Con “Santos populares. La fe tiempos de crisis” (Grijalbo, 2017), el periodista y escritor José Gil Olmos se presentó en la XXXV Feria del Libro de Tijuana el miércoles 24 de mayo.
Ante poco más de un centenar de asistentes en la Sala de Lectura del Centro Cultural Tijuana (CECUT), José Gil Olmos advirtió un resurgimiento de santos populares en el país.
Tras la presentación editorial, el reconocido periodista de la revista Proceso también se refirió en entrevista con Semanario ZETA a “Santos populares” y al lamentable asesinato de Javier Valdez el 15 de mayo en Culiacán:
“Los santos populares son una expresión social de lo que está pasando en el país, de cómo estamos sumergidos en una crisis tan severa que la gente pues ya no tiene confianza ni en ninguna institución, en ningún partido, ninguna autoridad, tampoco hay líderes sociales; entonces este resurgimiento de santos populares es la expresión más clara de cómo millones de mexicanos están buscando en la fe lo que no encuentran en la realidad, y la realidad es que hay más muertos, más desaparecidos, más desplazados y no se ve por dónde pueda salir”.
En su investigación, que converge en su más reciente entrega a Penguin Random House, José Gil Olmos encontró y documentó un resurgimiento de santos populares en México cada vez con más seguidores como la Santa Muerte, Malverde, Niño Fidencio, Pancho Villa, Emiliano Zapata, Juan Soldado, Juan del Jarro, en ese orden de cantidad de fans: “ésos son los santos populares que más tienen fervientes devotos”, advirtió.
Asimismo, en cuanto al ignominioso crimen del director fundador del semanario Ríodoce, Javier Valdez Cárdenas, el 15 de mayo en Culiacán, Gil Olmos manifestó en entrevista con este Semanario:
“Me parece que lo más preocupante del asesinato de Javier Valdez es que es muy emblemático de lo que está ocurriendo en el periodismo mexicano en este arranque del Siglo XXI; la Constitución nos dice que hay una libertad de expresión y que las autoridades nos van a proteger, pero la situación que estamos viviendo en México es una especie de guerra no convencional donde a diferencia de la guerra tradicional donde es un ejército contra el otro, en México vemos un ejército de soldados y policías que están luchando con un numeral de grupos del crimen organizado; en medio de toda esta guerra estamos los periodistas, los medios de comunicación, pero no todos, sino más bien los que están comprometidos con esta responsabilidad social de informar.
“En medio de esta guerra lo que vemos es que el periodismo mexicano sufre uno de sus peores momentos, porque hay una forma nueva de gobierno que es la más preocupante y la más difícil de sobrellevar: en México, el narco-Estado, gobierno y crimen organizado es una sola pieza; esa sola pieza, el Estado narco, tiene todo el poder para controlar incluso a medios de comunicación, aquel medio de comunicación o aquel reportero que no está sujeto a su voluntad es un peligro y entonces como es un peligro quieren controlar la información, ellos quieren tener todo el control de lo que se informa o no se informa”.
Concluyó José Gil Olmos: “El ejercicio de la libertad de expresión debemos defenderlo porque es la última trinchera que tenemos, pero tenemos que tener muy claro cuáles son los peligros que estamos corriendo porque en la historia del periodismo mexicano jamás había habido una situación de este tipo; o sea, jamás había habido una situación en la que asesinaran aproximadamente a 120 reporteros, 17 o 20 desaparecidos y un número tampoco claro de desplazados”.