpia?
Nota 2.- Observe a su alrededor, cada vez hay más perros en las calles. Sus dueños o se descuidan o los abandonan. Y sí… hay una ley que protege a los animales. ¿Se cumple?
Nota 3.- Increíble: una damita manejando, al tiempo de que habla por teléfono y se maquilla. En plena Calle 2ª. Bien aprovechado el momentáneo alto del semáforo.
Luz Elena Picos es Directora de Red Social de Tijuana. Correo electrónico: redsocialtijuana@hotmail.com www.lagacetaredsocial.com
