Baja California fue un estado de vanguardia política. El primer triunfo de la oposición reconocido fue en esta región. Son muchas las figuras que participaron y que pusieron en riesgo su patrimonio y familia.
Una de estas personas es el senador del Partido Acción Nacional Víctor Hermosillo Celada. Sin lugar a dudas una persona forjadora de la entidad, en particular de Mexicali. En la política ha sido alcalde de ese municipio (entre otros importantes cargos) y como empresario es dueño (socio) del despacho de arquitectos “Hermosillo y Asociados” y de otros negocios relacionado con la construcción.
En política lo recuerdo de la mano de su finada esposa María Cristina Ramos de Hermosillo, una señora guerrera, que brillaba con luz propia, siempre dispuesta a luchar por las mejores causas por más imposibles que éstas fueses. Ambos formaron una familia de abolengo.
Como empresario Hermosillo Celada directa o indirectamente ha generado a lo largo de su trayectoria una cantidad de empleos siempre necesarios. Su personalidad es dura, siempre parece estar de mal humor, le gusta tener la razón aunque no la tenga.
Recientemente ha sido cuestionado por dos asuntos, el primero sobre la donación de una figura decorativa que se instaló en la Plaza Centenario de Mexicali y el segundo por la adjudicación que le proporcionó el Gobierno del Estados de extracción panista a una de sus empresas para construir una importante vialidad en la ciudad de Tijuana.
Sobre el tema del donativo de la figura decorativa me parece una exageración las reacciones de ciertas personas, todo lo que venga a mejorar la imagen urbana debiera ser bienvenido.
En lo personal me encantaría ver a más políticos con capacidad económica haciendo lo mismo. Solo espero que no vaya a correr el mismo destino de las figuras denominada “popotes” que están por la garita Nuevo Mexicali que francamente lucen sucias, desoladas y abandonadas. Importante destacar que en el mismo evento Hermosillo Celada hizo un donativo de 200 mil pesos al municipio que encabeza Gustavo Sánchez para la pavimentación de calles tan necesario.
El segundo punto tiene que ver con su participación como socio en el contrato que fue asignado a una de sus empresas para construir en la modalidad de APP (Asociación Pública-Privada) una vialidad de cuota de 5 kilómetros que incluye un periférico y segundo piso. La ruta es desde el aeropuerto de Tijuana hasta el fraccionamiento Playas de Tijuana.
Es inevitable señalar el conflicto de interés en el cual se encuentra inmerso Víctor Hermosillo. Si algo irrita a la población es que los políticos de cualquier partido obtengan ventaja de su posición.
Me parece extraño y sospechoso que con la experiencia del senador haya incurrido en esta clara irregularidad. Ahora se vuelve relevante investigar si algunas de sus empresas fueron favorecidas en el pasado inmediato.
¿Qué hubiera sucedido si algún gobernador priista o perredista hubiera fallado a favor de un senador o diputado de su mismo partido para la realización de una obra? Todos sin excepción hubiéramos descalificado tal operación y exigiríamos mínimo una investigación como ha venido sucedido en otros estados.
No es válido justificarse alegando no tener conocimiento de dicha operación. Lo más sencillo hubiera sido separarse momentáneamente de su sociedad para evitar suspicacias.
A Víctor Hermosillo es común verlo en discusiones en la Cámara de Senadores defendiendo aguerridamente temas sobre transparencia y señalando casos de supuesto conflicto de interés.
Hoy, desafortunadamente con esta actitud no solo se desacredita, sino que obliga a una respuesta muy puntual, en pocas palabras no se vale ser “farol de la calle y obscuridad de su casa”.